domingo, 19 de agosto de 2012

¿ TERCERA REPÚBLICA UNA OPCIÓN ?


La campaña de IU y del PCE

José Carlos Rueda Laffond, profesor titular de Historia de la UCM, cita asimismo como elementos de "potencial desgaste" de la Corona "los abusos de poder, la corrupción, las fricciones institucionales o los escándalos", pero insiste en que, para tumbarla, hace falta algo más que una "crisis de Estado": un "frente anti monárquico más o menos sólido, erigido en alternativa y contrapoder", como sucedió en España en 1931 o en Grecia en los setenta. Y ahora no lo hay, aunque el peso de la cultura y memoria republicanas "sea algo mayor que años atrás".

No es casual, por tanto, que PCE e IU –y, dentro de ella, el sector de Izquierda Republicana (el partido de Manuel Azaña) que dirige Javier Casado Arboniés– se hayan propuesto agitar la llama, convencer a la ciudadanía de que no sólo urge derrocar a Juan Carlos I, sino construir "una verdadera democracia donde el poder radique en la gente, que aborde grandes reformas", ya que el sistema actual "no da respuesta a la crisis y hace pagar a los de siempre", destaca Marga Ferré, secretaria de Programas de IU. 

Los medios han jugado un papel clave en el refuerzo de la institución.

La crisis. Una ventana de oportunidad para unos. Para otros, una fuente de desgaste para los políticos, no para la Casa Real. Jaime Pastor, profesor de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), está entre los primeros. Cree que el batacazo de la economía, junto con el auge de la memoria histórica, la creciente exigencia de laicismo o el agravamiento de las tensiones territoriales, pueden actuar de motor del cambio: "El rey volvió a aparecer en Navidad como aliado del capital, identificado con la banca y los responsables de la recesión".

Como IU, Pastor subraya que hay que presentar la república como "alternativa democratizadora", superando "la nostalgia" de 1931. "La recesión lleva visos de provocar una crisis del sistema político –responde categórico Ruiz Miguel–. Y llegará un momento de plantear responsabilidades y preguntarnos qué hizo la Monarquía para evitar esta situación". Tesis opuesta a la de Cruz, Rueda Laffond, León o Gurrutxaga. 

A medio camino, el sociólogo de la UCM Armando Fernández Steinko, autor de Izquierda y republicanismo. El salto a la refundación (Akal, 2010): "Las crisis sirven para poner en práctica cosas asumidas previamente. No son un buen momento para hacer avanzar una identidad compleja como la republicana. Aunque también abren oportunidades, pues en un proyecto republicano economía y política están al servicio del bien común, de los ciudadanos".

La familia real como tabú

El PCE, cuando celebró su I Conferencia Republicana, el pasado 27 de noviembre, pidió un debate sobre la Monarquía "sin coacción". Aún colea la impresión de que el rey es tabú. "PSOE y PP tienen mucho miedo a abrir la caja de Pandora –señala Pastor–. Aunque se perdiera un referéndum a favor de la república, el solo hecho de hacer un debate público haría tambalear el sistema". Cruz añade otra razón más mundana: "No hay un partido con fuerza en las Cortes Generales que obligue a situar esta discusión en la agenda. Y los dos mayoritarios no lo hacen por el elevado coste electoral". "Evidentemente, este tema no da votos", replican León y Gurrutxaga.

Ledesma juzga que los medios han jugado "un papel clave" en la consolidación de Juan Carlos. "En Gran Bretaña, la familia real es atacada a diario y no se defiende como gato panza arriba. Aquí puede ser síntoma de que no está muy asentada". 

Rueda Laffond diseccionó con su compañera Carlota Coronado en La mirada televisiva. Ficción y representación histórica en España (Fragua, 2009) el tratamiento del 23-F en las TV movies de La 1 y Antena 3: "Los medios han impulsado un capital simbólico asociado a la figura del rey y la Corona –dice hoy–. Respecto al golpe de Estado, la televisión ha reforzado una percepción ciudadana sobre su intervención a la hora de frenarlo, aunque simplificando otras variables históricas. Otras veces, la representación de su familia se ha movido extramuros a la hagiografía, caso de la teleserie de Telecinco Felipe y Letizia". Gurrutxaga alega que los medios, simplemente, "responden a la dinámica social imperante". 


