“ La historia de los
pueblos queda jalonada por hitos significativos en su devenir: la
Reconquista, el Descubrimiento de América, la Guerra de
Independencia, la Restauración, y muchos otros que como el de mañana
en Cataluña, pueden señalar el progreso o retroceso en la historia
de España.
Muchos factores están
influyendo en nuestras mentes creando confusión y en cuantos hemos
creído en España, dolor y miedo a vivir el desmoronamiento de
nuestra Patria.
Siempre admiré a
Cataluña. De jovencito siempre recuerdo dos amigos catalanes que me
descubrieron una cultura que aprendí a admirar: T.P de Tarrasa y
C.V. De Barcelona. El segundo estaba estudiando en la Complutense,
Ingeniería Naval y nuestra amistad le ayudó a encontrar un círculo
de amistad madrileño. El primero me animó a conocer el Pirineo
Leridano, recorriendo en grupo muchos de sus senderos y paisajes...
La ultima vez que les vi,
ya había en su mirada un signo de pesar que no podían ocultar.
Hablamos y nos comunicamos profundamente en un lenguaje sincero en el
que reconocimos la nefasta influencia en nuestro vida de la
posibilidad que sus políticos quieren para Cataluña de separarse de
España.
Nos negábamos a admitir
lo que ya no es patrimonio de unos radicales del pasado, convertido
en el fondo real de un compromiso del candidato del partido
mayoritario de Cataluña para este domingo.
Pensábamos que como en
las familias, los matrimonio a veces discuten, pero prevalece siempre
el amor por la familia... y viendo nuestros territorios llenos de
familias cruzadas no podíamos comprender ni siquiera imaginar
como podría acontecer semejante barbaridad histórica.
Parece
que noviembre está cuajado de recuerdos históricos sombríos. En lo
personal fue el mes que perdí a mi padre. El mes en que concluyó un
periodo de la historia contemporánea y el mes en que los españoles
hartos de la corrupción demostrada por el partido que llevaba
decenios gobernando, entregó las riendas del gobierno a quien parece
no importar el finiquito del Estado.
Cuando
la política se convierte en un concurso de empleomanías y
aspiración de inmerecidos lucros, el poder reparte sus funciones
entre incompetentes que su único valor está en la “inquebrantable
lealtad al líder que le da trabajo” …
Esta
es nuestra realidad, nuestro desasosiego y desesperanza al no ver
salidas ni a la crisis que corroe a los cimientos del Estado ni a la
esperanza por capear todos el común temporal, embarcados en el mismo
barco.
Allá
en 1969, cuando en el servicio militar juré la Bandera aprendí a
identificarme con un solemne compromiso de sacrificarme y defender
España. ¿ Será verdad que el Ejercito siempre preservará la
unidad de España frente al deseo secesionista de unos avispados
políticos que han sabido vivir muy bien de una España que incluso
juraron lealtad por su Constitución...a cambio de un sueldo
generoso?
Sin
embargo he vivido tiempos de incertidumbres y manipulaciones, donde
expresar estas cosas parecían sinónimo de “fachas”
trasnochados, cosa que es falsa y deniego de ella, pues inclusive mi
historia personal ha sido siempre de compromiso hacia los demás
como pueden testimoniar mis conocidos de España y mis amigos
dominicanos después de doce años vividos con ellos sin dejar de
sentirme español comprometido por nuestra antigua provincia de
ultramar, que nuestros antepasados mismos se comprometieron a lograr
una independencia necesaria por la distancia, cosa que no tiene
parangón alguno con una región española que siempre he sentido el
orgullo de conocer y que ahora siembra de zozobra mi ánimo”...
Darío
Pozo Ruz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario