domingo, 30 de septiembre de 2012

SI NO ME DAS LO QUE QUIERO ME INDEPENDIZO



Ahora que CiU ha demostrado ser incapaz de controlar una crisis generada sobre un modelo de administración autonómica ultra subvencionada y mastodóntica que ellos mismos crearon, vuelve a agitar el fantasma identitario, para que los catalanes miren el dedo y no la luna. 
 
 
El nacionalismo, ya sea catalán, vasco, gallego, canario o cartagenero, se resume en una frase: si no me das lo que quiero, agito mis ‘hechos diferenciales’ y me independizo.
 
 
 En la mayor de las ocasiones, se trata de una simple amenaza, de un chantaje con el que se logran no pocas concesiones ante unos partidos ‘nacionales’ con más miedo que vergüenza en reconocer ese papel, que debería ser su enseña diferencial en esas regiones. Una vergüenza que demuestran ocultando ese carácter nacional en esas regiones, donde se mimetizan con el ambiente y pasan por ser más nacionalistas hasta que los secesionistas. 
 
 
 
En ese totum revolutum del despiste, con un PSOE pasando por tripartitos y un PP poniendo señeras y negando la existencia de los conflictos lingüísticos como hizo el actual ministro del Interior, los nacionalistas sacan pecho y ventaja, ante el cainismo de los dos grandes partidos nacionales, metidos en berenjenales para mimetizarse con el ambiente, de café para todos, Nación de naciones y acercamientos y excarcelaciones de etarras, que sólo dan oxígeno a las reivindicaciones identitarias.
 
 
 
Ese chantaje constante, incluido el uso torticero en lo que les conviene de la Constitución, debe acabar. No puede ser que se pida a papá Estado que rescate a una región que debe su crecimiento a las inversiones constantes ordenadas desde Madrid desde hace siglos, y por otro se amenace a independizarse apropiándose de esas inversiones realizadas ordenadas por Madrid cuando les conviene y por un modelo absurdo e insostenible económicamente que ellos mismos han creado.
 
 
No tiene sentido que Cataluña siga dedicando auténticas millonadas a políticas lingüísticas, embajadas exteriores, promociones de hechos diferenciales y a mantener toda una red clientelar y de empleo a militantes convergentes, restándole ese dinero a la sanidad, educación y a los trabajadores catalanes y que luego acuse al resto de España de que les falta dinero para cuadrar sus cuentas. 
 
Como no tiene sentido tildar a Extremadura de “región subvencionada” a renglón seguido de pedir el rescate financiero a Madrid. A Cataluña y a toda España le hace falta mucha menos demagogia de sus políticos, que se bajen de los coches oficiales, se reduzca el número de políticos en sus instituciones, se ponga fin a gastos innecesarios como las embajadas autonómicas y se adecue el tamaño de la administraciones a lo que realmente nos podemos pagar. Eso, y recordar que todos los españoles somos iguales y nadie es más que nadie por haber nacido en una u otra región. En momentos como este nuestra sociedad no necesita demagogos ni populistas para salir de la crisis, sino hombres de Estado.
 
 http://www.diarioelaguijon.com
 
 

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