martes, 29 de enero de 2013

El Consejo de Europa compara a España con Ucrania por sus injerencias en RTVE


El Consejo de Europa compara a España con Ucrania por sus injerencias en RTVE
 
 
Mis jefes no están en Génova”, lanzaba el presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique, en una de sus primeras comparecencias en el Congreso. “Procuro no tratar a nadie como tonto, pero no hay dirección política en RTVE. Creo en la objetividad y en la verdad, no en las directrices políticas”, remachaba. Cuatro meses después, hay quien no opina lo mismo. Al punto que el Consejo de Europa aprobaba recientemente una resolución sobre el estado de los medios en el continente en la que expresaba su inquietud por las interferencias políticas que la televisión pública sufre en España, como sucede en países como Ucrania o Rumanía.


“La Asamblea ve con preocupación informes recientes sobre la presión política en las radiotelevisiones públicas de Hungría, Italia, Rumania, Serbia, España y Ucrania, e invita a la Unión Europea de Radiodifusores a cooperar con el Consejo de Europa en esta cuestión”, reza la resolución, que aborda el "Estado de la libertad en los medios de comunicación en Europa". España es uno de los 47 estados europeos que integran la institución, con sede en Estrasburgo. Fundada en 1949, alienta “el desarrollo en Europa de los principios democráticos con base en la Convención Europea de los Derechos Humanos y otros textos de referencia sobre la protección de los derechos individuales”. 


El documento remite a la resolución 1636 del propio Consejo, aprobada en el año 2008, en la que se dejan claros los principios generales que deben regir en los medios públicos en democracia. “Los operadores de servicio público deben ser protegidos contra las injerencias políticas en su gestión diaria y en su trabajo editorial. Debe evitarse en los cargos de dirección a profesionales con filiación política partidista”, subrayaba uno de los puntos de la resolución.


 Además, “los operadores de servicio público deberían establecer códigos internos de conducta para el trabajo periodístico y la independencia editorial respecto a los partidos políticos”, zanja el informe aprobado por la Asamblea.
Indignación en el PP


El PP puso toda la carne en el asador para frenar la resolución, sin éxito. No en vano, Pedro Agramunt, senador popular por la Comunidad Valenciana, se resistió con uñas y dientes a que la mención a España figurara en el texto final de la declaración. Según la transcripción del debate que facilita el Consejo, el político conservador declaró: “Estoy sorprendido de que (…) España aparentemente se incluya en la lista de países en los que los operadores públicos soportan presión política, junto con otros miembros del Consejo de Europa. Esto es patentemente erróneo. Es indignante. No sé de dónde se ha recibido esa información, pero tengo mis sospechas: hay un partido en el Gobierno y dos en la oposición. Estoy seguro de que uno de los partidos en la oposición ha estado contando mentiras a esta Asamblea”.


Agramunt no paró ahí. “Somos uno de los países que proporciona las mayores garantías a los periodistas, tanto en los grupos públicos como privados. Ha habido muchas sentencias de tribunales españoles que defienden el derecho a informar de los periodistas. Y aseguro a los miembros que no hay problemas a este nivel. 


Tenemos toda clase de problemas de otra índole -todo tipo de dificultades económicas; no es un secreto para nadie-, pero no en el respeto a la libertad de los medios y de los operadores públicos. Simplemente, no es verdad”, remató. En todo caso, no es la única fricción que el Consejo ha tenido con Gobiernos del PP a resultas de RTVE. En su informe titulado "Servicio de Radiodifusión Público", difundido en enero de 2004, el organismo ponía a España como ejemplo de manipulación política en la cadena pública.


“La manipulación de la información por influencia política llevó a una sentencia sin precedentes contra TVE por su cobertura de la huelga general en España en junio de 2002”, expone el texto, en referencia al fallo de la Audiencia Nacional que, tras demanda de CCOO, condenaba a la televisión pública por vulnerar los derechos fundamentales de huelga y libertad sindical. El episodio fue cerrado por el presentador del Telediario, Alfredo Urdaci, con su célebre mención al sindicato “ce-ce-o-o”. La institución europea añadía que “en Grecia, Italia, Portugal y España, situaciones que se pueden definir como clientelismo político, paternalismo estatal y partitocracia, han evitado la completa emancipación de los operadores de servicios público del control directo de la política”.


La oposición no ha podido ser más crítica con las decisiones tomadas por el PP en relación con RTVE. De hecho, ha puesto en cuestión desde temas de estructura –como el nombramiento de Julio Somoano al frente de los Informativos y el affaire posterior que acabó con Ana Pastor fuera de la cadena pública– hasta de cobertura informativa –con la manifestación de la Diada, relegada en los Telediarios, como principal ejemplo- . Todo dentro del marco perverso en el que ambos partidos políticos asumen sin complejos que un cambio en el Ejecutivo legitima una revolución en los informativos. El propio González-Echenique lo admite al presentar como un logro que 17 de las 35 personas que formaban parte de la estructura se hayan mantenido en la división. Y recuerda que en 2004, después de que el PSOE ganara las elecciones, de 19 salieron 14. 

Fuente: EL CONFIDENCIAL

Detienen al teniente de alcalde de Lloret de Mar por su conexión con la mafia rusa


La Audiencia Nacional ha dictado orden de detención contra el teniente de alcalde de Lloret de Mar (Gerona), Josep Valls, por su presunta relación con la red de blanqueo de capitales para la mafia rusa liderada por Andrei Petrov, han confirmado a Europa Press fuentes conocedoras de la investigación. Valls ya ha sido detenido a primera hora de la mañana por agentes de la Guardia Civil que han acudido a su domicilio.

Entre otros vínculos con el municipio, el presunto cabecilla de la organización ha admitido que esponsorizó al Club Hoquei Lloret cuando el Ayuntamiento le adjudicó el 35 por ciento de la gestión del centro comercial construido en la antigua plaza de toros de la localidad, que incluyó la creación de 400 plazas de garaje; la Administración local gestionaba el 65 por ciento restante.

En concreto, la remodelación corrió a cargo de la empresa Development Diagnostic Company, una compañía propiedad de Petrov que tenía un capital social de un millón de euros y se dedicaba a la compraventa de inmuebles e intermediaciones en operaciones inmobiliarias en la comarca gerundense de La Selva.



Petrov confirmó este lunes en su declaración ante el juez que sufragó dos viajes a Moscú realizados por el exalcalde de la localidad y diputado de CiU Xavier Crespo y su familia, informaron fuentes jurídicas.

El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha ordenado el ingreso en prisión provisional incondicional de Petrov, su cuñado y lugarteniente, Constantin Mischanin, y la arquitecta Pilar Gimeno.

Fuente: Libertaddigital

El presidente de la Diputación de Ciudad Real, sin chófer que le "huela"






A la Justicia le parece "increíble" que contrate a un conductor "particular". Las alegaciones de la corporación, sorprendentes.



La Justicia ha rechazado que el presidente de la Diputación de Ciudad Real, Nemesio de Lara (PSOE), pueda colocar a un alcalde –concretamente, el de Llanos del Caudillo, Santiago Sánchez, también socialista- como chófer.


Según informa El Mundo, las alegaciones de la Diputación son las siguientes: "El cuidado del vehículo oficial no es el que se realiza en los talleres, sino de algo personal, que incluye la música que el presidente desea, el olor que quiere, los elementos de comodidad que solicita, el nivel adecuado de climatización, la velocidad de transporte que le gusta...".


La sentencia de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha reza: "A la sala le parece increíble que haya que contratar a un chófer particular y que no pueda servir a estos efectos uno de los más de 25 que aparecen dentro del amplio parque móvil con que cuenta la Corporación".

Catorce asesores irregulares

 

En realidad, el conductor, Santiago Sánchez, es solo uno de los catorce asesores irregularmente contratados, según la Justicia, por el último feudo del PSOE en la región. En concreto, el chófer pertenece a un grupo de ocho trabajadores eventuales –algunos, como él, ya ocupaban sus cargos desde pasadas legislaturas- entre los que se encuentra el jefe de gabinete, la secretaria, y cuatro empleados de "soporte" de los grupos Socialista y Popular en la Diputación.


La mayoría de estos ocho empleados resultaron afectados por lo que CCOO definió en su denuncia como una "maniobra torticera", consistente en "recolocar" en puestos de "nueva creación", y mediante acuerdo presupuestario de julio pasado, a otros seis asesores a los que, ya en marzo, los jueces habían ordenado despedir.


Fue el sindicato el que libró esta batalla desde el principio, al impugnar con éxito estos seis contratos con los que De Lara dio acomodo a la plana mayor de su partido en la provincia tras el debacle electoral. Hizo falta un auto de ejecución de sentencia de noviembre y una segunda demanda para que los seis socialistas abandonaran finalmente la Diputación.

Fuente:  http://www.libertaddigital.com

domingo, 27 de enero de 2013

Sobre el aguante y la dignidad de los españoles

 


El pasado 22 de enero de 2013 la sección décima de la Audiencia Provincial de Barcelona descubrió que la Guerra Civil  (‘aquí yace media España; murió de la otra media’, que diría Larra) no había finalizado.

No es una metáfora, es pura realidad. Ese día tres magistrados, tres, obligaron al juez  de instrucción número 28 de los de Barcelona -mediante el correspondiente auto judicial- a investigar los bombardeos que sufrió la Ciudad Condal entre los días 16 y 18 de marzo de 1938. 

No se trata de una investigación cualquiera. Sus ilustrísimas (Comas D´argemir Cendra, Sánchez-Albornoz Bernabé y Vidal i Marsal, que así se llaman los susodichos) obligan al juez ordinario  a averiguar “la filiación completa de todos los presuntos copartícipes”, no sólo de los militares que participación directamente en tan criminal operación, sino también de los civiles.

A nadie se le escapará lo ingente de la tarea, pero tampoco hay que olvidar una cuestión no menos importante verdaderamente obvia: ha transcurrido mucho tiempo desde aquellos desgraciados hechos. Este extremo ni siquiera ha pasado inadvertida a sus ilustrísimas. Nada menos que 75 años, lo que quiere decir que dando por bueno que el menor de los agresores o copartícipes  tuviera por aquellos años 25 años, hoy no podría tener -en caso de seguir vivo- menos de cien. Y hay que tener en cuenta que se trata de aviadores, por lo que se les supone mayor bagaje profesional.



No estamos, por lo tanto, ante una edad menor; pero como los avispados jurisconsultos conocen este extremo, lo que hacen es acudir a una fuente de autoridad sobre biología humana. Y en el auto cuelan un párrafo impagable que deja en evidencia los más sesudos análisis sobre el envejecimiento de la población.
Dicen los magistrados (sic) que “debemos recordar que la vida humana ha avanzado mucho en los últimos 50 años” (¿por qué no 40 ó 60?), “y ejemplo de ello son los recientes fallecimientos de personalidades tan relevantes para nuestra civilización como el señor Ito Kimura (ingeniero japonés de 115 años), la señora Rita Levi (científica italiana de 103 años, premio nobel de medicina en 1986) y el doctor Moisés Brogggi, cirujano catalán de 103 años y premio de honor de la Generalitat de Cataluña”.

A partir de tan científico razonamiento, sus ilustrísimas le ordenan al juez que investigue. Pero sin escatimar en gastos. Y en otro párrafo impagable sostienen, sin rubor, que no se puede dejar de perseguir delitos tan graves “por razones simplemente monetaristas”.  Sin duda, un asunto menor para sus ilustrísimas. El dinero público, como quedó dicho en frase memorable, no es de nadie.

Y con este argumento por bandera ordenan lo siguiente: Averiguar la filiación completa de todos los partícipes (se desconoce su nombre porque utilizaban identidades en clave); pedir las correspondientes fés de vida y estado a la república italiana; identificar a las víctimas españolas de los bombardeos, para lo cual deberán expedirse los oficios correspondientes al Archivo Histórico de la Generalitat y al Ayuntamiento de Barcelona; designar dos peritos expertos en Historia de la guerra civil; comunicar el auto a las autoridades autonómicas y municipales por si tienen a bien personarse en el procedimiento, y, por último, si tras arduas investigaciones no hay nadie que viva actualmente (que será lo más probable), sobreseer las actuaciones sin procesamiento alguno.

Jueces y jueces

Ni a la ubicua y polivalente Amy Martin se le hubiera ocurrido mejor manera de dilapidar dinero público en unos momentos en los que otro juez, el que instruye el caso Madrid Arena con cinco jóvenes fallecidas, no cuenta ni con secretario judicial, como denunciaba hace unos días el propio magistrado Palop

Con razón un viajero inglés que visitó España en 1830 se sorprendía del aguante de los españoles: “La alegría con que las gentes de todas las clases sociales soportan el infortunio, las privaciones y aun el empobrecimiento es algo que a duras penas puede creerse; no se les oye una queja; hay una dignidad innata en el pueblo español que les impide lamentarse ni aun en la intimidad, y tal vez sea esto en lo único en que son reservados”. 

Menéndez Pidal, que es quien recoge la cita, achacaba la capacidad de aguante de los españoles a la dureza del suelo patrio. Y echaba mano de las conocidas tesis de Unamuno, para quien los españoles tienen un espíritu “áspero y seco” debido a la altiplanicie de la meseta. Menéndez Pidal, sin embargo, lo matiza porque no todo el territorio  es meseta, y hace suyas unas palabras del consul Pompeyo (conquistador de la Península Ibérica) que sostenía que el hispano “tiene el cuerpo dispuesto para la abstinencia y el trabajo, para la dura y recia sobriedad en todo”.



Nada más cierto. Ninguna nación civilizada soportaría vivir atrapada en medio de esa tormenta perfecta que se ha instalado en este país a modo de anticiclón de las Azores: corrupción, crisis económica y ausencia real de liderazgo político para empujar al país hacia una sola dirección: crear empleo, que es la madre de todos los problemas económicos. Pero no sólo ausencia de liderazgo por parte del presidente del Gobierno, sino del parlamento, convertido -por razones de alquimia electoral- en un páramo de las ideas. ¿Por qué en vez de hablar tanto sus señorías a los periodistas no se reúnen más para buscar soluciones?

La perplejidad es todavía mayor si se tiene en cuenta que es el propio Gobierno el que sigue creyendo que el tiempo lo arregla todo. De otra manera no se entiende que un país que seguirá perdiendo empleo en 2013 -lo dicen hasta las propias previsiones oficiales- asista a la publicación trimestre tras trimestre de cada Encuesta de Población Activa como si se tratara de un acto administrativo más. Vagas declaraciones oficiales pero poca cosa más, cuando lo que obligaría tan calamitosa situación es a formar un Gobierno de unidad nacional con todas las de la ley, lo cual, dicho sea de paso, metería sordina a la cuestión catalana y dejaría bien claro que el Estado es una cosa demasiado seria para dejarlo en manos de políticos advenedizos.

El papel de la construcción

Lo peor, con todo, es que nadie cree que no sólo 2013 será un año perdido desde el punto de vista del empleo. Lo dramático es que en 2014 difícilmente la economía tendrá el suficiente dinamismo para crear puestos de trabajo de forma relevante. O al menos suficiente para devolver la esperanza a muchos españoles. El propio Gobierno es quien reconoce en su último Programa de Estabilidad que “el peso de los fuertes recortes realizados en los últimos años en inversión pública influirá negativamente sobre la trayectoria de la formación bruta de capital fijo en construcción hasta 2015”. Y difícilmente este país podrá salir de la crisis si no es capaz de recuperar el ciclo inversor en la construcción debido al uso intensivo del factor trabajo.

Por lo tanto, no hay tiempo en contra de lo que sugiere el ministro De Guindos. Hay que acortar los plazos para evitar tensiones sociales y, sobre todo, erradicar situaciones de desamparo socialmente injustas en un país desarrollado, como es España. Y el hecho de que más de medio millón de parados ya ni siquiera busquen empleo porque están convencidos de que no lo encontrarán debería llevar a la reflexión. Máxime cuando España cuenta con una de las tasas de actividad más bajas de Europa, lo que hace que la carga fiscal se sostenga cada vez sobre menor número de trabajadores.

 Menos de 17 millones de ocupados -la mayoría de bajos salarios y escasa productividad- sostienen un país con 46 millones de habitantes. 


Seguir diciendo que 2013 será mejor que 2012 es, por lo tanto, una idea peregrina fruto de una súbita pérdida de consistencia intelectual de sus promotores. Es tan absurdo como si Zapatero presumiera de que la economía creció un 0,4% en 2011 (frente al -0,5% estimado por Economía para 2013) mientras se estaba gestando la crisis de la deuda soberana que ha conducido a seis millones de parados. Lo más probable es que 2013 sea el año del fin de las convulsiones financieras gracias a la capacidad disuasoria deel BCE, pero todavía faltarían varios trimestres para que esa estabilización se traslade a la economía real. Al menos, hasta 2014.


No le faltaba razón a Pompeyo cuando le recordó al dictador Sila que “es normal que el pueblo prefiera el sol naciente frente al sol que se pone”.

Fuente: EL CONFIDENCIAL.

La investigación de la mafia rusa estrecha el cerco sobre el exalcalde de Lloret


La investigación de la mafia rusa estrecha el cerco sobre el exalcalde de Lloret
Miembros de la Guardia Civil retiran ordenadores de uno de los establecimientos registrados. (EFE)
 

Las detenciones del presidente del Club de Hockey de Lloret de Mar (Girona), Joan Perarnau por su relación con el líder de la mafia rusa, Andrei Petrov y del cuñado de éste, Konstantn Muschanin, estrechan el cerco sobre el exalcalde de la localidad, Xavier Crespo, hoy dirigente regional y diputado de CiU, y su presunta implicación en el caso de la mafia rusa destapado esta semana.


Según fuentes de la investigación, Crespo recibió sobres periódicos con dinero de la empresa de Petrov, y no es el único en el Consistorio que podría haber recibido cantidades económicas a cambio de facilitar beneficios como adjudicaciones, permutas o exenciones tributarias, tal y como sostienen los investigadores. Petrov justificaba el pago de estos sobres a través de su empresa DDC, que elabora facturas falsas para acreditar unos servicios que en realidad no se realizaban. Además, Petrov no era el único miembro de la mafia rusa que podría haber estado pagando a Crespo por sus servicios irregulares, según estas mismas fuentes.


Perarnau, detenido este sábado, era el intermediario entre el que fuera el alcalde de Lloret durante los hechos y Petrov, apuntan las mismas fuente. El presidente del Club de Hockey era quien se encargaba de recoger los sobres que le daban el empresario ruso o su cuñado, también arrestado, y que iban destinados, entre otros, al edil.


Hay otro indicio que estrecha la distancia entre los rusos y el exalcalde Crespo. A través de su empresa Development Diagnostic Company (DDC), Petrov esponsorizaba varios equipos deportivos, entre ellos el propio Club de Hockey. Perarnau le facilitaba facturas falsas para justificar el dinero que iba destinado a esos sobres, como compensación por las ayudas en adjudicaciones, permutas y exenciones tributarias. Pero en la directiva de este club aparece la mujer de Crespo, Guadalupe Oliva, como vicepresidenta del equipo. 


No es la primera vez que la esposa de Xavier Crespo aparece envuelta en escándalos por irregularidades con dinero público junto a su marido. Ambos fueron investigados por varios movimientos sospechosos en la Corporación de Salud del Maresme y la Selva, entidad que gestiona los hospitales de Blanes y Calella. Un informe elaborado por la Sindicatura de Cuentas, organismo fiscalizador de las Administraciones catalanas, alertaba sobre pagos sin justificar de más de 350.000 euros, realizados por una filial de la corporación, Centros Médicos Selva y Maresme (CMSC), en parte pagados por Crespo, su mujer y dos empresas, una de las cuales era propiedad del matrimonio. A pesar de estos indicios, finalmente este informe quedó archivado y no se pidieron responsabilidades al dirigente catalán.


Tras los dos últimos detenidos de este sábado, la operación continúa abierta y no se descartan nuevos arrestos en las próximos días.





La secretaria de Petrov, protegida y vigilada


Una de las detenidas este viernes en la Operación Clotilde es la secretaria del propio Petrov, Jessica Holguin, que este sábado prestó declaración ante el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco. La secretaria quedó en libertad aunque sigue imputada por un delito de blanqueo de capitales en el seno de una organización criminal y falsedad documental.


El fiscal solicitó su la libertad principalmente porque ha colaborado con la justicia y además tiene un bebé de un mes. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 acordó su calificación como testigo protegido durante las 24 horas del día. De todas maneras, tiene prohibido salir del país aunque no tendrá que comparecer como medida cautelar al estar vigilada por la Guardia Civil durante todo el día.


El resto de los detenidos declararán este lunes aunque la operación sigue abierta y no se descartan más detenciones e imputaciones en las próximas horas.

Fuente: EL CONFIDENCIAL.

sábado, 26 de enero de 2013

Cataluña, “víctima inocente


 


Los hispanistas han ejercido en su mayoría una especie de arbitraje sobre la veracidad de nuestra historia. Les debemos una buena parte del conocimiento de nuestro propio pasado y una capacidad diagnóstica sobre nuestro futuro, no contaminada por pasiones ni pulsiones. De ahí que resulte poco menos que imprescindible el último ensayo de John H. Elliott, catedrático emérito de Historia de la Universidad de Oxford y Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Se titula Haciendo historia (Taurus, 2012). 


Elliot es, sin duda, el historiador más experto de entre los hispanistas en el siglo XVII español y, seguramente, el mejor conocedor del Conde-Duque de Olivares, valido de Felipe IV y coprotagonista del conflicto bélico catalán en 1640, el episodio del que arranca -tanto como de 1714 y de la abolición por Felipe V de las constituciones catalanas y la vigencia de los Decretos de Nueva Planta- el segregacionismo de Cataluña. Una singularidad que el pasado miércoles se concretó -si bien con una mayoría insuficiente para impulsar un proceso de secesión- en la declaración de soberanía aprobada por el parlamento catalán (85 a favor, 41 en contra, 2 abstenciones y 7 ausencias). En la declaración se apela a la historia, y de lo que se trata es de indagar hasta qué punto la historia ofrece razón y sostén a la pretensión de soberanía.







Elliott terminó su ensayo en agosto del pasado año, de modo que ya tenía sobrada noticia del fuerte movimiento independentista en una Cataluña que él conoció en su juventud de manera casi exhaustiva. Vivió en Barcelona, aprendió catalán y formó parte de la escuela de Jaume Vicens Vives, un historiador que, siendo catalanista, desposeyó el relato del Principado de la mitología en la que otros autores lo habían introducido. Nuestro historiador sostiene que Cataluña, como España, Gran Bretaña y Estados Unidos en determinados momentos de su historia, padece del “síndrome de la nación elegida”


Es un síndrome al que sucumben las “naciones que se consideran a sí mismas encomendadas por Dios con una misión providencial que únicamente ellas pueden cumplir”. Una derivación de este síndrome es, según Elliott, el sentimiento colectivo de considerarse “víctima inocente” al que “tienen tanta propensión (…) las naciones poseídas por un fuerte sentido de su propio carácter excepcional, pero incapaces, ya sea por un  motivo u otro, de alcanzar el estatus y las oportunidades a que creen tener derecho.”


Y sigue el historiador: “Las comunidades nacionales que sucumben a este síndrome tienden a verse a sí mismas como víctimas permanentes de fuerzas malignas que emanan de uno o varios vecinos más poderosos”. Y llega a la conclusión de que “los catalanes del siglo XIX y XX fueron animados a ver su pasado como la historia de un intento pernicioso por parte de sus vecinos castellanos, desde principios del siglo XV en adelante, de socavar sus instituciones y modo de vida para destruir finalmente su identidad distintiva como pueblo”. 

Sería suficiente esta cita para entender que el victimismo -no exclusivo de Cataluña- se ha ido trabando durante mucho tiempo, pese a que Elliott en su decisiva obra La rebelión de los catalanes reconoce su “determinación de liberar la historia de Cataluña del siglo XVII de las garras de la mitología nacionalista”. Propósito que el historiador británico ha conseguido en el ámbito de la comunidad académica, pero no en los de la política y la intelectualidad española, enfeudados, bien en la ignorancia, bien en la interpretación sesgada de los aconteceres pasados de nuestra convivencia.


Basta leer a Elliott para comprender (páginas 70 y siguientes) que, pese a sus averiguaciones exhaustivas, incluidos estudios comparados con el Estado franco-condado, Cataluña no ha sido nunca ni “un Estado-nación embrionario” ni “un Estado-nación abortado” ni “según les gusta describir a algunos historiadores catalanes, un Estado-nación pero con soberanía imperfecta”, llegando a la conclusión de que “ya hay una nueva generación en la España oriental que corre el peligro de alcanzar la madurez bajo la impresión de que la historia de su territorio natal se detiene en las orillas del rio Ebro. Con tal enfoque inevitablemente se retrocede a la historia nacionalista estrecha y cerrada que historiadores de la talla de Vicens Vives se propusieron ante todo desacreditar”.


Estas reflexiones del casi indiscutido Elliott sirven para valorar lo que está ocurriendo en Cataluña. Aunque no exclusivamente allí. Porque el historiador británico -que no deja de explayarse sobre aspectos en los que la queja catalana ha tenido y tiene razón y razones- amplia el angular al sostener que “para bien o para mal, durante siglos de unión con un vecino más poderoso, Cataluña, Valencia y las provincias vascas, así como Escocia, Gales e Irlanda, han formado parte de un Estado, de carácter más o menos compuesto, cuya historia han compartido. No se puede hacer tabla rasa eliminando este quizá incómodo hecho histórico y reescribir la historia de las regiones y comunidades individuales como si nunca hubiera ocurrido”. Sin embargo, el miércoles, en el parlamento de Cataluña, así se hizo.

Fuente: EL CONFIDENCIAL

viernes, 25 de enero de 2013





Sigo  eligiendo contenidos que puedan servir de estímulo crítico a muchos conocidos que no quieren permanecer aletargados por esta sociedad tan manipulativa y directiva en un proceso que parece querer convertir nuestra vida en un "marujeo" costante:

Que si el caso Arenas, donde  se  sigue  dando  vueltas  para dejar todo como estaba, solo alimentando el "morbo" en torno a la cultura de la muerte...¿ Cuando  meterán  ya en la cárcel al conocido responsable y dimitirá esa Alcaldesa ?

Se habla de seis millones de parados ¿ será verdad ? o ¿ será que persiste en España demasiada economía sumergida?


Lo que me parece tengo claro es que ha predominado - especialmente en mi comunidad: Castilla La Mancha- una cierta complicidad con este corrupto sistema. El que mas o el que menos ha sacado "tajada" desde cobrando ayudas y subsidios varios, o buscandose un "carguito" con sus compañeros de partido...

El proceso de domesticación de los críticos de 1980, ha hecho desaparecer muchas organizaciones comprometidas, - ahora sus dirigentes o están dependiendo  del sistema o son víctimas subsidiadas con un paro por no haber trabajado nunca, mientras una sociedad desempleada tiene que supervivir a costa de las pensiones de sus abuelos...

Esperamos que no pasará en España como en cierto país asiático, donde la tercera edad sobra y hasta el gobierno espera que que se vayan muriendo todos para disminuir sus gastos sociales. ¡ Viva la macroeconomía !

Seguiré pensando que si fuera verdad que tenemos mas de seis millones de parados, el conflicto social sería inmediato.

La clase política a lo mejor da ejemplo de austeridad y renuncia a sus cuantiosos ingresos, aunque aquí no se mueva nadie y lo de la guillotina solo sea vestigio recordado de la Revolución Francesa.


D.P.R



domingo, 20 de enero de 2013

Si al menos un corrupto entrara en la cárcel


Durante años, los partidos políticos han amparado y tolerado la corrupción. Esto no es una opinión, sino un hecho. En su discurso de investidura, el presidente Rajoy afirmó literalmente: “No acepto de ninguna de las maneras que se diga que hay una corrupción generalizada en la política”. Sus palabras sí constituyen una opinión. 


Falsa, tal y como se confirmó ayer, pues si es cierto que detuvo la práctica del sobre, aún no sabemos por qué no lo denunció en el juzgado. En el caso de los gobernantes, las opiniones se traducen en acciones o, como en este caso, en la inacción y la mudez. Nos hallamos sumidos en la mayor crisis institucional de las últimas décadas. 


El jefe del Estado está siendo chantajeado por la corrupción familiar, y el del Gobierno por la de su partido: el país está en manos de dos mafiosos. Rajoy debe salir de la clandestinidad. Cuando se llega a cierto punto, la inacción se convierte en complicidad y encubrimiento políticos, quizá también penales. Al negar la corrupción, Rajoy sólo obedecía a ese impulso que tan bien encarna su Gobierno: cambiar la percepción de la realidad y no la realidad misma (salvo que Bruselas ordene lo contrario y tampoco del todo).


Pues bien, su intento de enmascarar la corrupción ha fracasado doblemente: el 96% de los ciudadanos, es decir, la totalidad de la sociedad española, percibe que hay corrupción en la política. Más aún: otro 95% considera que los partidos tienden a proteger a sus militantes corruptos en vez de denunciarles y expulsarles. Los datos los proporcionaba Metroscopia hace unos días, pero los del CIS resultan aún más reveladores de la dimensión de su fracaso. Comparando el Barómetro de diciembre de 2011 con el avance de 2012 se ve que si hace un año sólo el 6% de los entrevistados consideraba la corrupción uno de los tres principales problemas de España, a día de hoy este porcentaje llega al 17%, es decir ha aumentado un 186%. 


Al negar la corrupción, Rajoy sólo obedecía a ese impulso que tan bien encarna su Gobierno: cambiar la percepción de la realidad y no la realidad misma (salvo que Bruselas ordene lo contrario y tampoco del todo).No le va a quedar otro remedio al Gobierno que modificar la realidad a fondo. No me refiero a hacer una faena de aliño para fingir que aborda el problema, sino a abordarlo con todas sus consecuencias. 


Necesitamos una catarsis. Necesitamos que el presidente se dirija a los ciudadanos y, con toda solemnidad, adopte un compromiso veraz y verosímil contra la corrupción y con la exigencia de limpieza en todas las instituciones: no solo partidos, sino también ministerios, comunidades, municipios, diputaciones, empresas públicas. Esto no tiene ningún efecto legal, pero sí pedagógico. Resulta intolerable que cada día se estén publicando noticias de un nuevo caso de corrupción y los ministros sigan moviendo papeles de un lado a otro, como si llevaran una gestoría en lugar de un Gobierno.




