El diputado de UPyD Toni Cantó aseguró ayer en su
perfil de Twitter que “la mayor parte de las denuncias por violencia de
género son falsas. Y los fiscales no las persiguen”. En cuestión de
minutos, y aunque se apresuró a ofrecer cifras que sostuvieran la afirmación -sin éxito-, su nombre se convirtió en trending topic. Twitter y Facebook se llenaron de insultos para el político y hasta la secretaria de Igualdad del PSOE, Purificación Causapié, exigió su “dimisión inmediata”.
La polémica se suma a la que protagonizó el diputado hace dos semanas,
cuando estuvo en boca de todos tras defender en el Congreso la
iniciativa legislativa popular que pedía que la fiesta de los toros
fuera declarada Bien de Interés Cultural en toda España. En su
intervención, Cantó citó al filósofo Fernando Savater y expuso su opinión ética sobre el asunto, afirmando que “ni
los toros ni el resto de los animales tienen dos de los que son
nuestros derechos fundamentales, el derecho a la libertad (...) y el
derecho a la vida”. La frase fue inmediatamente sacada de contexto y
la red se incendió con el siguiente titular: “Toni Cantó: los animales
no tienen derecho a la vida”.
El club de las personas a las que odia todo el mundo
Se puede estar de acuerdo o no con el diputado de UPyD, pero la realidad es que, al menos en el caso de los toros, si se analiza su discurso con detenimiento, es difícil encontrar un exabrupto o,
al menos, una opinión que consideraríamos fuera de tono en otros
políticos. No importan las razones: basta pronunciar el nombre de Toni Cantó en un bar, una reunión de amigos o una red social para que caigan sobre él todo tipo de insultos.
El diputado de UPyD despierta una animadversión difícil de explicar, y es el último miembro del selecto club de 'las personas que odia todo el mundo', que cuenta entre sus filas con gente como Leire Pajín, Willy Toledo o Ramoncín,
individuos que no tienen nada en común salvo una cosa: la aversión
atávica que despiertan en gran parte de los españoles. ¿Qué hay que
hacer para recibir tantos insultos? ¿Es algo consustancial a la persona o
a lo que dice?
Para el asesor de comunicación Luis Arroyo, no importa tanto la persona, ni el discurso; todo depende del papel que te toca jugar, y el portavoz de UPyD tiene uno especialmente difícil:
“Cantó tiene un pasado como actor, un perfil amable, y ha decidido
cambiarlo por el de político, que es muy hostil. El riesgo es mayor,
pues se convierte en sospechoso de traición. Es como si Richard Gere
se mete a hacer una película de terror: todo el mundo le va a mirar con
lupa”. A esto se une, cuenta Arroyo, el hecho de que UPyD sea un
partido que levanta muchísimas sospechas en el ámbito parlamentario,
“porque parecen unos oportunistas que están aprovechando el hundimiento
de la política”.
El profesor de sociología Fermin Bouza va más allá y asegura que UPyD “es un partido bastante odioso porque su fundamento es meterse con todo”. En su opinión, Cantó, a igual que otros históricos políticos entre los que se encuentran Francisco Álvarez-Cascos o Alfonso Guerra,
es una persona que se hace aborrecer: “Los sentimientos de los demás
los generamos nosotros mismos. Si te odia todo el mundo es porque te
mueves a gusto en ese terreno. Es gente a la que le gusta ser
impertinente y dar su punto de vista sobre todo. El odio es algo que se
fabrica, y esta gente vive de eso”. Cantó, asegura Bouza, “dice muchas
tonterías muy molestas para mucha gente”, por lo que, insiste, no es de
extrañar que le desprecien tanto.
Bouza no cree que Cantó haya
alcanzado el nivel de Álvarez-Cascos o Guerra, pero piensa que podría
estar jugando en UPyD el papel que desempeñaban aquellos en el PP y el
PSOE, respectivamente: “Aparte de sus partidarios más inmediatos, les odiaba todo el mundo, porque trabajaban por generar miedo en el resto del partido para mantenerlo en orden”.
Arroyo cree que hay puestos en la política de los que es muy difícil no salir escaldado, independientemente de la persona que lo ocupe: “Cuando Leire Pajín
era secretaria de Estado de Cooperación no tenía ningún problema. Ese
papel era fácil, sólo tenía que repartir dinero y viajar con la reina.
De repente, la nombraron secretaria de Organización y tenía que hacer
una rueda de prensa todos los días sólo para meterse con el PP. Es un
puesto muy duro: no hay un sólo secretario de organización del PSOE o el
PP que haya salido indemne”.
Golpeando al chivo expiatorio
Una
vez que te han colocado la etiqueta de 'personaje público al que hay
que odiar' es muy difícil decir nada sin que las palabras se saquen de
contexto. Y la ciudadanía, tal como cuenta Arroyo, no somete las
palabras de uno u otro a juicios razonables, ni sopesados. El prejuicio
es, pues, la norma, y somos incapaces de valorar el discurso separándolo de quien lo pronuncia.
Si
perteneces a una parte de la contienda tienes asegurado el apoyo de los
tuyos, pero a la gente que está en el medio le golpean de todos lados Amalio Blanco,
catedrático de Psicología Social de la Universidad Autónoma de Madrid,
cree que en este contexto de conflicto, de crisis, necesitamos buscar
chivos expiatorios sobre los que descargar la ira que acumulamos
individualmente y como sociedad.
“La necesidad de buscar chivos
expiatorios es tan importante”, explica el catedrático, “que aprovechamos cualquier comentario o declaración que pueda colocar al que la diga como enemigo”.
En ese sentido, explica Blanco, no genera odio el personaje, sino sus
declaraciones sobre temas polémicos en los que las fronteras están muy
marcadas. En su opinión, a Cantó no se le odia por quien es, sino por lo
que dice. “En el tema de los toros se ha perdido hace mucho tiempo la
mesura, se ha asociado a posturas políticas y dan igual los argumentos,
sólo importa el saco en que te metan”, asegura el psicólogo. Toni Cantó
se posicionó y le llovieron las críticas.
El diputado de UPyD tiene, además, una dificultad añadida para defenderse porque, al fin y al cabo, el partido que lidera Rosa Díez
es relativamente pequeño y posee una implantación modesta fuera de
Madrid. “Si no te defiendes”, explica Blanco, “te dan palos por todos
los sitios. En este momento, si perteneces a una parte de la contienda
tienes asegurado el apoyo de los tuyos, independientemente de la burrada
que hayas dicho, pero a la gente que está en el medio le golpean de todos lados”.
Estar en medio es, precisamente, una de las capacidades de otra de las personas que generan más odio en nuestro país, Willy Toledo.
El actor genera animadversión, por exceso y por defecto, a ambos lados
del espectro político. Para Bouza su perfil no tiene nada que ver con el
de Cantó, pero encaja en la categoría que apuntaba Blanco, la de outsider,
que recibe vilipendios por doquier: “Parece muy radical. A la derecha
le molesta por razones ideológicas, obvias, y a la izquierda le parece
excesivo. En definitiva, es un bocazas y recibe palos de todos”.
Fuente: EL CONFIDENCIAL
Fuente: EL CONFIDENCIAL
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