domingo, 23 de diciembre de 2012

Nueve suicidios diarios por desahucios. ¿Para que las últimas reformas ?




LOS EXPERTOS CONDENAN EL ALARMISMO PERO PIDEN NO IGNORAR EL PROBLEMA



Una mujer se suicida en Málaga tras recibir una orden de desahucio”. Este titular, impensable hace no demasiado tiempo, se ha convertido en algo habitual en las últimas semanas en los medios de comunicación españoles. Los suicidios han pasado de ser un tema tabú a abrir las ediciones digitales de los periódicos sin apenas reflexión al respecto, un hecho que ha sorprendido a los propios profesionales médicos, como reconoce el doctor Carlos Mur de Víu, especialista en Psiquiatría: “Sí, nos ha llamado la atención el cambio”.


Ante esta súbita aparición de los actos suicidas en primera plana, Mur de Víu señala la necesidad de una cierta pedagogía: “Hay que distinguir entre los suicidas que tienen una patología psiquiátrica previa y los que lo han decidido después de un gran tránsito emocional, muchas veces en una situación de asfixia económica. Esos últimos son los que están causando alarma”.


Aunque la ‘excusa’ informativa haya sido el problema de los desahucios, Mur de Víu indica que puede haber diversos acontecimientos vitales que actúen como factor desencadenante. “Habitualmente se trata de situaciones de pérdida, aunque más que pérdidas materiales son afectivas. Por ejemplo, la pérdida de la vivienda supone perder nuestro lugar en el mundo, nuestra identidad


Pero también puede ocurrir por situaciones prolongadas de desempleo, fallecimientos o divorcios”.


A la importancia del paro se refiere también Pilar Gómez-Acebo, socióloga, asesora de Alta Dirección y experta en procesos de reconversión y empleo, además de Vicepresidenta del Club de Consejeros de España y Presidenta de Honor de la Federación Española de Mujeres Directivas y Empresarias (FEDEPE): “Las grandes compañías van a seguir despidiendo, y a partir de 40-45 años es muy difícil encontrar empleo. Hay muchas personas que, a partir de los 50-60 años se vienen abajo al tener que vivir de la sociedad”.  


 “No hay que ser alarmistas, pero no podemos mirar hacia otro lado”
La norma tradicional en los medios de comunicación indicaba que no se debe dar publicidad a los suicidios para evitar un efecto imitador, pero la preocupación social y la carrera por la inmediatez han provocado un giro radical en el que los suicidios han pasado a ser objeto de informaciones urgentes y destacadas. Tanto es así que en las últimas semanas se ha informado con gran estridencia de supuestos suicidios por desahucio para más tarde descubrir que el desencadenante habían sido situaciones personales mucho más complejas.


El doctor Mur de Víu aboga por la necesidad de encontrar un razonable punto medio: “Hay que intentar no dar un ‘bombo’ excesivo, pero tampoco hay que falsear la realidad, se puede hacer con distancia, respeto y equidad. Y no hay que prestar tanta atención a casos concretos sino al problema general: no podemos mirar para otro lado si todos los días hay nueve suicidios en España”.


“Hay razones para temer un aumento”


Los datos del Instituto Nacional de Estadística hablan de algo más de 3.000 casos anuales de muerte voluntaria, pero las últimas referencias son del año 2010. “Es pronto para cuantificar el efecto de la crisis, pero hay razones para temer un aumento”, señala Mur de Víu. “Hay un clima general, un inconsciente colectivo influido por los medios y los discursos públicos que es de impotencia, desesperanza, crispación, tensión… y que unido a las dificultades individuales forma un cóctel explosivo. Lo preocupante es que se trata de una situación sostenida en el tiempo. Siempre se habla del temor a un estallido social, pero eso no es solo el comportamiento violento”.


En la misma línea se expresa Pilar Gómez-Acebo, que destaca que “en Japón y Grecia los suicidios han aumentado en un 20%, y en España se espera lo mismo. Es la primera vez que nos enfrentamos a una situación así, y muchas personas no están preparadas, porque el bienestar provoca debilidad humana: en la guerra nadie se suicida”.


Una sociedad inmadura para afrontar el problema


“La gente no está sensibilizada”, lamenta Lucas Giner, de la Sociedad Española de Psiquiatría, que señala que “en el norte de Europa ha habido campañas efectivas con médicos de atención primaria, policías, maestros… personas que pueden detectar alertas”. A juicio de Carlos Mur de Víu, “el problema está tan estigmatizado que no se habla de ello con claridad, ni siquiera entre los profesionales médicos. Y aún somos una sociedad inmadura como para hacer campañas públicas de prevención”.


Sin embargo, coincide en la necesidad de la existencia de “una red de detección de casos en los hospitales y centros de salud que pueda dar consejos” para que familiares y amigos estén alerta. “Hay personas que lo planifican e incluso lo comparten, nunca hay que infravalorar ningún comentario sobre esto. Cuando alguien se suicida es muy posible que antes hubiera dado la voz de alarma”. 
 
Fuente:  http://www.elconfidencial.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario