domingo, 17 de marzo de 2013

EL PARLAMENTO EUROPEO PUEDE VETAR NUESTROS PRESUPUESTOS

Europa puede ser la solución. ¿Seguirá España siendo el problema?


PARLAMENTO EUROPEO Aunque la falta de información y la propia naturaleza de sus instituciones puedan transmitir lo contrario, la Unión Europea está dando pasos importantes que tendrán consecuencias positivas sobre la vida de los ciudadanos. Y esto es así porque, a diferencia de España, la UE entendió hace tiempo que la crisis económica tiene una raíz política. Ayer se produjo un acontecimiento relevante: el Parlamento Europeo aprobó un avance muy significativo en la supervisión de los presupuestos de los Estados miembros, con especial atención a los que se encuentran, como España, en una situación financiera delicada.

Resumidamente, lo que ayer aprobó la Eurocámara - con el voto a favor del diputado de UPyD Francisco Sosa Wagner - es que la Comisión Europea tenga la posibilidad de vetar los presupuestos de los países de la Zona Euro y que pueda realizar una supervisión minuciosa y continua de las cuentas de los países con graves problemas financieros. Se otorgan mayores poderes a Bruselas, no sólo para vigilar, sino también para exigir a los Estados que cumplan con los compromisos que adquirieron al entrar en vigor el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. La propia Comisión había sugerido una norma como ésta, pero los eurodiputados han introducido algunas disposiciones importantes.

Una de ellas es que la Comisión deberá garantizar que los recortes presupuestarios que lleven a cabo los Estados no afecten al crecimiento, al empleo ni a la inversión en sanidad y educación. Bruselas podrá aplicar un calendario más flexible en circunstancias excepcionales, con el fin de no hundir a los países con problemas en la recesión.

Lo que está haciendo Europa con esta norma es dar un paso más hacia la unidad política. Lo que justifica la intervención de Bruselas en los presupuestos de los países del euro (es decir, en sus políticas) es la idea de que la UE ya no es un simple pacto confederal, una asociación por conveniencia. Un problema en Italia, Grecia o España es un problema de Europa, que no puede desentenderse.

Además, esta visión de Europa no es meramente administrativa o económica. El énfasis en las prioridades (crecimiento, empleo, sanidad y educación) demuestra que existe un modelo de Estado. Los recortes no pueden hacerse a ciegas. Debe eliminarse lo superfluo para salvar lo esencial. El motivo sólo puede ser uno: la igualdad de todos los ciudadanos europeos.

No es que la votación de ayer haya supuesto una revolución en Europa. Desde que estalló esta larga y asfixiante crisis, quedó claro que tenía unas raíces políticas. Y Europa, mal que bien, quizás con más lentitud de la que sería aconsejable, está dando pasos hacia la solución de los problemas institucionales. Desgraciadamente, no está ocurriendo lo mismo en España. Aquí, la crisis política es más grave, porque a la europea se suma la específicamente española. Aquí, las CCAA incumplen sus presupuestos sin que haya apenas consecuencias. ¿Podemos imaginar al gobierno español vetando el presupuesto de una Comunidad porque no se ajusta a lo que se le exige? ¿Podemos imaginarlo exigiendo que se proteja el gasto en sanidad y educación y que se recorte en despilfarro y en prebendas? ¿Que se cierren, por ejemplo, las 'embajadas' regionales, o las televisiones públicas al servicio del partido de turno, en lugar de hospitales y escuelas? No. Nuestro gobierno es capaz de rescatar sin condiciones a una Comunidad cuyos dirigentes están embarcados en un proyecto secesionista.

UPyD lleva pidiendo desde su fundación más Europa. Pide de forma incansable que se reformen las instituciones españolas para que el Estado tenga más capacidad de actuación. Pide que se condicionen los rescates y que se supervise rigurosamente lo que hacen las CCAA. Pide que se salve el gasto en servicios básicos y que se recorte en el inmenso despilfarro de nuestras administraciones. Pide una solución política para esta crisis económica y social que está liquidando la igualdad entre ciudadanos. Lo que ayer aprobó el Parlamento Europeo confirma que el programa de UPyD es el camino para salir de la crisis.

Europa es la solución, pero España puede dejar de ser el problema. Para ello, el Gobierno tendría que ser capaz de tomar las riendas, ejercer su autoridad sobre las CCAA, y reformar las instituciones para recortar en estructuras innecesarias y racionalizar la gestión de las administraciones. El futuro es Europa, pero de lo que hagamos en España dependerá si jugamos un papel de liderazgo como nos corresponde por nuestro peso demográfico y económico o si, como hasta ahora, seguimos siendo un lastre, un Estado inviable del que nadie se puede fiar.
 
Fuente: upyd.es
 

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