lunes, 10 de diciembre de 2012

Cospedal ordena la dimisión de Cervera ante un caso "muy raro"




La dirección nacional del PP no tuvo contemplación con quien llegó a ser presidente de la formación en Navarra, miembro del Comité Ejecutivo y, hasta la fecha, secretario cuarto de la Mesa del Congreso. Que incluso entró en la terna de ministrables, y a quien muchos le veían un futuro fulgurante al lado de Mariano Rajoy. Todo por una "imprudencia", según él, pero que en Génova vieron una trama "muy rara" que puede llegar a ser constituyente de delito.

Santiago Cervera se vio en la obligación de dimitir como diputado nacional -perdiendo así su condición de aforado- y de darse de baja temporalmente como miembro del PP. Una decisión abrupta tras 24 horas de infarto, que daba inicio cuando el domingo se acercaba a una muralla cercana al club de Natación de la capital foral, para recoger de una ranura información presuntamente sensible sobre el presidente de Caja Navarra, José Antonio Asiaín, con quien tenía su particular guerra. Acudía "de incógnito, con el rostro tapado", según algunas fuentes. Allí le esperaba la Guardia Civil, que le detenía.

"Tuve la curiosidad por saber si la información que se había depositado en el lugar que se me indicó, acudí al sitio y en efecto vi que en él había depositado un paquete aparentemente con documentación", explicó Cervera. Así se lo dijo el mismo domingo a Juan Carlos Vera, secretario ejecutivo deOrganización del PP a nivel nacional. Entonces todavía no había saltado la información, pero Génova ya se preparaba para el golpe.

Pocas horas después de producirse el arresto -y la posterior puesta en libertad, tras dar sus explicaciones ante el juez-, María Dolores de Cospedal ya tenía todos los datos encima de la mesa. Y no le convencían. Los tacha, en público y privado, de "muy raros" y toma la decisión de apartarle de todas sus responsabilidades.

La operación caída estaba en marcha cuando, a primera hora del lunes, se filtra la noticia. La secretaria general quiere una respuesta al unísono, y por ello conversa telefónicamente con Alfonso Alonso, portavoz del Grupo Popular y jefe directo de Cervera. No quiere bicefalias, y ambos acuerdan que no puede seguir un minuto más en sus cargos.



A media mañana, y con las excusas de Cervera en su blog, Alonso hace llamar al diputado para informarle de la decisión. Y él la acata. Para la dirección nacional, no había dudadas de cómo actuar: aún manteniendo la presunción de inocencia, se le había descubierto "con las manos en la masa" en un asunto "que huele muy mal". En rueda de prensa, Cospedal hablaba de datos "cuánto menos graves y de rareza". Y "vamos a ver hasta que punto reviste gravedad importante", añadió.

El PP abría entonces un expediente informativo a modo de presión. Pocas veces la dirección fue tan rápida en la toma de ejecuciones internas. Otrora, la trama Gürtel dejó encima de la mesa casos que se prolongaron en el tiempo, como el de Luis Bárcenas o Ricardo Costa. Pero Cospedal, que entonces era ya de la idea de mostrar contundencias, tiene ahora las manos mucho más libres que cuando lidiaban en la oposición.

"Tenemos que saber lo que ha pasado", expuso la número dos. Y, hasta que las fuerzas policiales o la Justicia se pronuncien, "no podía permanecer en su puesto", justifican las fuentes consultadas. "El partido en el Gobierno tiene que ser ejemplar. Y un cargo público no puede hacer lo que ha hecho Santiago", expuso un alto cargo.

Conversación con Rajoy

Antes incluso de que Cervera saliera a la palestra para anunciar su marcha forzada, Rajoy era informado de la decisión. El presidente está de viaje oficial en Oslo (Noruega), para participar en la entrega del Nóbel de la Paz a la Unión Europea. Dio su plácet, toda vez confían en la mano de hierro impuesta por Cospedal.

Bien es cierto que hacía tiempo que Cervera había perdido el cariño de Génova. Que su salida del PP de Navarra y sus relaciones con el nuevo líder, el cospedaliano Enrique Martín, dejaban mucho que desear. Y que todo está relacionado, y visto en la escasa defensa de su presunción de inocencia por parte de la dirección. Pero, insisten desde la cúpula, "cometió un error de bulto", y ahora paga las consecuencias.




Cervera pactó con Alonso y Cospedal lo que diría a las 13:30 horas, final de la breve pero dura travesía. "El PP ha sido enormemente generoso y no debo generarle ningún tipo de perjuicio", y de ahí que informaba de su marcha. "Creo que es lo que más nos conviene a todos". Si bien, también afirmó que no cometió delito alguno, sino que era "víctima" de una conspiración. "Sé las razones por las que se me ha elegido", fueron sus palabras. Para la dirección nacional, se le ha ahorrado un problema a Rajoy.


Fuente: libertaddigital.com

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