" Pensar en la temporalidad de la crisis que vive España es caer en la fantasía y desconocimiento del síntoma que aunque se relaciona con la crisis global que vive el mundo, en nuestro país ha abierto muchas heridas históricas de difícil solución, ya que permanecían ocultas.
Los que tenemos hijos mayores "entretenidos" en una actividad estudiantil, no podemos caer en la ingenuidad de pensar que pronto vamos a renacer...
Nuestra pasada entrada en Europa sirvió para acabar con nuestro tejido productivo y que solo en sus casos globalizados se instalan en países subdesarrollados mientras aquí seguimos acumulando paro e incertidumbre en una España que no sabemos como va a terminar su singladura.
¿ Generación perdida ?
Trágico futuro incierto que atenaza a los mas jóvenes presos en la magia de ilusiones a enterrar como viviendo de anhelos mas que de realidades posibles.
Ante el mal gobierno, la degeneración de la política, la caída de los valores y la corrupción, muchos ciudadanos miran a “sus iglesias” con la esperanza de que desde los púlpitos, se lance el esperado movimiento de resurrección , pero ellos , acomodados ,cobardes y sin empuje, continuan manteniéndose somnolientes , lejos del activismo regenerador que encarnara la doctrina del Maestro Jesús, conviertida ya en refugio de personas mayores que parecen vivir en tránsito hacia el fin de su existencia.
El
mayor problema no es ni siquiera la corrupción, cuando evidenciamos
la erradicación de la decencia, los valores como el esfuerzo, la
iniciativa individual, y la honradez, en una sociedad descrita a
diario en los noticieros como caldo maloliente que hace germinar la
incultura, el trato de modernos esclavos, el sometimiento al poder,
la envidia, la pillería o la misma delincuencia o la indecencia mas
generalizada. "
Leer
la prensa en los últimos años es un ejercicio de reiterada
repetición de sucesos decepcionantes que ponen muy en duda la
capacidad de nuestra saciedad de enderezar el rumbo hacia su propio
ocaso.
Recordar
una y mil veces los valores que un día presidieron nuestra alma
patria para después tomar tierra con la cruda realidad de una
cotidianidad que nos sonroja, tiñendo de rojo sangre con visos de
normalidad la crónica de sucesos del día a día.
Ni
siquiera la Iglesia ...¿ habría que decir las iglesias?, parecen
acomplejadas , sin liderazgo, desaprovechando una de sus mejores
oportunidades históricas aquí , en España, en Europa o en América,
incapaces de lidiar la recuperación de los valores y de una ética
que la sociedad necesita, tras haberlos perdido en las últimas
décadas.
Ante el mal gobierno, la degeneración de la política, la caída de los valores y la corrupción, muchos ciudadanos miran a “sus iglesias” con la esperanza de que desde los púlpitos, se lance el esperado movimiento de resurrección , pero ellos , acomodados ,cobardes y sin empuje, continuan manteniéndose somnolientes , lejos del activismo regenerador que encarnara la doctrina del Maestro Jesús, conviertida ya en refugio de personas mayores que parecen vivir en tránsito hacia el fin de su existencia.
DPR
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