Poco a poco, la percepción en el exterior de España como
lugar de oportunidades para invertir a precios atractivos se consolida.
La semana pasada uno de los empresarios más importantes de Chile, con
fuertes intereses en el sector de la minería, adquirió por 20 millones de euros un edificio centenario en la madrileña Plaza de la Lealtad (número 2),
un inmueble de 3.000 metros cuadrados situado en uno de los espacios
más distinguidos de la capital, entre la sede de la Bolsa de Madrid y el
Hotel Ritz, según han confirmado a este diario fuentes informadas de la
operación.
La transacción abunda en la nueva dinámica del mercado inmobiliario de inversión en España. Chilenos, venezolanos y mexicanos son los nuevos potenciales compradores privados de activos en renta. El espacio que antes ocupaban los family offices
locales es ahora para las fortunas de los países emergentes, que buscan
precios atractivos y en zona euro. Incluso en el ámbito residencial,
algunas de las casas premium vendidas en los últimos seis meses en Madrid han sido compradas por millonarios latinoamericanos, interesados en contar con un inmueble propio en el corazón de la capital.
En este contexto, cabe recordar la inversión realizada por el empresario mexicano Carlos Slim, que a mediados de diciembre adquirió un lote de 439 oficinas de La Caixa por algo más de 400 millones de euros.
Aunque se trata de una transacción con un perfil de inversión algo
diferente por lo referente a tipología de activos, lo cierto es que el
origen del capital confirma la tendencia existente en el mercado español, donde los inversores internacionales y en particular los de origen latinoamericano aprecian oportunidades de comprar activos inmobiliarios a medida que van saliendo a la venta.
Y mientras unos llegan, otros se van. En este caso, ocurre con el vendedor, la gestora de fondos inmobiliarios Wereldhave,
que a pesar de contar con varios activos en España ha ido reduciendo su
exposición en nuestro país durante los últimos años. Tras esta
operación, la firma holandesa mantiene todavía cuatro inmuebles (85.000 m2) por los seis que poseía al cierre de 2010.
De momento, todavía gestiona los edificios de oficinas de Avenida de la
Vega (1999) y de Fernando el Santo (1991), el centro comercial
Planetocio-Collado Villalba (2007) y unas naves industriales en Rivas
Vaciamadrid (2001).
Creada en 1930, Wereldhave gestiona una cartera internacional de cerca de 3.000 millones de euros
repartida en Europa (Holanda, Bélgica, Finalndia, Francia, España y
Reino Unido) y en Estados Unidos, con activos repartidos en centros
comerciales, oficinas y residencial, además de complejos turísticos de
promoción propia. El deterioro de su actividad española, con una caída de las rentas del 15% y del beneficio otro 25% según la memoria de 2011,
puede explicar la venta ordenada, más aún si además algunas de las
inversiones han cumplido ya por antigüedad el periodo de amortización
necesario.
El reporte anual de las magnitudes de su negocio en España evidencia el impacto de la crisis en el sector inmobiliario. Al cierre del último año, su lote de cinco activos fue valorado en 136 millones de euros, un 4% por debajo de la tasación efectuada en 2010, continuando con la tendencia a la baja que comenzó en 2008. Además, la tasa de ocupación se sitúa algo por encima del 75%,
a lo que se suma la revisión a la baja de las rentas, muy lejos de la
ocupación plena alcanzada en 2007. Por este motivo, inversores
institucionales como Wereldhave dejan paso al dinero menos exigente de
los nuevos ricos.
Fuente: EL CONFIDENCIAL.
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