"Todos descendemos de reyes y emperadores...
Pero también de putas y de verdugos. La genealogía es el arte de
encontrar a los reyes y emperadores", sostiene un ilustre genealogista
consultado por Vanitatis, que calcula que tan solo el 30% de los miembros de la asociación Hidalgos de España son auténticos.
Cuenta
Cervantes que el ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, "pudiendo
más su locura que otra razón alguna, propuso de hacerse armar caballero
del primero que topase (…)". Del mismo modo que el de la triste figura
se retocó el nombre para hacerlo más sonoro y se hizo investir caballero
en un ventorro, que no castillo, ante dos rameras por damas y al son
del cuerno de un porquero, en vez de cornetas, "hay Hidalgos de España
que ostentan hidalguía, pero que no son tales, o presuntos nobles que llevan a gala ser Grandes de España, habiendo falsificado el título", aseguran las fuentes.
La sombra de la sospecha recae, nada más y nada menos, que sobre el mismísimo presidente de los Hidalgos de España,
don José Antonio Martínez de Villarreal, dizque Conde de Villarreal,
Grande de España. Según el Elenco de Grandezas y Títulos nobiliarios
españoles, la biblia de la nobleza española, fue el 4 de mayo de 1960
cuando don Bruno Martínez de Villarreal, teniente general de los
Ejércitos Carlistas, fue reconocido con el Título del Reino. Es decir,
que fue el dictador Franco quien dio al apellido el espaldarazo real.
"Los títulos carlistas son difíciles de demostrar"
"Los
títulos carlistas son difíciles de demostrar", desdeñan los nobles de
verdad. "El franquismo reconoció muchos títulos concedidos por los
pretendientes carlistas, que nunca fueron reyes, probablemente por la
influencia de don Vicente de Cadenas [fundador de Hidalgos de España,
conocido como 'El hidalgo de la Falange']. Franco tenía que
contemporizar con nazis, falangistas, carlistas, democristianos… era un
gallego que muelleaba. Luego, don Juan Carlos lo ha convalidado todo por silencio administrativo", explican.
Pero las dudas sobre el Conde de Villarreal van más allá. Los genealogistas consultados sospechan que "no es que no sea conde, es que ni siquiera es hidalgo". Lo sospechan porque poseen documentos que así lo parecen indicar.
En un manuscrito, al que ha tenido acceso Vanitatis,
se puede ver cómo "se ha escrito Mtnez (Martínez) para convertir a un
Pérez de Villarreal en un Martínez de Villarreal. Pero se sigue viendo
el bulto de la "P" y la "e" detrás de los últimos trazos de la "M". Así
de fácilmente se falsifica. Esto no es lo que se presentó al Ministerio.
Al cura se le pide certificación y no hay rastro de la trampa, salvo en
el libro parroquial original (y los curas en esa época tendían a
obnubilarse cuando llegaba un "señor" forastero de Madrid y les daba
cien pesetas de donativo". Este documento es de 1961.
Los expertos
señalan que "el Ministerio de Justicia lo admite todo, siempre y
cuando alguien no lo discuta. Por eso ha habido tantos pleitos a lo
largo de la historia en la Chancillería de Valladolid".
El hidalgo no paga impuestos directos
Pero, ¿qué es exactamente un hidalgo? Los genealogistas lo explican así: "El hidalgo no paga impuestos directos,
los llamados pechos. La hidalguía se transmite por vía de varón. La
hija de hidalgo es hidalga, pero ya no transmite la hidalguía. Estamos
hablando de un presente que se acabó en 1837.
Hay órdenes militares que
exigen la demostración de la hidalguía de al menos los cuatro primeros
apellidos. No es el caso de los Hidalgos de España". Por eso, a día de
hoy, esta asociación no es integrante de la CILANE, la comisión
internacional que mantiene el contacto e intercambia información entre
las diferentes nobleza europeas, que solo permite una asociación de
nobles por estado.
"Actualmente, la
Asociación de Hidalgos, con Villarreal al frente, no representa a
España en la CILANE. Esta Asociación intentó incorporarse a la CILANE en
1961 sin éxito. Lo volvió a intentar en 1981 y, dada la falta de
interés de los organismos nobiliarios españoles más serios, la CILANE
decidió contar con ella a falta de algo mejor.
