lunes, 29 de abril de 2013

¡ ATRAPADOS EN LA MADRE PATRIA ! Emigrantes sin retorno.






Diez años vividos en España por encima de nuestras posibilidades. El “boom del ladrillo” atrajo a varios millones de emigrantes desde la vecina Africa, Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, o República Dominicana...

No todos trabajaban en las constructoras, pero como consecuencia de tantas promociones inmobiliarias y grandes obras públicas, se desarrollaban empresas auxiliares, hoteleras y de restauración contribuyendo a crear una falsa imagen de una opulencia que en la países de origen de los flujos migratorios, colapsaba el Consulado de España incluso con grandes colas como las que presencié desde el 2003 en el Paseo de Independencia de Santo Domingo, la Habana, Bogotá...

La desesperación de muchos pueblos por su difícil situación, les empuja a arriesgar muchas vidas con “aventurados viajes en yola”, convencidos que aquí les espera “el cuerno de la abundancia” y la “certeza ilusoria” que podrán enviar a sus familias “sustanciosas remesas” que mejoren su nivel de vida...


El Consulado de República Dominicana en Madrid ya ha tenido que poner en marcha un seguro de repatriación de fallecidos, ante la trágica situación de muchas familias que ya no pueden hacer frente a este tipo de gastos.

Padres de familia que ya no tienen recursos, para pagar a los suyos el viaje de reagrupamiento y que a dudas penas pueden costearse su retorno.

España ya no es fácil y ni siquiera la Unión Europea puede tirar de una situación que empieza a hacer resquebrajar inclusive a Alemania.

Antes,  cualquiera podía ahorrar en dos años 1500 euros para pagar un pasaje de ida y vuelta a su tierra, y combinar con ayuda de los “plásticos VISA” el imprescindible “bulteo” (presunción) para envidia de vecinos y amigos...

Ahora con cerca de seis millones y medio de parados, la retirada de los servicios sanitarios a extranjeros, y la caída de las hipotecas deben hacernos recapacitar: los que no hayan salido deberán “ponerse las pilas revolucionarias” para que las situaciones socioeconómicas de sus países dejen de financiar a políticos corruptos, mientras que aquí trataremos de supervivir con muy poco dinero y con mas políticos indeseables todavía... conformándonos con el recuerdo...


Mi familia dominicana tendrá que aceptar la imposibilidad de ir a visitarles por lo menos en seis años mas y eso si la crisis mundial cambia.

Las esperanzas tendrán que cifrarse mas en un cambio en la forma de vivir, tratando de conquistar un nuevo modelo económico mundial, en línea con lo que ya aventuran muchos pensadores, ante la imposibilidad de que esto siga como antes.

Vuelve a mis oidos nostálgicos aquella canción vasca de mi juventud: “boga boga marinero, joan bear degu urrutía” la barquilla no volverá, adiós playa y aldea, ya nunca volverá...

D.P.R.

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