martes, 25 de diciembre de 2012

UNA FUERTE POLÉMICA EN LA INVESTIDURA SECESIONISTA DE M


Mas tapa el cuadro del Rey, promete a Cataluña, y El País, CiU y Pedrojota
El cuadro del Rey permaneció tapado en la toma de posesión de Artur Mas. (Foto: 24h)






Artur Mas tomó posesión como presidente de la Generalitat pero no lo hizo como hace dos años con el retrato del Rey Juan Carlos I. El retrato del monarca quedó oculto bajo un telón negro. En el acto se relegó además al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, entre el público, como un invitado más.



Polémico acto por tanto de principio a fin, con protocolo y organización usado como desafío, y ninguneo al representante del Gobierno de Mariano Rajoy -que fue abucheado a la entrada- y duras palabras de Artur Mas. Tras serle preguntado por la presidenta del Parlamento catalán si juraba "guardar fidelidad al Rey y a la Constitución", Artur Mas hizo un énfasis especial. "Sí, prometo plena fidelidad al pueblo de Cataluña", declaró.



En su discurso reivindicó el referéndum independentista, eje del pacto de CiU con ERC. "Este pacto tiene como norte que los que se incorporen a él defiendan el derecho de Cataluña a tomar decisiones de cara al futuro", declaró señalando que "para colaborar a fondo con el Gobierno del país", es necesario que se "reconozca el derecho de Cataluña a ejercer su autodeterminación".


Artur Mas, en advertencia al Gobierno delante de Cristóbal Montoro, dijo "que Cataluña pueda decidir su futuro". "Cambiar el rumbo de la historia de un país es como cambiar el rumbo de un gran trasatlántico", señaló, añadiendo "sobre todo si es un país como Cataluña, con raíces muy profundas". Aseguró que es lo que pide "una parte significativa de la población de Cataluña". No obstante advirtió de que eso "no se hace de la noche a la mañana, es una transición nacional, no es un golpe de timón inmediato".


"Estaría bien que el Estado al que pertenecemos hoy intentara no poner vallas al campo a la hora de dejar que Cataluña eligiera su futuro", avisó. 

"Todos somos protagonistas de un momento único de nuestra historia. Estamos a prueba personalmente y de forma colectiva como país". Pero avisó de que trascendente no significa "plácido o paradisíaco", sino que "va mas allá de nuestra inmediatez, de una legislatura, de una generación entera, incluso. Creo que es importante ver este momento trascendente que estamos viviendo todos juntos", proclamó.


Dirigiéndose directamente a Cristóbal Montoro le recordó que en el salón en el que se ha celebraba la ceremonia la Generalitat administraba los impuestos -porque era su "finalidad primera"- que después le eran entregados "con pactos y a cambio de privilegios" al Rey. "No era una monarquía absoluta", subrayó Artur Mas.

Las preguntas de Pedrojota


A todas las cuestiones políticas se ha sumado una fuerte polémica periodística como ha destacado Hechos de Hoy. En una nueva entrega, José Manuel Romero denunció el domingo en El País una supuesta "conspiración" entre policías, editores de periódicos y miembros del PP contra políticos catalanes, en referencia a las informaciones sobre la corrupción de la familia Pujol y Artur Mas.

Este lunes respondió Pedrojota Ramírez, director de El Mundo, con un editorial bajo el título de ¿Por qué protege Prisa a los políticos corruptos que intentan destruir España?. Por el interés de esta polémica, y para conocimiento de nuestros lectores, recogemos íntegro este editorial de respuesta de El Mundo a El País en cuestión de alto calado:


"Cuando Artur Mas intervino en una tribuna de Madrid inmediatamente después de anunciar su órdago independentista, los únicos empresarios que le arroparon fueron los máximos directivos del grupo Prisa. El mismo que acaba de organizar unos encuentros Cataluña-España, como si la una no formara parte de la otra.


El mismo que trata entre algodones a los líderes nacionalistas y difunde todos los días con entusiasmo sus tesis rupturistas. El mismo que camufla la verdad hablando una y otra vez de "referéndum sobre el derecho a decidir". Ayer (el domingo) El País realizó un típico trabajo de control de daños atribuyendo a "policías anónimos" la difusión de noticias relacionadas con la corrupción de CiU.

