viernes, 5 de octubre de 2012

¿Se financian los partidos con dinero de la cooperacion?

  Pp-psoe

El pasado viernes el BOE publicaba una disposición en la que se anuncian subvenciones por valor de 900.000 euros para las actividades de cooperación que realicen fundaciones de partidos políticos. Una convocatoria exclusiva, por la que estas mismas fundaciones se embolsaron el año pasado 2,2 millones de euros.

Para ser más concretos, una convocatoria que en 2011 otorgó 1 millón de euros a la Fundación FAES (del Partido Popular) y 975.000 euros a la Fundación Ideas (del PSOE). El resto de partidos reciben cantidades marginales, entre otras cosas porque la valoración de los proyectos está directamente vinculada al número de escaños en el Congreso y el Senado.


Algunos (como eldiario.es) han visto en esta jugada un mecanismo de financiación directa de los dos grandes partidos políticos con recursos de la cooperación, precisamente ahora que la ayuda está cayendo a plomo. Francamente, encuentro pocas razones para pensar lo contrario.


En primer lugar, existe un importante agravio comparativo. El conjunto de universidades e instituciones españolas que hacen investigación en el campo de la cooperación y el desarrollo recibieron en 2011 -a través de la llamada Convocatoria Abierta y Permanente- un total de 3 millones de euros para financiar 40 proyectos. El hecho de que dos think tanks hayan recibido de manera exclusiva una cantidad ligeramente inferior a esta llama mucho la atención. Más aún cuando los fondos que ahora se publicitan deben estar gastados antes de fin de año.


Pero las alarmas se disparan cuando uno echa un vistazo a las actividades que justificaron el pasado año estas subvenciones. Junto con una miríada de iniciativas de “formación, consolidación y difusión del sistema democrático” en países tan exóticos como Chile y Uruguay, la Fundación Ideas se gastó en 2011 más de 430.000 euros en jornadas, encuentros, visitas y coloquios. 


Supongo que estos conceptos se refieren al desfile de gurúes del progreso global (como Stiglitz o Sachs) que Ideas organiza en España de cuando en cuando para lucimiento de sus directivos. Y ya. Porque, de acuerdo con su Memoria, la agenda de publicaciones de 2011 en este campo se reduce a un informe sobre desarrollo en África y a un documento de trabajo sobre política industrial en este mismo continente. Mucho más ‘tank’ que ‘think’.


Con todo y con eso, Ideas es una verdadera fábrica de propuestas contra la pobreza cuando se la compara con la Fundación FAES (recuerden: 1.019.920 euros en 2011). En este caso la intensa actividad de “Promoción de la libertad y la democracia” en regiones ignotas se compatibiliza con 255.000 eurejos para –atención- la “Divulgación de los valores de la cooperación internacional en los países donantes”. 

Salvo que esta divulgación se haya realizado de incógnito, resulta difícil explicar en qué se ha gastado ese dinero. Además de una visita de un funcionario británico del Ministerio de Desarrollo, la única actividad destacada en su Memoria es un seminario sobre “España y la Cooperación Internacional” en febrero del pasado año. Dos horas para una discusión entre cuadros del Partido Popular y algún invitado externo.


Eso sí, FAES tiene una publicación relevante sobre la materia: la traducción al castellano de la diatriba anticooperación de Dambisa Moyo, “Cuando la ayuda es un problema”. Si esta es la “divulgación”, casi es preferible no ser divulgados.


Para ser claros, no creo que haya ningún problema con la participación de las fundaciones políticas en este ámbito, más bien al contrario. Como ha demostrado de manera trágica el reciente debate presupuestario, la mayoría de los políticos españoles padece un desconocimiento alarmante de las políticas de desarrollo y de la importancia de la cooperación internacional en la estrategia exterior de un país. 

Ideas y FAES han desplegado una iniciativa notable en otros aspectos de las relaciones internacionales y sería estupendo que pusiesen sus capacidades al servicio de un debate público de calidad sobre España y el desarrollo.


Lo verdaderamente inquietante es que los gobiernos del PP y el PSOE apoyen generosamente a sus propios think tanks cuando el resto de instituciones que hacen investigación y comunicación política en este sector se encuentran contra las cuerdas. España ha construido con muchas dificultades una red de centros (think tanks, ONG y universidades) que investigan, publican y proponen cada año buenas ideas para mejorar el conocimiento del desarrollo y las políticas públicas y privadas en este ámbito. 


El Real Instituto Elcano, la Fundación Alternativas, Intermón Oxfam, el ICEI, la Universidad de Cantabria o el CEU son solo algunos ejemplos de un esfuerzo que ahora se ha agrupado en la Red Española de Estudios del Desarrollo. Un esfuerzo que está sufriendo la caída de la cooperación pública y privada, y que merece todo el apoyo de la Administración en el nuevo Plan Director de la Cooperación.


Si quieren trabajar en este ámbito, las fundaciones políticas deberían competir en igualdad de condiciones con los demás centros, de acuerdo a sus méritos y a sus proyectos. Todo lo demás es un trato de privilegio y una financiación encubierta de los grandes partidos.


 Por: | 04 de octubre de 2012
blogs. ElPais.com

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