Escribir es hacerse presente
en la hostilidad de un mundo poco fácil.
Expresar ideas y sentimientos
con el reparo que el vivir en una sociedad cerrada, dificulta ese
ejercicio del ingenio humano.
¿Por qué no aceptas que
vivimos cercenados por la hostilidad de quienes monopolizan la
sociedad caduca? ¿Será porque tú vives del lado oculto?
Da lo mismo que se hable de
compartir, cuando tu solo no sabes ni compartir las dádivas
injustas e inmerecidas que por apellidos percibes.
Sujeto de una historia sin
feudalismo, que quiere hacerte sentir la experiencia no vivida de
señor del castillo.
Escucho como un susurro que
me habla de orgullos, será que es lo único que queda cuando se vive
en lo irreal y en lo falso, cual inmigrante encadenado con medallas
de oro prestado en la ciudad de sus sueños, donde ocultas la
profesión que serías incapaz de ejercer aquí.
Nunca nos gustaron los
“guetos” ni en Cuatro Caminos de Madrid ni en New York.
Justificar la incapacidad
para adaptarse con la re-memorización irreal de lo que no es con
banderas reales, cuando los hay capaces de ponerse a la altura de los
del “otro lado”, crecerse y demostrar que somos mejores que
ellos y además no robamos al prójimo.
Nuevos jinetes del Apocalipsis,
con carnet del PP o del PSOE, se pasean por la España de tiempo
revuelto, crisis, paros e injusticias.
Tu prefieres seguir imaginándote
la sociedad de los sueños, haciendo lo posible por huir, todo menos
comprometerte con el cambio y la apreciación de la riqueza que no
saben administrar, ni quieres que otros propongan las vías para
salir del mal rumbo.
Pena nos causa ver la
fuga de nuestros cerebros a otros países “mejor administrados”
dejando despreciado cualquier opción de compromiso por el cambio.
¡Que nadie te hable de
ello! Solo tú tienes derecho a guardar lo que no quieres que cambie,
incluso a lo peor disfrutaste de la bonanza irreal de la
administración sociolista y con subvenciones, Liders y otros
inventos y piensas que Zapatero se equivocó...pero Rubalcaba es otra
cosa... ¡ El mismo perro con distinto collar!
Los que llegamos un día,
nos llamaste forasteros y preferiste seguir así por el miedo a lo
que desconoces, olvidando que las cosas no pueden ir peor y no hay
desgracia que mil años dure.
La calma sigue a la
tempestad, unos pasan y otros quedan pero el tiempo se agota.
Recordando
un cuento británico termino estas líneas: “dos ranas
cayeron en un tazón de nata, y viendo lo difícil que era sostenerse
en el desconocido medio, una de ellas se dio por vencida muriendo
ahogada, la otra no dejó de patalear y luchar, produciendo una
montaña de mantequilla por la que pudo escapar”...
lección de tesón y no aceptación pesimista del destino.
Invertir el mal rumbo es
nuestro reto, no solo el de unos privilegiados pertenecientes a la
“clase política” que debieran causar nauseas a esta población
cansada.”
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