 Su propósito es embarrar el campo alimentando el victimismo de un grupo dedicado sistemáticamente al cobro de comisiones ilegales.

Quienes tanto se han burlado de la "teoría de la conspiración" fingiendo ignorar la manipulación de pruebas en el sumario del 11-M, se vuelven ahora conspiranoicos para ayudar a Mas y a la familia Pujol

¿Lo hacen por dinero, por castigar a España por ese pasado franquista en el que medraron ellos y sus mayores o por las dos cosas a la vez?"

FuenteHechos de Hoy / María Céspedes

lunes, 24 de diciembre de 2012

Una de cal y otra de arena: Superada su crisis de identidad, el euro apunta a los 1,4 dólares para 2013


Superada su crisis de identidad, el euro apunta a los 1,4 dólares para 2013

 
El euro. Cara y cruz de una moneda -la única- que ha visto como, a lo largo de 2012, cuando los coletazos de las turbulencias europeas arreciaban con más virulencia, se ponía en entredicho una y otra vez su futuro. 

La moneda de curso legal de buena parte del Viejo Continente ha pasado por la crisis existencial más profunda de su corta historia pero las voces son unánimes a la hora de señalar que hoy se encuentra estable y evoluciona favorablemente.

 Esto no es poco para una divisa de la que, hasta hace unos meses, se ponía en duda su supervivencia hasta el punto de que Mario Draghi se vio obligado a pronunciar aquella famosa frase en pleno mes de julio: “haremos todo lo necesario para preservar el euro… y será suficiente”.

Y así ha sido. Hoy, casi medio año después, el euro vuelve a cotizar en el entorno de los 1,32 dólares y se anota una subida de más del 5% desde el pasado mes de septiembre, cuando los planes del BCE se concretaron en el anuncio de un nuevo programa de compra de deuda pública en el mercado secundario —Outright Monetary Transactions (OMT). 

Desde entonces la situación para el euro es bien distinta y sus perspectivas también lo son, tal y como apuntan en sus estimaciones para el próximo ejercicio multitud de firmas de análisis como Goldman Sach.
 
“Apreciamos un euro fuerte que ha ido cogiendo impulso al calor de la disminución de riesgo en el continente y esperamos que la divisa termine de despegar, a medida que se vayan conociendo datos alentadores macroeconómicos en la primera mitad del próximo año”, apuntan desde la entidad. 

Pero, en el escenario cambiario para 2013 hay que saber diferenciar entre las distintas parejas de baile. Desde el otro lado del Atlántico, la política de estímulos económicos que mantiene la Reserva Federal estadounidense no hace más que plantear a corto plazo un contexto de depreciación del dólar. Se plantea la incógnita, ¿mantendrá su caída el billete verde frente al euro?

 Evolución de la cotización euro-dólar durante el último año
 
Evolución de la cotización euro-dólar durante el último año.
 
 
Soledad Pellón, analista de IG, cree que el próximo año "la previsible resolución del fiscal cliff implicará necesariamente un recorte de gastos y subida de impuestos que ralentizará necesariamente el crecimiento económico del país". 

Esto, unido a las políticas expansivas que se vienen aplicando, abocará al euro a un año marcado por la debilidad.
En esta línea, desde AndBank creen que el euro podría tocar un nivel a 12-16 meses vista de 1,4 dólares, a la vista de un escenario desinflacionario para los próximos dos años en un contexto de recuperación que mantendrá las curvas de tipos de interés estructuralmente bajas. En este escenario también se mueve Daniel Álvarez, analista de XTB Trading al considerar que "se está cuajando una tendencia con mayor predilección por los activos de riesgo".

Sin embargo, los analistas de Banca March plantean un cruce de divisas en una horquilla a corto plazo entre los 1,25 y 1,30 dólares al considerar que la moneda estadounidense está infravalorada en términos de paridad de poder de compra (PPP). “Su carácter de activo refugio es atractivo para diversificar riesgos en carteras, a pesar de que la política laxa de la Fed es un factor evidente de debilidad”.

El yen, ante una "obligada" depreciación.

En relación con la divisa japonesa las opiniones no pueden ser más unánimes. El cambio de Gobierno en el país y el anuncio de que emprenderá todo tipo de medidas expansionistas para tratar de hacer carburar la estancada economía nipona aventura una casi segura depreciación del yen.

"El nivel de los cien yenes por euro es más que previsible a lo largo del próximo año -hoy cotiza a 110 euros- pero, una vez más, todo queda pendiente de que se consiga resolver el fiscal cliff, señalan desde XTB.

En el caso de otras divisas como la libra, los analistas apuestan por una política más ortodoxa, desmarcada de Estados Unidos, si bien desde Banca March esperan que los malos datos de la economía inglesa pasen factura a la divisa. 

Mientras, en lo que se refiere a países emergentes, se espera una tendencia mixta. "La ralentización de la economía brasileña abre la puerta a una posible bajada de tipos que influya a la baja en la cotización del real", afirma Pellón. 

Según XTB, se espera una revalorización del dólar canadiense y australiano, a medida que se vayan conociendo buenas referencias macro desde China y recomiendan infraponderar monedas refugio como el franco suizo y las coronas noruega y sueca, a la vista del incremento de predilección por el riesgo.

Fuente:  Javier Checa en el CONFIDENCIAL.

domingo, 23 de diciembre de 2012

LOS GRANDES PARTIDOS LO INUNDAN TODO.


 
       'La libertad es una planta rara y delicada'. Milton Friedman

Cuenta el profesor Cabrillo en el prólogo de Capitalismo y Libertad* -un libro esencial de Milton Friedman- un anécdota deliciosa. Corría el año 1976 y el economista estadounidense estaba recogiendo el Premio Nobel de manos del rey de Suecia por su contribución al análisis del consumo y de la teoría monetaria. 


En un momento de la solemne gala alguien gritó con contundencia: "Friedman, go home". 


Friedman, acostumbrado a polemizar como nadie, sonrió al público como si el improperio no fuera con él. Pero a su lado, el maestro de ceremonias, tras pedir disculpas al público, soltó una de esas frases memorables que merecen entrar en el museo de la flema británica: "Bueno, podría haber sido peor". Exactamente eso es lo que podría haber ocurrido en el primer año de la era Rajoy: podría haber sido peor. Pero no lo ha sido.


Todos y cada uno de los indicadores macroeconómicos son hoy, sin embargo, más negativos que hace doce meses; pero, al menos, España se ha salvado de caer en el precipicio al que se asomaba a mediados de año, cuando la prima de riesgo llegó a superar ampliamente los 600 puntos básicos. 


Como reconoce un alto cargo del Gobierno, fue el momento más delicado, lo más parecido a una hecatombe en su sentido original; pero a partir de ahí, y tras la amenaza de intervención del BCE -en realidad sólo es eso-, los mercados financieros han comenzado a estabilizarse, salvo algún episodio aislado. ¿Quiere decir esto que el camino está despejado? En absoluto, la estabilidad financiera (aunque sea con un diferencial de 400 puntos básicos) es una condición necesaria para volver a la recuperación de la economía real, pero desde luego que no suficiente. Entre otras cosas porque la crisis española tiene cada vez más un componente político derivado de la incapacidad que tiene el país para dialogar.


Realmente resulta patético comprobar que una nación con seis millones de parados -como reflejará la EPA del cuarto trimestre- y que se ha llevado por delante en poco más de cuatro años al 16% de las empresas que cotizan a la Seguridad Social, sea incapaz de tejer una red de acuerdos para salir del pozo. Salvando las distancias, es como si la devastada Europa de 1945 se hubiera puestos a discutir sobre si era la hora de los galgos o de los podencos. En su lugar, se impulsaron gobiernos de concentración o grandes pactos nacionales, exactamente igual que en Suecia o Finlandia tras sus respectivas crisis de los primeros años 90.


Socializar pérdidas


Resulta patético comprobar que una nación con seis millones de parados -como reflejará la EPA del cuarto trimestre- y que se ha llevado por delante en poco más de cuatro años al 16% de las empresas que cotizan a la Seguridad Social, sea incapaz de tejer una red de acuerdos para salir del pozoSin duda que tras este comportamiento profundamente injusto para la mayoría de la población se encuentra una arquitectura institucional deteriorada y superada por los acontecimientos, pero también uno de los problemas centrales de la política española desde la Restauración: los vasos comunicantes entre el sector público y el privado. Hasta el extremo de que la crisis del Estado contamina la vida económica de las empresas hasta límites insoportable. Y viceversa, cuando las empresas entran en barrena lo que se ha hecho históricamente ha sido socializar pérdidas


Esta es, en realidad, la mayor de las miserias de la política española, que el sector privado –salvo raras y encomiables excepciones- es un mero apéndice de los poderes públicos. Probablemente porque se mantiene una inercia de siglos en contra de lo que hoy se denomina sociedad civil. Algo que, por ejemplo, no sucede en Italia, donde se puede elegir a un presidente delirante como Berlusconi, pero el país sale adelante a pesar de tan desgraciada clase política.


En España, sin embargo, los grandes partidos (a nivel nacional o territorial), lo inundan todo, generando una concentración de poder sin precedentes. 


Olvidando, como decía Friedman, que el gobierno es necesario, precisamente, para mantener nuestra libertad; pero la concentración del poder en manos políticas es también una amenaza para la libertad. Y aun cuando los hombres que ejercen este poder obren de buena fe y no se dejen corromper, sostenía el economista norteamericano, habrá otros que sí lo harán.


El laberinto en el que se ha metido Cataluña es un bueno  ejemplo. La Generalitat –tanto en tiempos del tripartito como ahora- ha tejido una red clientelar a través de todo tipo de organizaciones supuestamente independientes que viven del presupuesto, y que por la vía de la corrupción económica han diseñado un discurso político que necesariamente va en la misma dirección que el pretendido por sus élites políticas.  Desde luego, no sólo en Cataluña, sino también en el resto de España.


Adoctrinamiento


La Generalitat –tanto en tiempos del tripartito como ahora- ha tejido una red clientelar a través de todo tipo de organizaciones supuestamente independientes que viven del presupuesto, y que por la vía de la corrupción económica han diseñado un discurso político que necesariamente va en la misma dirección que el pretendido por las élites políticasNo sólo estamos ante una corrupción de carácter económico -ahí están los cientos de falsos informes que regaban a la inteligentzia catalana- sino, sobre todo intelectual, que es la mayor de las corrupciones, Cuando se adoctrina para el que paga, la sociedad entra en una miseria moral profunda.


De ahí que sea necesario separar el papel del Estado -sin duda relevante en una sociedad compleja como la actual- de la vida del sector privado. De lo contrario surge la corrupción. 


Existe, en este sentido, una anécdota poco conocida protagonizada por Carlos Solchaga y el ingeniero Mariano Aisa, por entonces presidente de Seopan, la patronal de la construcción. 


El ministro -corrían los primeros años 90- estaba preocupado por los continuos escándalos de corrupción que incidían sobre la credibilidad de la economía española en unos momentos en que se necesitaba mucho capital extranjero. Y fue entonces cuando Solchaga cogió el teléfono y le dijo a Aisa:


-‘Mariano, hay que hacer algo para acabar con esto. Deberíais crear una especie de código de honor en vuestro sector para acabar con la corrupción’, le dijo Solchaga a su interlocutor. 


El representante de la construcción le confesó que su sector lo componían miles de empresas absolutamente dependientes de las administraciones, y que eran las que les daban de comer. 


-‘Dime entonces que hacemos’, le respondió Solchaga.


-‘Yo te sugiero’, le contestó Aisa, ‘que reúnas a cuatro o cinco. A Felipe, Pujol, Aznar y algunos más y el problema se resuelve’.


-‘Eso es imposible’, le contestó Solchaga. Ahí acabó la conversación.


Desde entonces, España ha avanzado poco en la separación entre el papel del Estado y el de la economía privada. Algo que explica en buena medida la naturaleza del problema. La crisis se retroalimenta, y por eso o se reúnen los ‘cuatro o cinco que mandan’ o es muy probable que el año que viene España siga evaluando los daños de la recesión.


Fuente: 
Capitalismo y Libertad.  Ensayos de Política Monetaria. Fundación ICO 2012

Nueve suicidios diarios por desahucios. ¿Para que las últimas reformas ?




LOS EXPERTOS CONDENAN EL ALARMISMO PERO PIDEN NO IGNORAR EL PROBLEMA



Una mujer se suicida en Málaga tras recibir una orden de desahucio”. Este titular, impensable hace no demasiado tiempo, se ha convertido en algo habitual en las últimas semanas en los medios de comunicación españoles. Los suicidios han pasado de ser un tema tabú a abrir las ediciones digitales de los periódicos sin apenas reflexión al respecto, un hecho que ha sorprendido a los propios profesionales médicos, como reconoce el doctor Carlos Mur de Víu, especialista en Psiquiatría: “Sí, nos ha llamado la atención el cambio”.


Ante esta súbita aparición de los actos suicidas en primera plana, Mur de Víu señala la necesidad de una cierta pedagogía: “Hay que distinguir entre los suicidas que tienen una patología psiquiátrica previa y los que lo han decidido después de un gran tránsito emocional, muchas veces en una situación de asfixia económica. Esos últimos son los que están causando alarma”.


Aunque la ‘excusa’ informativa haya sido el problema de los desahucios, Mur de Víu indica que puede haber diversos acontecimientos vitales que actúen como factor desencadenante. “Habitualmente se trata de situaciones de pérdida, aunque más que pérdidas materiales son afectivas. Por ejemplo, la pérdida de la vivienda supone perder nuestro lugar en el mundo, nuestra identidad


Pero también puede ocurrir por situaciones prolongadas de desempleo, fallecimientos o divorcios”.


A la importancia del paro se refiere también Pilar Gómez-Acebo, socióloga, asesora de Alta Dirección y experta en procesos de reconversión y empleo, además de Vicepresidenta del Club de Consejeros de España y Presidenta de Honor de la Federación Española de Mujeres Directivas y Empresarias (FEDEPE): “Las grandes compañías van a seguir despidiendo, y a partir de 40-45 años es muy difícil encontrar empleo. Hay muchas personas que, a partir de los 50-60 años se vienen abajo al tener que vivir de la sociedad”.  


 “No hay que ser alarmistas, pero no podemos mirar hacia otro lado”
La norma tradicional en los medios de comunicación indicaba que no se debe dar publicidad a los suicidios para evitar un efecto imitador, pero la preocupación social y la carrera por la inmediatez han provocado un giro radical en el que los suicidios han pasado a ser objeto de informaciones urgentes y destacadas. Tanto es así que en las últimas semanas se ha informado con gran estridencia de supuestos suicidios por desahucio para más tarde descubrir que el desencadenante habían sido situaciones personales mucho más complejas.


El doctor Mur de Víu aboga por la necesidad de encontrar un razonable punto medio: “Hay que intentar no dar un ‘bombo’ excesivo, pero tampoco hay que falsear la realidad, se puede hacer con distancia, respeto y equidad. Y no hay que prestar tanta atención a casos concretos sino al problema general: no podemos mirar para otro lado si todos los días hay nueve suicidios en España”.


“Hay razones para temer un aumento”


Los datos del Instituto Nacional de Estadística hablan de algo más de 3.000 casos anuales de muerte voluntaria, pero las últimas referencias son del año 2010. “Es pronto para cuantificar el efecto de la crisis, pero hay razones para temer un aumento”, señala Mur de Víu. “Hay un clima general, un inconsciente colectivo influido por los medios y los discursos públicos que es de impotencia, desesperanza, crispación, tensión… y que unido a las dificultades individuales forma un cóctel explosivo. Lo preocupante es que se trata de una situación sostenida en el tiempo. Siempre se habla del temor a un estallido social, pero eso no es solo el comportamiento violento”.


En la misma línea se expresa Pilar Gómez-Acebo, que destaca que “en Japón y Grecia los suicidios han aumentado en un 20%, y en España se espera lo mismo. Es la primera vez que nos enfrentamos a una situación así, y muchas personas no están preparadas, porque el bienestar provoca debilidad humana: en la guerra nadie se suicida”.