El problema es que desde
el principio se detectó que la Asociación no era todo lo que decía ser y
que verdaderamente no representaba a la nobleza española", aclaran las fuentes.
"El
problema no era fácil de solucionar, dada la disyuntiva entre no tener
un contacto en España y tener uno "imperfecto", aparte de la obvia poca
gana de provocar una situación violenta con la Asociación. Así se fue
tirando hasta que en 2000 se produjo una entrevista privada entre el
entonces asesor legal de la Diputación de la Grandeza y una pequeña
delegación de la CILANE. Se recomendó no hacer nada hasta la
desaparición del muy anciano fundador y secretario general de la
Asociación, Vicente de Cadenas, un hombre de la JONS de preguerra,
difícil y dictatorial. Con su muerte en 2005, se intentó abrir la
representación española a otros organismos nobiliarios, dándole margen a
la Asociación para que se enmendara.
La
Asociación rechazó cualquier acuerdo y la CILANE, por tanto, declaró
vacante la representación española. “La Asociación ha preferido enterrar
la cabeza en la arena y así sigue en su página de Internet como
integrante de la CILANE sin serlo", añaden.
División en la Diputación de la Grandeza
A
día de hoy, los observadores españoles en CILANE son el Foro de
Familias Históricas de la Nobleza Española, que preside Amalio de
Marichalar, la Junta de Nobles Linajes de Segovia y la Maestranza de
Valencia.
Para las fuentes consultadas, quien debería estar representada
en CILANE es la Diputación y Consejo de la Grandeza de España. Pero está muy dividida
a raíz de la Ley 33/2006, de 30 de octubre, sobre igualdad del hombre y
la mujer en el orden de sucesión de los títulos nobiliarios.
En
el Estado español no sucede como en otros países. Aquí, al contrario
que en la mayoría de países europeos, sigue habiendo reinos de Taifas. La nobleza está dividida en una veintena de asociaciones, unas más auténticas que otras.
"En Alemania, aunque sean federales, se han puesto de acuerdo y no lo
discuten", envidian los aristócratas españoles.
También critican la
práctica de las falsificaciones de la justificación de la sucesión de
títulos. "Las reglas de sucesión de los 'lores' [del inglés 'Lord'] son
tremendas. Si no tienes descendiente varón, se hace sifón hacia el
primer macho que haya, o se extingue. Aquí se hace el sifón para
falsificar", aseguran.
Pero el que
esté libre de pecado, que tire la primera piedra. "Los nobles alemanes,
llamados 'fones' [del alemán 'Von'], durante el nazismo estaban
'acochinados' en el ejército, siempre en una posición nacional y
ambigua. No atacaban a los nazis, aunque los despreciaban". En todas
partes cuecen habas. En Alemania, más abolengo en que el 'Von' tiene el
'Zu', como el ex ministro de Defensa alemán Karl Theodor zu Guttenberg,
barón de Guttenberg, que hubo de dimitir por plagiar su tesis doctoral.
"En España se confunde la función con el órgano"
En
España también pasa algo muy específico: "Desde la Inquisición, se
confunde la función con el órgano. Un hidalgo podía ser pobre, podía
trabajar. Lo único que le distinguía es que no pagaba impuestos. A
partir de la Inquisición, se pedía la prueba de la limpieza de sangre. Y
como los judíos solían ser comerciantes, se miraba que los hidalgos no
se hubieran dedicado al comercio o la industria".
Beatería
que perdura hasta nuestros días. Para muestra, un botón: Los cachorros
de la nobleza europea de CILANE celebraron, en un país nórdico, una
fiesta temática sobre 'ángeles y demonios' ('Himmel och Helvete').
Jóvenes aristócratas españoles, al enterarse, pusieron el grito en el
cielo acusando a los miembros de CILANE de "satanistas" y "masones" y de celebrar "orgías" y "misas negras".
Preguntadas
las fuentes sobre cómo ven el estado de la nobleza europea en general y
española en particular en el siglo XXI, contestaron: "La nobleza no ha
dejado de moverse entre la alta burguesía. En Europa, ha mejorado
muchísimo con la caída del Muro de Berlín. En España, son más ricos y más poderosos que en ningún otro país, porque aquí no llegó la Revolución Francesa". Palabra de aristócrata.
Fuente: www.vanitatis. com
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