Necesitamos además reformas legales de calado pactadas con todos los grupos parlamentarios para garantizar por ley la expulsión de los sospechosos de corrupción de la vida pública: ya que la ética no les obliga, tendrá que hacerlo la ley. También hay que garantizar la rapidez de la Justicia y su independencia, aunque el escandaloso nombramiento de un hombre de La Caixa para la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo (la misma que acabará juzgando las preferentes, las cláusulas suelo y otros abusos bancarios) es un autoblindaje del establishment sencillamente intolerable. 


Por cosas como ésta, necesitamos sobre todo algo que no darán las leyes: un cambio de cultura política por el que las élites abandonen su arraigada creencia de estar por encima de la ley. De nada sirve legislar si los mismos que legislan garantizan la impunidad de los corruptos. Necesitamos el compromiso de que no se va a indultar a un solo condenado más. 


  
Por último necesitamos que al menos un corrupto entre en prisión ya (luego que le sigan los 300). Es triste reclamar a la justicia que sea ejemplar, porque lo que ha de ser es justa. Pero la degradación institucional y política ha tocado fondo. El Gobierno está obligado a reaccionar si no quiere que el caso Bárcenas se lo lleve por delante.

Fuente: EL CONFIDENCIAL.

Cleptocracia, creación de valor y 'Marca España


“No me importa que esta organización tenga inútiles, lo que me preocupa es que sean inútiles proactivos”. La frase  es de un alto ejecutivo con el que tuve la suerte de trabajar hace muchos años, y que encapsula el riesgo más grande con el que se enfrenta ‘la marca España’ tras el reciente abrazo de optimismo cortesía de la prima de riesgo. Ahora viene la prueba del algodón.


Cuando me comentan mis compatriotas que es injusta la imagen del país, siempre les digo que no saben la suerte que tenemos de que los escándalos que salen todos los días en la prensa nacional ni se mencionen en los medios internacionales.  


Sinceramente, todas estas apabullantes historias que me llegan a diario -y espero que no aparezcan más- crean una oportunidad excelente para que el país lleve a cabo una autentico cambio y aproveche estos periodos de euforia para limpiar esa imagen de “oligarquía sin petróleo” que tenemos, y que nos hemos labrado nosotros solitos, con la aquiescencia o indiferencia de una gran mayoría, en la década perdida del “a trincar que el mundo se va a acabar”, porque de esa corrupción oligárquica siempre caía algo para los demás, y se toleraba.


 Lo llaman “cleptocracia”, pero es mucho más que eso porque permea a muchos entes, públicos y privados. Es un modo de entender la responsabilidad de cada uno que reajusta al alza nuestro umbral de lo que “es aceptable” cada día usando nuestra frase favorita. “Pues tú más”. Hasta que explota.


De momento contamos con cierto optimismo inversor y esos son los entornos en los que hay que hacer hachazos al clientelismo y poner las bases de un cambio de mentalidad. No nos demos palmaditas en la espalda diciendo que ya está todo solucionado, que ocurre todos los eneros desde hace años, como muestra el grafico inferior (cortesía de Mirabaud). El propio ministro De Guindos comentaba, con razón, que “ni los mercados ahora están tan bien ahora, ni antes estaban tan mal”.



Si, los mercados. Porque tenemos deuda para repartir hasta en las fiestas, y hay que refinanciarla. Como he dicho muchas veces,  si no quieren escrutinio financiero, no nos endeudemos. Pero como todo lo que oigo en España es pedir más crédito… 


Tendremos que aceptar las reglas y probar que somos merecedores de la confianza de quien nos presta el dinero. O quebrar y se acaba el modelo “social” –subvencionado- al enfrentarnos al prestamista, la Troika en este caso, y sus “soluciones”, que siempre empeoran la situación.


El precipicio fiscal de 2013… por el lado estatal


Meter el hacha y cercenar la corrupción solo es un paso. El riesgo político afecta a la credibilidad crediticia, a la inversión en el país y a los múltiplos a los que cotizan las empresas porque nadie invierte a largo plazo. Solo a aprovechar los “subidones” de pocos meses


Para atraer inversión se tiene que percibir un entorno inversor adecuado, fiable y predecible. Pero en esto España, vuelve a caer, desafortunadamente, según el índice de libertad económica Heritage 2012. Un problema institucional que se puede solucionar… Porque se ha hecho antes. Pero no es un problema único. Es parte del coste de la oligarquía sin petróleo. La otra parte es el “a ver si cuela” en los números que tan tristemente famosos nos hizo hace un par de años.


Si es cierto el rumor de que las cifras de ingresos fiscales se han “mejorado”, adelantando el impuesto de sociedades de 2013 de las grandes empresas y retrasando las devoluciones pendientes, es una mala noticia. Desafortunadamente es una práctica muy típica de ciertos países de la Unión Europea.


Si se han cumplido las expectativas de ingresos fiscales de los presupuestos, pero el déficit ronda el 7% o más… El problema son los gastos.  A menos que realmente pensemos que este país va a recuperar la senda del ladrillazo y el crédito eterno, cuando todos los indicadores industriales y de consumo siguen mostrando contracción.

Mantener unos gastos que siguen a niveles de pico de burbuja -2007- es una apuesta enorme, e imposible de financiar a golpes de déficits del 5% del PIB anuales.


Pero el riesgo es que a medida que llegamos a la segunda mitad de 2013 se acumule un precipicio fiscal tipo EE.UU., al agotarse los adelantos, confirmarse los gastos, y enfrentarnos a una necesidad de ajuste de entre un 1,5 y un 3% del PIB para cumplir con las exigencias mínimas de déficit de la UE.


Es cierto que en muchos foros se entiende y justifica 2012 como un año de transición donde el país no pudo aún mostrar los verdaderos efectos de las medidas implementadas. Pero 2013 no ofrece excusas. No podremos achacarlo al coste de deuda, a Alemania, a los Hedge Funds o a la prensa anglosajona, porque el beneficio de la duda nos lo han dado. Lo que el estado y las administraciones públicas consigan en 2013 es mérito o culpa solo suya. 