Una sociedad inmadura para afrontar el problema


“La gente no está sensibilizada”, lamenta Lucas Giner, de la Sociedad Española de Psiquiatría, que señala que “en el norte de Europa ha habido campañas efectivas con médicos de atención primaria, policías, maestros… personas que pueden detectar alertas”. A juicio de Carlos Mur de Víu, “el problema está tan estigmatizado que no se habla de ello con claridad, ni siquiera entre los profesionales médicos. Y aún somos una sociedad inmadura como para hacer campañas públicas de prevención”.


Sin embargo, coincide en la necesidad de la existencia de “una red de detección de casos en los hospitales y centros de salud que pueda dar consejos” para que familiares y amigos estén alerta. “Hay personas que lo planifican e incluso lo comparten, nunca hay que infravalorar ningún comentario sobre esto. Cuando alguien se suicida es muy posible que antes hubiera dado la voz de alarma”. 
 
Fuente:  http://www.elconfidencial.com

sábado, 22 de diciembre de 2012

Montoro, el mayor defraudador



El ministro Montoro acaba de amenazar con hacer pública una lista con los mayores defraudadores y morosos a la Hacienda Pública. No faltarán, entre las filas socialistas y fuera de ellas, quienes se pregunten si va a hacer pública esa lista para que todos sepamos quiénes se beneficiarían en el caso de que se aprobara otra amnistía fiscal como la que Montoro ya ha llevado a cabo.


Habrá otros que no se creerán la amenaza del ministro, no ya por razones de encaje jurídico, sino porque le obligaría a incluir en la lista a esos "medios de comunicación" contra los que Montoro no se ha atrevido a ejercer acciones legales desde la Agencia Tributaria y que ni siquiera se atreve a citar por su nombre.


En mi caso, como humilde trabajador por cuenta ajena, lo que más me molesta de la amenaza del ministro es que con ella incida en esa cantinela, tan típicamente socialista, que proclama que el problema del déficit público no está en nuestro sobredimensionado y despilfarrador sector público, sino en el hecho de que quienes tendrían que pagar no lo hacen.


A ello habría que sumar el hecho de que somos muchos los que recordamos la manera más que aceptable con la que Montoro, antes de aceptar ser ministro de Rajoy, explicaba hasta qué punto era contraproducente, incluso desde el punto de vista recaudatorio, tratar de atajar el déficit en plena recesión económica subiendo los impuestos. Vamos, justo lo que ha hecho.


Gracias a Montoro, España no sólo padece una de las fiscalidades más elevadas de toda Europa en materia de IRPF y tributación sobre el capital (ahorro), sino que, tras las últimas medidas aprobadas por él mismo, también sufrirá uno de los sistemas fiscales más confiscatorios sobre las empresas.


El ministro Montoro podrá estar al día con Hacienda –cosa que es posible hasta con un Gobierno presidido por Rajoy–, pero como defraudador a los votantes y a los principios que tradicionalmente abanderaba su partido es insuperable.


A pesar de esta defraudadora voracidad fiscal, todo parece indicar que también va a defraudar los comprometidos objetivos de reducción del déficit. Ministro de un Gobierno moroso hasta la médula en lo que a prometidas reformas estructurales se refiere, ha defraudado la Ley de Estabilidad Presupuestaria en lo que a sus mecanismos de "vigilancia, sanción e intervención" se refiere.

Y es que Montoro ha preferido mirar a otra parte, incluso ante hechos tan graves como el de que un tercio de los Gobiernos regionales está maquillando sus cifras de gasto para ocultar sus auténticos niveles de déficit.


Con tal de evitar a Rajoy polémicas con los nacionalistas, Montoro, el defraudador, todavía se empeña en hacernos creer que todas las autonomías están cumpliendo con sus objetivos de reducción del déficit, algo que ya se han atrevido a desmentir –aunque sólo sea en los casos de Cataluña y Valencia– sus compañeros de Gobierno. Montoro ha ocultado también el papel decisivo que esta tolerada indisciplina autonómica ha tenido –junto a la silenciada y estructural estafa piramidal que constituye el sistema público de reparto– en la decisión de defraudar la esperanza de los jubilados de ver revalorizadas sus ridículas pensiones.


Y es que, por escasa que sea la legitimidad de los editoriales de Prisa para pedir el cumplimiento con el Fisco, pocas cosas han resultado tan defraudadoras como este Gobierno y su ministro de Hacienda.

