jueves, 6 de diciembre de 2012

Un general alerta contra los militares que quieren "quebrar el ordenamiento legal"



El teniente general Pedro Pitarch.
 

Militares en activo y retirados tratan de "inocular y fomentar en el interior de las Fuerzas Armadas un nocivo estado de opinión" en favor de una intervención militar en Cataluña. Tan sombría advertencia la ha hecho el teniente general Pedro Pitarch, de acreditada trayectoria democrática y uno de los militares españoles más prestigiosos y de curriculum más brillante: fue jefe de la División de Logística de la OTAN, director general de Política de Defensa en la etapa de José Bono al frente de ese ministerio y comandante general del Cuerpo de Ejército Europeo.

Pitarch, que pasó a la reserva hace tres años, señaló ayer a El Confidencial que "algunos militares" están tratando de "instar públicamente a quebrar la disciplina y el ordenamiento legal" a través de Internet, las redes sociales y foros de opinión. Él mismo ha colgado en su propio blog un artículo titulado "¿Latente 23-F?" en el que advierte de que "el perverso espíritu que animó el intento de golpe del 23-F parece seguir latiendo y aflora a la menor ocasión". 

Fuentes del Ministerio de Defensa consultadas por este diario no han querido pronunciarse sobre esa supuesta corriente de opinión en un sector del Ejército ni sobre el artículo de Pitarch. "No entramos a valorar el malestar individual en las Fuerzas Armadas, pero no hemos detectado ningún malestar colectivo. Los militares son libres de pensar lo que quieran", dijeron a El Confidencial.

El ministro de Defensa, Pedro Morenés, destituyó la semana pasada al general de brigada Ángel Luis Pontijas por un editorial publicado en la revista Ejército, órgano oficial del Estado Mayor del Ejército de Tierra, que criticaba la "más que dudosa proclamación de intenciones soberanistas del pueblo catalán, que rompería la unidad nacional". El editorial de la publicación, de la que Pontijas era director, arremetía en su número de noviembre contra el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y señalaba que las "singularidades" de Cataluña -entre ellas la supuesta marginación del castellano- "provocan una disminución de la credibilidad de nuestra nación" y "perjudican la estabilidad política".



"Saltarse las leyes"

La destitución de Pontijas ha provocado, según el teniente general Pitarch, que militares en activo y retirados estén "haciendo circular profusamente mensajes incitando a saltarse las leyes y la normativa vigente". Pitarch, que entre 1990 y 1994 fue asesor de Seguridad y Defensa del entonces presidente del Gobierno, Felipe González, añade que "compadecerse y apoyar al compañero en malos momentos es una cosa; felicitarle públicamente cuando actúa fuera de la ley o la norma legalmente establecida es otra distinta", en alusión a la supuesta oleada de adhesiones al general Pontijas mostradas por compañeros de armas tras su cese fulminante. 

El pasado 13 de septiembre, dos días después de la multitudinaria manifestación de la Diada, que congregó en las calles de Barcelona a cientos de miles de personas en favor de la independencia, Pitarch ya advirtió que "los militares son extraordinariamente sensibles a fenómenos políticos" como el supuesto clamor secesionista en Cataluña. "Por eso intranquilizan algunas actitudes, verbales de momento", añadía el general, "que se perciben en personas o grupos directa o indirectamente relacionados con el mundo militar. Sus pronunciamientos reflejan estados de opinión y líneas de pensamiento muy arraigadas en amplios sectores de las Fuerzas Armadas".

Las fuentes del Ministerio de Defensa consultadas explicaron ayer a El Confidencial que el cese del general Pontijas, que aún no ha sido publicado en el Boletín Oficial de Defensa, fue decidido por Morenés no sólo por las opiniones vertidas contra Mas y el independentismo catalán en la revista Ejército, sino "sobre todo por haber quebrado el principio de confianza". Según esas fuentes, el general Jaime Domínguez Buj, jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, solo tuvo conocimiento del polémico editorial cuando éste ya se había publicado. El texto ha sido eliminado de la página web de la revista, pero su edición en papel fue distribuida por todas las bases y unidades militares.  
 
Fuente: EL CONFIDENCIAL.COM

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