Enel ha empezado a ejercer de jefe en Endesa
cuatro años después de hacerse con el control casi total de la compañía
española. La multinacional italiana ha reestructurado la cúpula
directiva de la antigua empresa nacional de energía, que ha quedado relegada a una división más del grupo público transalpino. El poder financiero, el de estrategia, el de compras, el de auditoria y el de comunicación pasa de Madrid a Roma.
La nueva estructura es el resultado de la puesta en marcha del proyecto llamado One Company,
por el que Enel centraliza multitud de funciones que ahora realizaba
Endesa, tanto para la empresa española y su filial portuguesa como para
su importante negocio en Latinoamérica. Muchas de estas funciones han
sido definidas como globales, tras analizar cerca de ochenta proyectos
de integración revisados uno a uno por Fulvio Conti, consejero delegado de Enel, y consensuados con Borja Prado, presidente de Endesa.
Por lo que respecta al centro corporativo de esta última, que ahora pasa a llamarse Iberia & Latam, desaparecen
las direcciones generales de Estrategia y Desarrollo, de Compras, de
Sistemas y Telecomunicaciones, la Secretaría General y la de Patrimonio.
La de Comunicación, la de Recursos Humanos y la
Económico-financiera pierden autonomía y pasan a depender directamente
de la central en Italia.
En relación con la organización
operativa de los negocios en España y Portugal, Enel mantiene las siete
áreas geográficas (Andalucía y Extremadura, Aragón, Baleares, Canarias,
Cataluña, Portugal y Nordeste), pero se disuelven los departamentos
de Estrategia de negocio, Auditoria, Patrimonio, Secretaría General,
Comunicación, Compra, Estrategia y desarrollo, Auditoría y Sistemas.
Latinoamérica
se convierte en una unidad independiente, que ya no consulta sus
decisiones al Consejo de Administración de Endesa en Madrid, sino que
informa directamente a Roma, donde Enel, participado en un 30% por el
Estado italiano, tiene su sede central. La división latinoamericana
sufre el mismo recorte de funciones que las de España y Portugal.
Según documentos internos, se da la circunstancia de que la estructura corporativa de Endesa deja de tener un director financiero directo, Paolo Bondi, que pasa a dirigir lo que ahora se llama Planificación y Control. Es decir, la compañía cotizada no cuenta con un chief financial officer
(CFO), argumento que fuentes oficiales rechazan al exponer que Bondi es
el financiero de Endesa, SA. Lo mismo ocurre con la dirección general
de Estrategia y Desarrollo, que ahora pasa a denominarse Análisis y
Proyectos, o con la de Auditoría, un aspecto fundamental en cualquier
compañía listada en bolsa.
Para ocuparse de estas labores, Enel ha creado Global Business Services (GBS),
una unidad interna dirigida directamente desde Roma. Este departamento
se encarga de gestionar los presupuestos de seguridad, servicios
generales, inmuebles, alquileres, comunicación y otras actividades que
antes se llevaban desde Madrid y desde Santiago de Chile, sede de
Enersis.
Un momento delicado
En cuanto al personal, del nuevo organigrama de Iberia y Latam han desaparecido Salvador Montejo, secretario general del Consejo y responsable de la Secretaría General, Enrique Durand, de Auditoría, y Arturo Maldonado,
de Patrimonio, que pasa al área de servicios globales. Lo mismo ocurre
con los directivos de España y Portugal y de Latam de divisiones
individualizadas.
Todo este proceso se produce al tiempo que
Endesa está negociando con los sindicatos un nuevo convenio colectivo
con recortes sociales para la plantilla, parte de la cual será invitada a dejar el grupo por la caída de la actividad en España. Por
su parte, Enel está inmersa en un proceso importante de reducción de
deuda para mejorar su salud financiera tras acometer grandes
adquisiciones, como la de Endesa, por casi 12.000 millones de euros.
Fuente: EL CONFIDENCIAL
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