Fuente: 

Deudas catalanas


No es la primera vez que me manifiesto en contra de que el Gobierno de la Nación conceda ayudas a Cataluña a través del Fondo de Liquidez Autonómico.

Después de conocer el contenido del pacto de gobernabilidad suscrito entre CiU y ERC, creo que es más importante que nunca que el Ejecutivo de Rajoy se niegue a conceder ayuda alguna a una autonomía que quiere marcharse de España en 2014, probablemente dejándonos colgados con sus deudas.


El programa económico del pacto de gobernabilidad catalán es todo un bofetón a los necesarios planes de saneamiento presupuestario del Gobierno de la Nación. 

El nuevo Ejecutivo catalán ni quiere cumplir los objetivos de déficit marcados para Cataluña ni quiere recortar ese gasto público con el que financia el nacionalismo y que, de paso, sirve de vehículo para todo tipo de latrocinios.

Al contrario, exige al Gobierno de la Nación más dinero, y como este último no se lo dará, pues probablemente cree una agencia tributaria propia para quedarse con los impuestos que se paguen allí –que va a subir, y a aumentar en número– y no dar nada al Estado.

Es decir, en plena crisis fiscal, que en Cataluña es más profunda que en el resto de España, los independentistas catalanes optan por saltarse a la torera las exigencias obvias de ajuste presupuestario y por quedarse con toda la recaudación tributaria, que es, en definitiva, en lo que consistía el famoso pacto fiscal de Artur Mas. 


Todo lo cual indica que si algún día, en efecto, llegan a convocar un referéndum por la independencia y lo ganan, se negarán a aceptar la parte correspondiente de la deuda pública del Estado español, para lo cual alegarán vete tú a saber qué fantasía inventada o qué discriminación imaginada.


Así las cosas, el Gobierno de Rajoy debería negar a Cataluña cualquier ayuda del Fondo de Liquidez Autonómico mientras no cumpla con lo que tiene que cumplir y forzar a la Generalitat a que se enfrente con los mercados. Si no quisiera hacerlo, entonces Rajoy debería suspender la autonomía catalana.

Lo que no puede ser es que los demás españoles tengamos que respaldarles, salir en su ayuda y pagar sus facturas mientras nos insultan un día sí y otro también, para que después se marchen y nos dejen colgados con sus deudas. 


Claro que, en ese hipotético caso, habría que hacer lo mismo que hizo Rusia cuando las antiguas repúblicas soviéticas que se separaron de ella y repudiaron la deuda de la URSS: se quedó con los activos radicados en su territorio de las empresas de las repúblicas secesionistas.

Nosotros deberíamos pensar en hacer lo mismo, ya digo, sobre todo porque muchos de esos activos proceden de empresas de origen español, creadas o sostenidas por decisión pública, que hemos pagado entre todos, durante generaciones, a través de nuestros impuestos.

Fuente: 



Duran Lleida, el hombre que quizá asesinó a Kennedy





Se revuelve Josep Antoni Durán Lleida cuando, reprobado por los independentistas e interpelado por los que no lo son, asegura que él no “asesinó a Kennedy” porque en noviembre de 1963, cuando se supone que Lee Harvey Oswald disparó en Dallas contra el presidente de los Estados Unidos, él tenía once años.

Viene a decir el socialcristiano y nacionalista catalán que ni está a favor de la independencia de Cataluña, ni tampoco se alinea contra los que la impugnan y que, en definitiva, vive un sinvivir desde que CiU –es decir, CDC y el partido que él preside, Unió Democrática de Catalunya— se encontró con el desastroso resultado del 25-N y su socio Artur Mas se echó en brazos de ERC, en las antípodas de lo que nuestro hombre podría desear sucediese. Él, dice, de nada tiene la culpa mientras unos y otros se las atribuyen todas y, según su versión, hasta el magnicidio norteamericano.