Desde las empresas: cumplimiento, creación de valor y gobierno corporativo
El primer paso ha sido relativamente fácil. Las empresas cotizadas han visto sus acciones subir mientras caía la prima de riesgo. Es como el efecto de tirar una piedra al agua, da la impresión de mucho cambio pero el líquido contenido es el mismo.

 
Por lo menos ahora, no como en 2009-2011, las empresas son conscientes del riesgo de que el cambio sea coyuntural y lo están aprovechando para emitir bonos (BBVA… ¡emitiendo cedulas hipotecarias a diez años!) con excelente demanda. Hay señales de confianza porque, por primera vez desde hace cinco años, la gran mayoría de las cotizadas pueden presentarse ante el mercado con un historial de haber cumplido con sus compromisos de desinversión, y rebajar los dividendos imposibles de pagar, y no con justificaciones de sus incumplimientos. Importante diferencia. 


Por otro lado, pueden presentarse ante sus inversores con unas estimaciones de resultados que ya no parecen más falsas que una película de Walt Disney. Desafortunadamente, las estimaciones de consensos siguen altas –un 12-15%-, y al menos los equipos de comunicación deben saberlo. No nos encontremos con una “fiesta de profit warnings” –rebaja de estimaciones - en el tercer trimestre. 


Hasta el día de hoy, la reducción de endeudamiento de las empresas españolas ha sido importante. La del Estado aun esta por darse. Pero dicha reducción se ha hecho fundamentalmente a través de desinversiones en activos “estrella” y recortando inversiones -por fin, después de años “preparándose para el retorno de la demanda”-. Ahora viene lo difícil. Reducir deuda con caja libre, generada por las operaciones corrientes.  Y no descuidar el hecho de que nuestro querido índice sigue siendo el más endeudado de Europa.

 
El gobierno corporativo es esencial para afianzar la recuperación de los valores. El clientelismo, la inversión por comité, el endeudamiento y la falta de meritocracia hacen que los valores de cualquier país coticen a múltiplos bajos –siempre injustificados, claro-. Se llama “descuento de caja negra”. Las grandes empresas deberían acometer una reestructuración profunda y dejar de tener reinos de taifas donde los directivos son consumidores de presupuesto, no generadores de valor. Aumentar dramáticamente la proporción de remuneración en acciones comparada con el fijo sería un elemento diferenciador. 


La alineación entre los intereses de los gestores y los accionistas minoritarios volverá a dictar quién se comporta mejor o peor. No vale con tener informes de responsabilidad empresarial huecos, con 200 páginas de obviedades que no se cumplen.  La primera regla es no convertirse en agencias estatales de oligarquía sin petróleo.  Hace ya varios años que muchas empresas han olvidado su obligación de crear valor -EVA, economic added value- para esconderse y justificarse bajo “la coyuntura”. Eso se lo puede permitir Gazprom, no nosotros.


Estamos en el periodo que en Citadel llamábamos un “canal de corredor de la muerte” (death row channel). Si las empresas y el país -todos- baten sus objetivos, cortan drásticamente el clientelismo, y crean valor, saldremos de esta espiral empobrecedora. Si no, ya verán como le echamos la culpa a alguien –extranjero, por supuesto. 


Justificar los errores e incumplimientos como “pequeños”, “ya descontados” o “no nos entienden” no vale. Toca cumplir. Lo hicimos tras el destrozo latinoamericano. No sé por qué no lo íbamos a hacer ahora.


PD: El nuevo álbum de Bowie. Eso sí que es un ‘brote verde’ que celebrar.

Fuente:  http://blogs.elconfidencial.com

POR UNA REPÚBLICA ESPAÑOLA PRESIDENCIALISTA



 

Por Enrique de Diego.- La República es intelectualmente superior a la monarquía. 


Desde el punto de vista teórico, la República es conveniente, deseable y la fórmula que se identifica de manera más plena con el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. La República responde al principio de igualdad de todos ante la Ley. Nadie nace en una posición superior a los demás. No establece discriminación, ni privilegio. Cualquiera puede llegar a ser presidente. No es preciso situar a éste en zona de exclusión respecto al imperio de la Ley, sino que, al contrario, ha de ser ejemplar en cumplirla y hacerla cumplir.


La República no precisa generar una aristocracia, una casta parasitaria, sobre la que sustentar su estabilidad, pues se dirige directamente a la voluntad popular.


En el terreno de lo práctico, es notorio que ha habido repúblicas ineficaces, y algunas –como las comunistas- manifiestamente contrarias a la libertad personal. No vale, ni es viable cualquier república. Aunque la idea republicana sea superior a la monárquica, no es buena en sí, precisa de marcos adecuados y eficaces. Ha de estar relacionada con otra serie de principios, sin los cuales la democracia degenera o es pura ficción. Ha de compaginarse indefectiblemente con la división de poderes. Eso implica que la elección del legislativo, el Parlamento, y el ejecutivo, el presidente, han de ser distintas, y los legisladores han de tener plena representatividad personal, relación directa entre electos y electores, de forma que la cámara parlamentaria ejerza sus funciones de control.


Los parlamentarios han de ser elegidos a través de distritos uninominales. Eso conlleva una apuesta clara por la moderación, pues el candidato ha de esforzarse por conseguir el mayor número de votos y, por tanto, ha de dirigirse hacia las zonas templadas y mayoritarias del electorado. Esa fórmula permite la relación directa entre el representante y el representado, pues el político no depende, de manera decisiva, de las burocracias partidarias, sino directamente de los votantes, que votan a las siglas pero mucho más a las personas. Esos parlamentarios se deberán a los intereses y criterios de sus electores y, por tanto, estarán en condiciones de servir como auténtico contrapoder al ejecutivo.


Ninguna democracia ha sobrevivido a ninguna de las fórmulas partitocráticas devenidas del nefasto sistema proporcional. No lo hizo la República de Weimar, cuyo sistema proporcional permitió el ascenso del nazismo, hasta la toma definitiva del poder en 1933. Ni la IV República francesa, ni el corrompido sistema italiano que pivotó sobre la Democracia Cristiana y que se llevó por delante a ese partido.


El fracaso de la IV República francesa es altamente significativo. Su sistema electoral proporcional impidió la formación de gobiernos estables. El presidente era una figura decorativa y también carecía de poder el primer ministro. Lo que De Gaulle definió como “el ballet de los partidos” hizo que la toma de decisiones se hiciera prácticamente imposible, sobre todo cuando podían resultar impopulares. 


