Por si la crisis económica española y del mundo no fueran suficiente, ahora los nacionalistas catalanes aprovechan el río revuelto ¿ buscan realmente la independencia o mas cuartos?
Los
separatismos son movimientos muy dispares en todo el mundo. Hay desde
tendencias que apelan al terrorismo como medida de choque y otros buscan
forzar inserciones legales que les permita una progresiva independencia
ajustada a derecho. En este último espectro parecen moverse los casos
de la provincia canadiense de Quebec, la comunidad de Cataluña y hasta el estado de Escocia.
Si bien, cada caso debe ser analizado por separado, una rápida
observación sobre estos tres casos, permite distinguir la necesidad de
reconocimiento legal e independencia efectiva a diferencia de casos
separatistas como Chechenia y tantos otros en los que el uso de la
fuerza es una de las príncipales vías para efectuar los llamados de
atención.
El analista David Gardner del Financial Times
comentó que la reciente victoria del separatista Partido Quebequés en
Canadá, podría tener una “fuerte repercusión en las pretensiones
independentistas de algunas regiones españolas”. En palabras de Gardner,
las demandas separatistas del País Vasco y Cataluña “podrían
incrementarse tras los resultados de las elecciones de Quebec”,
situación que podría extenderse a Escocia.
El separatismo parece ir ganando terreno. Cataluña celebró hace días
su día nacional con una multitudinaria marcha que reclamó la
independencia política pero sobre todo fiscal, y en octubre el País Vasco tendrá elecciones con el partido separatista Bildu en coalición con el Partido Nacionalista Vasco.
En su editorial del domingo pasado, el New York Times
comparó el caso catalán con el de Quebec. Según el diario
estadounidense, el caso catalán no deja de tener similitudes con esta
región canadiense y hasta con Escocia. Opinan que la idea última del
nacionalismo catalán (igual que sucede en Escocia y Quebec) “no sería
conseguir la independencia”, sino “obtener las mayores cuotas de poder y
dinero posibles” del Gobierno central de Madrid. Incluso, centrándose
en el caso de los francófonos de Quebec, el periódico les recomienda no
situar “la propuesta separatista en la agenda política”.
Sea como fuere, los casos de separatismo o independentismo comienzan a
tomar mayor notoriedad y los Gobiernos centrales parecerían presionados
a negociar de alguna manera, sea una transición o una cada vez mayor autonomía.
en perfil.com/altergeo
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