 

Sucesión y cuestión nacional

¿España es realmente monárquica? Unanimidad: es juancarlista. "No hay apoyo a la Monarquía en sí misma, sino a Juan Carlos. No hay obstáculos de cultura política", indica Cruz. De hecho, una guerra está ganada: según los expertos, está claro que la Corona es una figura añeja, "anacrónica". "Sería impensable trasladar a otras instituciones sus claves medulares –la herencia, su carácter vitalicio o la primacía del varón–, por antidemocrático y discriminatorio", sentencia Rueda Laffond.

No se prevén problemas cuando llegue la hora de la sucesión, aunque el debate se repetirá. Fernández Steinko recomienda al príncipe Felipe buscar una causa que le legitime, como abrazar un modelo económico más justo.
Las fisuras podrían venir, para algunos analistas, en el País Vasco y Catalunya, las autonomías menos apegadas al rey. Otros, sin embargo, entienden que en ambos territorios prima el eje nacionalista, no el antimonárquico.

En España, la república es patrimonio de la izquierda, aunque sectores de la ultraderecha también la reclamen. Es producto del pasado. Y de la izquierda tendría que venir la Tercera. Josep Fontana, catedrático emérito de Historia Económica de la Pompeu Fabra, aconseja no perderse con las musas: "Hay que hablar de un programa reformista avanzado, que suscite una ilusión como la de 1931. Entonces, la Monarquía aparecería como lo que es: un montaje ceremonial de la más completa inutilidad, que podría liquidarse con un ERE y unas pocas jubilaciones anticipadas". 

LA CORONA, EN CIFRAS
Las cuentas reales aún siguen sin control público

8,43 millones para 2011. Por primera vez en democracia, la Casa del Rey verá reducida su partida con respecto al año anterior. En 2011, la Corona recibirá 8.434.280 euros, frente a los 8.896.920 del ejercicio pasado (un 5,2% menos, inferior al ajuste medio del 15% en los ministerios). No se conoce el desglose porque así lo permite el artículo 65.1 de la Constitución. Además, hay gastos que el monarca no paga de su bolsillo: viajes al exterior, rehabilitación de los palacios o nóminas de sus 127 funcionarios y ocho trabajadores eventuales (5,9 millones). 

Más transparencia. No están solos IU-ICV, el PCE o ERC. Los expertos también aconsejan mayor transparencia, ya que, como dice José Luis Ledesma, "es contrario a la salud democrática que haya zonas oscuras en la vida pública; los ciudadanos deben saber qué pasa con su dinero". Pero avisan de que no es un elemento capaz de movilizar a los ciudadanos: "Mucha gente piensa que el gasto de la Casa Real es similar al de una Presidencia de la República", alega Rafael Cruz. José Carlos Rueda incide en que, para la mayoría, la Corona es vista "desde un prisma emocional", como "glamour, distinción" y carne de la prensa rosa. Armando Fernández Steinko achaca la poca crítica al individualismo de la doctrina neoliberal: "Si falta una visión macrosocial, es más fácil legitimar la apropiación de lo público. La Monarquía es un ejemplo más".

LAS FECHAS CLAVE

1873: nuevo régimen por la renuncia de un rey
Amadeo I de Saboya renunció al trono el 11 de febrero. Las Cortes se reunieron y proclamaron la I República. Se sucedieron cuatro presidentes (Estanislao Figueras, Francisco Pi i Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar). El golpe de Estado de Manuel Pavía dio el poder al general Francisco Serrano en enero de 1874. En diciembre, pronunciamiento del general Arsenio Martínez-Campos y Restauración de los Borbones en la persona de Alfonso XII y de su hijo Alfonso XIII. 

1931: la victoria en las urnas y en la calle

Un triunfo en los comicios municipales del 12 de abril –victoria de las listas republicanas en 41 de las 50 capitales de provincia– y la fiesta popular sirvieron para tumbar la Monarquía. Al bienio progresista (1931-33), protagonizado por Manuel Azaña, siguieron dos años con la derecha en el poder, los del derribo de las reformas.  

1936: el golpe que devoró la legalidad republicana

En julio de 1936, a los cinco meses de la victoria del Frente Popular, parte del Ejército se subleva. La República resistirá tres años. El 1 de abril de 1939, Franco pone fin a la guerra, pero no a una brutal represión que perviviría hasta 1975.

http://www.publico.es/espana/354248/es-posible-la-tercera-republica

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