Sin embargo, y teniendo en cuenta la brumosa historia del asesinato de Kennedy, nadie está en condiciones de asegurar terminantemente que Oswald fuese su asesino, aunque es improbable que pudiera serlo el entonces infante Duran Lleida. Pero de lo que no cabe la menor duda —ni la menor— es que el portavoz de la minoría catalana en el Congreso es tan responsable como Mas del pacto bipartito con ERC, del planteamiento de una consulta secesionista inconstitucional y de un programa presupuestario que no lo mejoraría cualquier partido radical de la izquierda en Europa, por ejemplo, la Syriza griega.




En estos momentos, Duran es solidario con las decisiones de Mas sin que deje de serlo porque oponga meros reparos verbales, gesticulaciones de incomodidad o reservas de legalidad (por ejemplo respecto de la consulta secesionista) a los diecinueve folios del pacto CiU-ERC que, en términos de lealtad constitucional y de coherencia ideológica, implica un auténtico desafuero de la federación nacionalista. Duran es ahora un hombre que habla a destiempo y que a nadie convence. 

El presidente de UDC debió detener en la medida de sus posibilidades —retirando el apoyo de su partido— a una alternativa separatista como la que se planteó por CDC (“Un Estado propio en Europa”) groseramente inconstitucional y, luego, cuando las urnas ofrecieron su dictamen, le correspondía a Duran tascar el freno a un Mas que había errado de tal manera que su continuidad sólo podía llevar a Cataluña a donde la ha conducido: a una enorme ficción que acabará como el rosario de la aurora

 

El democristiano catalán ha de ser muy consciente de que su actitud ha provocado una simétrica decepción —de los independentistas y de los que no lo son— agudizada con la lectura del pacto CiU-ERC y por los derroteros por los que el jueves y ayer se desenvolvió la investidura de Mas en el Parlamento de Cataluña.


Duran Lleida era el político mejor valorado en las encuestas; el hombre moderado y responsable; la voz parlamentaria de la sensatez; el líder que equilibraba lo propio con lo general; la gran figura periférica —¿Cambó?— que antes o después podría ser ministro del Gobierno de España y encarnar el catalanismo del siglo XXI. Y todo eso —por el momento— se ha esfumado.

Duran forma parte de la debilidad de los líderes nacionalistas que antes de reconocer su error y rectificar con inteligencia han emprendido una huida del brazo de los republicanos independentistas que además de despreciarles –he ahí la historia, he ahí los dos tripartitos en la Generalitat— pretenden sustituirles en el liderazgo del catalanismo político, si bien radicalizado, independentista y excluyente. 


Unió Democrática de Catalunya no es un partido de antes de ayer. Se fundó en los años treinta del siglo pasado. Ha sido y es un partido de elites ilustradas, con líderes que aprecian los valores éticos, nacionalistas pero pragmáticos, reivindicativos pero realistas, que han venido encarnando el ala moderada de la federación nacionalista catalana.


El actual era su momento histórico, el de plantarse ante una iniciativa doblemente incompatible con su programa y con su trayectoria: secesión sí o sí (es decir, inconstitucional si preciso fuere) y gestión económico-social propia de un esquema ideológico izquierdista. No puede quejarse Duran Lleida de que unos y otros le reclamen lo que comprometió: en Cataluña, al “Estado propio en Europa”, y fuera de Cataluña, a la legalidad constitucional. Sostener que no está ni con unos ni con otros —“ni blanco, ni negro, ni independentistas, ni unionistas”, ha dicho— es situarse en el terreno de nadie.


La práctica coalición de CiU y ERC le ofrecerá en el futuro oportunidad de redimirse de su error de juicio. Ha jugado con un ventajismo desasosegante: silencio primero, suponiendo que CiU lograría una “mayoría excepcional” y remoloneando, después, cuando no sólo no la obtuvo el 25-N sino que cosechó un excepcional fracaso.  


El juego de la ambigüedad es en política el más difícil porque del tactismo al funambulismo posicional el trecho es muy corto. Duran lo ha manejado mal. Muy mal. No mató a Kennedy, seguramente, pero ha pegado una estocada hasta la empuñadura —mortal— a su credibilidad y a la de la histórica UDC que dirige. Provocando una decepción transversal que solo revertirá si cuando se plantee formalmente el órdago secesionista, él y su partido regresan al terreno en el que históricamente han sido reconocibles.

Fuente:  José Antonio Zarzalejos en el CONFIDENCIAL