viernes, 12 de octubre de 2012

LOS NACIONALISTAS CATALANES: ¿QUERRAN REPETIR LA HISTORIA FALLIDA?






"Serian  las ocho y diez minutos de la tarde del 6 de octubre, Lluís Companys aparece en el balcón de la Generalidad acompañado de sus consejeros y proclama el "l'Estat Català de la República Federal Espanyola":

¡Catalanes! Las fuerzas monárquicas y fascistas que de un tiempo a esta parte pretenden traicionar a la República, han logrado su objetivo y han asaltado el Poder.

Los partidos y los hombres que han hecho públicas manifestaciones contra las menguadas libertades de nuestra tierra, y los núcleos políticos que predican constantemente el odio y la guerra a Cataluña constituyen hoy el soporte de las actuales instituciones. (...)

Cataluña enarbola su bandera, llama a todos al cumplimiento del deber y a la obediencia absoluta al Gobierno de la Generalitat, que desde este momento rompe toda relación con las instituciones falseadas. En esta hora solemne, en nombre del pueblo y del Parlamento, el Gobierno que presido asume todas las facultades del Poder en Cataluña, proclama el Estado Catalán de la República Federal Española, y al establecer y fortificar la relación con los dirigentes de la protesta general contra el fascismo, les invita a establecer en Cataluña el gobierno provisional de la República, que hallará en nuestro pueblo catalán el más generoso impulso de fraternidad en el común anhelo de edificar una República Federal libre y magnífica.


Al acabar el discurso, Companys comunica sus propósitos al capitán general de Cataluña y general en jefe de la IV División Orgánica, con sede en Barcelona, el general Batet, catalán de ideas moderadas, pidiéndole que se pusiera a sus órdenes "para servir a la República Federal que acabo de proclamar". El general parlamenta con Enrique Pérez Farrás, el jefe de los Mossos d'esquadra que se presente en la Capitanía para ponerse a sus órdenes. Éste le responde que sólo obedece al presidente de la Generalidad. Batet habla con el presidente del Consejo de Ministros, Lerroux y, siguiendo sus órdenes, proclama el estado de guerra aplicando la Ley de Orden Público de 1933.


Ese anochecer se construyeron barricadas, se distribuyeron grupos armados por las calles y se preparó a los edificios oficiales para la resistencia. La Generalidad se defiende con un centenar de mossos d'equadra dirigidos por Pérez Farrás; la Alianza Obrera ocupa el local de Fomento del Trabajo Nacional en la Vía Layetana con unos 400 hombres; un número similar de partidarios del PSOE se concentran en la Casa del Pueblo de la calle Nou de Sant Francesc; y en general los grupos con fusiles están preparados a los locales de La Falç, Nosaltres Sols! y el CADCI (Centre Autonomista de Dependents del Comerç i de la Indústria) en la Rambla de Santa Mónica.


Cerca de las once, una compañía de infantería y una batería del regimiento de artillería llega a la Rambla de Santa Mónica y cuando el capitán se dispone a leer el bando de proclamación del estado de guerra, desde el local del CADCI empiezan a disparar resultando muertos un sargento y heridos otros siete militares. Se ordena el bombardeo de artillería sobre el centro resultando muertos Jaume Compte, Manuel González Alba y Amadeu Bardina, dirigentes del Partit Català Proletari. El resto se rinden a la una y media de la madrugada del día 7 de octubre.



Unas horas antes, hacia las diez de la noche del día 6, una compañía de artillería ocupa la Plaza de la República (actual Plaza de Sant Jaume) informando a Pérez Farrás de que tienen órdenes de tomar los dos edificios oficiales. Tras un tiroteo, los mossos d'esquadra se repliegan al Ayuntamiento. Allí se acaba de votar una moción presentada por el alcalde Carles Pi i Sunyer de adhesión al Gobierno de la Generalitat. El asedio se amplía con la llegada de una compañía de ametralladoras.

Mientras, Dencàs, Badia y otros miembros de ERC, junto con unos ochenta guárdias y un centenar de hombres pésimamente armados, se hacen fuertes en la Comisaría de Orden Público de la Vía Layetana frente el asedio al que le someten las tropas que han salido de Capitanía.


