La historia de la
decepción va para largo. La generación del ocaso del franquismo nos
comprometimos a fondo con la causa de la democracia primero. Apoyamos
la reforma política que instauró la Monarquia en don Juan Carlos,
salimos a la calle muchas veces para defender batallas que ahora
parece se han perdido. En la noche de 23 F participamos en organizar
focos de resistencia y apostamos por la manifestación masiva en
defensa de la Constitución...
¿Para qué? Confiamos
mayoritariamente en Felipe Gonzalez y en su programa de bienestar que
ha resultado falso e hipócrita para todos, menos para él y los
pingues ingresos obtenidos para convertirse en millonario gracias a
una ideología que nunca profesó.
Tantos y tantos
dirigentes sociatas, defensores de la ortodoxia del partido en la
década de los 80 y convertidos por obra y gracia de multiples
corruptelas en desagradable recuerdo con un numeroso rescoldo
“transformista” antes de Zapatero, ahora de Rubalcaba y mañana
no sabemos de quien.
¿Que nos pasa? ¿ Mas de
seis millones de parados y no pasa nada? La manifestación de ayer
frente al Congreso apenas reunió un par de miles de manifestantes,
cuando tenemos en nuestra historia evidentes ejemplos de compromisos
mas masivos de un pueblo que se enfrentó al absolutismo de sus
reyes, a la dependencia francesa, a la Monarquía de Alfonso XII, al
franquismo, a las bases norteamericanas, en defensa de la actual
Constitución, contra ETA unos, y a favor otros...
Que triste es, Dios mio,
cuando nos acercamos al ocaso de nuestras vidas, reconocer el ocaso
también de nuestro moribundo pueblo.
¿Cuantos españoles
extrañan el vivir del cuento de los ERES, los subsidios y el
enchufismo amparados en terminologias huecas: fachas – rojos –
oportunistas – que incluso hacen mella en nuevas opciones políticas
con cara de renovadores de la sucia política, pero que a la hora de
la praxis demuestran en el día al día, que aspiran a seguir el
mismo camino de los “mayoritarios” con pedigrí.
Este sufrido pueblo
tendrá que esperar el alcance de los 10 millones de parados, ¿para
apoyar qué?
Dario Pozo Ruz, en Valdepeñas.
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