Los partidos tendían a eludir responsabilidades o a endosárselas a los compañeros de coalición; al tiempo, de manera compulsiva, eran proclives a respuestas emocionales que consideraban respaldadas por la opinión pública, como la guerra de Indochina que se resolvió con la derrota francesa en Dien Bien Phu (1954) o los vaivenes, cortoplacistas, de la inoperancia a la extrema dureza en la Argelia francesa, que fue el escollo en el que terminó encallando la IV República.


En 1958, el general Charles de Gaulle, llegado al poder por exigencia de los militares, y con Francia al borde de la guerra civil, sometió a consulta una Constitución –aprobada por 17,5 millones de votos contra 4,5- que Paul Johnson define como “de lejos la más clara, la más consecuente y equilibrada que Francia había tenido jamás”. 

Polarizó la política francesa en dos grandes bloques, izquierda y derecha, “y obligó –explica Paul Johnson- a los votantes, en la segunda vuelta, a adoptar decisiones inequívocas. Reforzó al ejecutivo y le permitió adoptar decisiones con autoridad y aplicar medidas consecuentes. Sobre todo el sistema de elección de presidente de 1962, aprobado por 13,15 millones contra 7,97 millones, otorgó al jefe del Estado, más allá de los partidos, un mandato directo que emanaba del electorado”.


Es bien sencillo de entender y no hay que perder mucho tiempo en explicarlo: el sistema proporcional fragmenta la representación y favorece a los grupos minoritarios, dificultando la formación de gobierno, salvo mediante arduas y gravosas negociaciones con grupos muy escasamente representativos, que pasan a ser decisivos.


De esa manera, se prima al minoritario y al radical. Los grupos mayoritarios tenderán necesariamente a intentar competir por el mercado electoral de esos grupos y, por supuesto, a modificar sus criterios de forma que esos pactos sean posibles, con lo que todo el sistema se va corrompiendo y radicalizando. 


El sistema electoral español, con la nefasta coyunda del sistema proporcional corregido de asignación de escaños, más la provincia como circunscripción electoral, impide, de hecho, la consolidación de un tercer partido nacional, mientras permite que los partidos separatistas eludan el castigo al tercer partido concentrando el voto en unas pocas circunscripciones, con lo que se convierten en la bisagra de la estabilidad de una nación a la que pretenden destruir y de la que aspiran a secesionarse. Se puede pensar un absurdo mayor, pero resulta difícil.




La clave de la República es que el presidente no dependa de la voluntad de los partidos, sino que su representatividad sea obtenida de todo el cuerpo electoral nacional; que la República sea presidencialista. Un presidente de la República elegido en votación directa por toda la nación no dependerá de los grupos minoritarios radicalizados, ni mucho menos de los separatistas. No es chantajeable por ninguno de ellos, su legitimidad de origen y su potestad es plena (mientras el monarca siempre está al albur de que se cuestione su difusa legitimidad).


Durante cuatro décadas, los españoles han sido sometidos a una pertinaz propaganda monárquico-juancarlista, en la que no se ha establecido límites para la decencia. El reinado juancarlista ha sido presentado, sin rebozo, como una concatenación de proezas y milagros, elevando el oportunismo a la categoría de épica hazaña. Para perpetrar esta singular impostura han tenido que coincidir dos líneas estratégicas: el silencio informativo, con todos los registros, desde la autocensura a la oscura coacción, y la complicidad interesada de la nueva aristocracia, de la casta parasitaria.


Lo que se conoce por izquierda, residuos y detritus del socialismo real, se vendió, al comienzo de la malhadada transición, por mucho más que un plato de lentejas, por un extenso botín y la patente de corso para expoliar a modo a las clases medias. Su exhibición, de tanto en tanto, de la bandera tricolor de la segunda república bolchevique no supera los tonos de la mascarada.


 Lo que se conoce por derecha se ha vendido por mucho menos. A pesar de ser el juancarlismo una monarquía instaurada que propende a cortejar a la izquierda, la derecha, si por tal entendemos al PP, que en muchos aspectos es básicamente un partido socialista que no se reconoce, ha hecho del monarquismo una de sus señas de identidad. Los congresos del Partido Popular se inician con una proclamación de adhesión y fe monárquica que recuerda, en su sumisión, a las épocas de las pelucas empolvadas.


Este consenso no es otra cosa que la defensa a ultranza del esquema depredador y prebendario en que se basa un sistema sistemáticamente expansivo que ha superado ampliamente los límites de sus últimas contradicciones. Las gentes, llevadas a la ruina, han caído en la trampa mediática. Conozco a no pocas que, ante las incertidumbres, han mirado hacia la familia real y han percibido en su aparente plácida tranquilidad un facto de estabilidad. Puesto en el timón del mando, en la Jefatura del Estado, no se han detectado signos de inquietud en su dolce far niente, han considerado que nada pasaba, que no se justificaba la alarma o la rebeldía.


Mientras el barco de la Patria iba a la deriva, mientras se abrían de continuo vías de agua en su casco, el ‘Bribón’ surcaba los mares de la molicie. Y el ‘CAM’, pues para satisfacer las ansias marineras de Felipe de Borbón, los impositores de la Caja de Ahorros del Mediterráneo fueron expoliados.

Que una institución nacida para democratizar el crédito haya terminado de mamporrera del Borbón es tanto una metáfora como un paradigma, porque el ‘CAM’ es también el simbolismo de una casta que ha hundido las cajas. Obligada por la acumulación de nefastas gestiones, de rapiña político-económica, la institución financiera a fusionarse con CajaAstur o de ser intervenida, aún en el verano de 2010, el denominado príncipe regateaba a costa del empobrecido impositor alicantino.


La República presidencialista no surgirá de la casta parasitaria, pues es la gravosa corte del presente, la legión plebeya que nos asfixia, sino de una sociedad civil rearmada intelectualmente y regenerada moralmente, que salga airosa y decidida de la trampa monárquica.

Ser hoy y aquí republicano es, más allá de la convicción racional, puro instinto de supervivencia. La República es un ideal, también una necesidad. O España será republicana o no será.


Del libro “La monarquía inútil” (editorial Rambla)