miércoles, 7 de noviembre de 2012

COMO CEAM NOS PREOCUPA LA CRISIS SOCIAL Y ECONÓMICA DE ESPAÑA POR SUS IMPLICACIONES EN EL MEDIO AMBIENTE




Tratar de proyectar la inquietud de una ONG ambiental, por la situación de crisis que vive la nación española, hace que tratemos de conseguir una mayor concienciación de los ciudadanos en la medida que aumentando su preocupación por las cosas que les afectan, mejoren consecuentemente las políticas que no tan solo afectan directamente a ellos sino especialmente A UN MEDIO AMBIENTE TAMBIEN AFECTADO POR LA PERDIDA DE VALORES que la misma sociedad expresa...
La ecología política comprende los siguientes principios y fundamentos:



Principio de responsabilidad. Responsable, según el diccionario, es aquel que debe responder de sus actos o de las personas a su cargo y responsabilidad, la obligación de reparar una falta, de cumplir un compromiso y de tomar una decisión. Antes de ser un principio jurídico, es un principio ético. Supone la libertad de cada cual, si no de todos su actos, al menos de los principales entre ellos, los actos voluntarios. Somos libres porque podemos pensar y dar sentido a lo que hacemos y aunque los efectos finales sean impredecibles, asumimos las posibles consecuencias de lo que comenzamos o continuamos. Como vivimos en una sociedad plural, de muchos, «la tierra esta habitada por hombres y no por uno solo de entre ellos », nuestras acciones – aunque sean pasivas (dejar de hacer) – tienen efectos queridos o no queridos; somos actores nunca autores propiamente tales ( no hemos escogido las condiciones de nuestro nacimiento sólo podemos asumirlas) pero somos responsables frente a los otros y a nosotros mismos. Podemos, dar un sentido a lo que estamos haciendo. Es el principio de responsabilidad el que esta a la base del sufragio universal, de la mayoría de edad y de la responsabilidad penal.



El principio de solidaridad. El diccionario dice: dependencia mutua, sentimiento que empuja a los humanos a ayudarse mutuamente. Es la toma de conciencia de un destino común (vivimos en el periodo comprendido entre la natalidad y la mortalidad), toma de conciencia de que las formas de coexistencia (positivas o negativas) dependen de la manera en que nosotros y cada uno asumimos este destino común.

En la práctica, la ecología política, es la participación de todos en la toma de decisiones y acciones que conciernen el destino común, y en este sentido, lo son prioritariamente los movimientos sociales que se diputan por lograr esta orientación. Pero, además, hoy día, las decisiones son imperiosamente solidarias considerando que, por ejemplo, los cambios climáticos, efecto invernadero, migraciones forzadas, no dejan ninguna posibilidad de tomar decisiones supuestamente puramente individuales.



El principio de unicidad. Este principio se refiere al carácter único de cada cual, cada uno es políticamente indispensable, cada cual ve el mundo desde su experiencia única, desde su particular condición de mujer, hombre, niño, palestino, australiano, americano, desde su condición especifica, familiar y cultural, condición que es necesario asumir para aportar la riqueza de esta diversidad al destino común. Supone el reconocimiento del otro como par, como igual en la diferencia. Supone el reconocimiento y la implementación de la igualdad social y política, por sobre las diferencias sociales. Nadie de las generaciones pasadas, ni presentes, ni futuras, es reemplazable, precisamente por esta condición específica de cada cual.


El principio de pluralidad. « La tierra esta habitada por hombres y no por uno solo »(Arendt). Este es un principio de constatación y derivado del anterior, de que nadie es reemplazable.. Ninguno de nosotros (as) tiene la verdad sino solo una parte de ella. El reconocimiento de esta pluralidad, es el fundamento de la necesidad del debate, de intercambiar puntos de vistas y experiencias y que vuelve ilegítimo que algunos tomen las decisiones que afectan por todos, salvo haber sido específicamente delegado para ello. El espacio publico, político, de confrontación, persuasión y decisión supone necesariamente la pluralidad. El principio de mayoría y de minoría lo supone igualmente, pero se trata de explicitarlo y de ser consecuente con él.


El principio de participación. Este principio se deriva directamente del principio de responsabilidad. Si los seres humanos son conscientes y libres, por lo tanto, responsables, deben hacerse cargo directa e indirectamente de la situación de la humanidad y del planeta, así como de su relación. Supone, entonces, estar presentes tanto para decidir sobre las políticas a seguir, llevarlas a cabo y asegurar el control de las mismas. En cuanto las decisiones son resultados de juicios de valor, de juicios políticos sobre el sentido del acontecer y de sus posibilidades de orientarlo en beneficio de todos, los ciudadanos, deben confrontarlos con los resultados y redefinir muchos de ellos. Supone debate, toma de decisiones colectivas y revisiones periódicas, cuando ello sea necesario. La imposibilidad de estar en todas las cosas, en un mismo espacio y tiempo, hace necesario delegar muchas responsabilidades en personas elegidas para este efecto. Delegación que es siempre transitoria y no puede convertirse en un substituto de la participación tampoco en renunciar a la implicación directa.

Hoy en día se hace necesario revitalizar la participación directa y responsable frente a la pasividad que genera el Estado centralizado, el consumo y la búsqueda abstracta del « bienestar ». La participación es una cualidad propia del ciudadano (responsable) y no de las masas, las que necesariamente son pasivas.

Fuente: www.taringa.net
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