El general Batet, a pesar de tener órdenes estrictas de atacar por parte del ministro de la Guerra, y a sabiendas de que tenía la situación completamente controlada, dejó pasar el tiempo esperando reducir a los rebeldes.A las seis de la mañana, Companys comunica a Batet su rendición. Esa noche, Dencàs había huido.

La rendición

Sobre las siete de la mañana del día 7 las tropas entran en el Palau de la Generalitat y detienen a Companys y a su gobierno y a los diputados Josep Tarradellas, Antoni Xirau, Joan Casanellas, Estanislau Ruiz, y al presidente del parlamento Joan Casanovas. Acto seguido detienen también en el Ayuntamiento al alcalde Carles Pi i Sunyer y a los concejales de ERC que le seguían. Los apresados fueron trasladados al buque Uruguay anclado en el puerto de Barcelona y reconvertido en prisión. Aquella mañana, las calles fueron quedando vacías de gente y todo fue volviendo a la normalidad. Incluso un representante de la CNT aconsejaba por la radio volver al trabajo, apostando por la organización obrera y la no colaboración con los partidos burgueses nacionalistas.


Pese a los gravedad de los hechos, se considera que el general Batet consiguió dominar la situación con el mínimo de destrucción y violencia, actitud que le valió ataques de ambos bandos: de la derecha y de algunos sectores militares por un lado (Batet sería fusilado durante la Guerra Civil por los franquistas) y de los insurrectos, por no ponerse a sus órdenes, por otro (por su participación en la sofocamiento de la insurreción obtuvo la Cruz Laureada de San Fernando).
En Asturias, en la que se denominó la Revolución de Asturias, los hechos serían mucho más sangrientos con centenares de muertes por el enfrentamiento entre la Guardia Civil y el Ejército contra el Alianza Obrera.


 

Consecuencias

 

En la rebelión fracasada murieron cuarenta y seis personas, treinta y ocho civiles y ocho militares. Más de tres mil personas fueron encarceladas, la mayoría de ellas en el vapor "Uruguay", y puestas bajo la jurisdicción de los consejos de guerra. También fue detenido Azaña, que se encontraba casualmente en Barcelona para asistir a los funerales del que fuera ministro de su gabinete Jaume Carner

Los militares que habían formando parte de la insurrección, el comandante Enrique Pérez Farrás y los capitanes Escofet y Ricart, fueron condenados a muerte, siendo su pena conmutada por la de prisión perpetua por el presidente de la República, Alcalá Zamora, a pesar de las protestas de la CEDA y del partido de Melquiades Alvarez que pedían mano dura. 

 El presidente y el gobierno de la Generalitat fueron juzgados por el Tribunal de Garantías Constitucionales y fueron condenados por "rebelión militar" a treinta años de prisión, que cumplirán, unos en el penal de Cartagena y otros en el del Puerto de Santa María. El 23 de febrero de 1935 son dejados en libertad provisional el alcalde de Barcelona y los concejales detenidos.

La autonomía catalana fue suspendida indefinidamente por una ley aprobada el 14 de diciembre a propuesta del Gobierno (la CEDA exigía la derogación del Estatuto) y la Generalidad de Cataluña fue sustituida por un Consell de la Generalitat designado por el Gobierno y con un presidente denominado gobernador general de Cataluña (el primero fue el coronel Francisco Jiménez Arenas, que ejercía como "presidente accidental" de la Generalitat desde el 7 de octubre, y que en enero de 1935 fue sustituido por Manuel Portela Valladares). En abril de 1935, cuando se levantó el estado de guerra, Portela fue sustituido por el radical Joan Pich i Pon, y algunas de las competencias de la Generalitat le fueron devueltas, pero no las de Orden Público. Dirigentes de la Lliga y el Partido Republicano Radical formarían parte de la Generalidad hasta su restauración formal tras las elecciones de febrero de 1936, que supusieron la salida de prisión del gobierno de la Generalidad"...

  Fuente: http://es.wikipedia.org/

COMENTARIO:

 La vanagloria de los nacionalistas ponen mas leña al fuego de la crisis, tratando de sacar - como siempre - mas dinero para sus ilusas  pretensiones separatistas que no sabemos como pueden acabar en perjuicio de ese pueblo trabajador que tanto han manipulado.
 




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