Se han celebrado elecciones generales en la República Federal Alemana. Ha ganado la CDU, coalición electoral conservadora que encabeza la actual y futura Canciller Angela Merkel.
Si comparamos lo que ha pasado allí con lo que ocurre en nuestro país,
no tengo por menos que decir: ¡Pobres alemanes!
No van a aprender nunca
esto de la democracia, ni cómo se profundiza en la misma, ni cómo se
acerca el poder a la ciudadanía, ni cómo se modifica una Constitución con la que llevan, desde 1949, sin que la parte oriental la haya votado después
de la reunificación de 1990, ni cómo se marcan las diferencias entre
los que más pagan y los que más reciben, ni cómo el Estado de Baviera,
con 12 millones de habitantes, tiene el mismo nivel de competencias y la
misma financiación que el Estado de Bremen, que apenas alcanza la cifra
de 600.000 habitantes, ni cómo los Estados más ricos quieren separarse
de los más pobres, fundamentalmente de aquellos que durante tantos años
'disfrutaron' de las excelencias del régimen comunista. En fin, un
desastre.
Fíjense lo torpes que son y lo poco democrático de su sistema político y electoral:
-Para
ocupar un escaño en el Congreso de los diputados, hace falta obtener el
5% de los votos en el conjunto nacional.
¡Qué falta de democracia!
Cuando en los años sesenta ellos tenían la cota del 3%, el Parlamento
alemán estaba lleno de partidos políticos, hasta que decidieron que se
acabó la fiesta y que el que quisiera estar debería superar el 5%.
De un
plumazo, de más de 20 partidos representados en el Bundestag, pasaron a
no más de cinco. No sé por qué no aprenden de nosotros, los españoles, los inventores de la democracia, que
no solamente tenemos el listón del 3%, sino que además, primamos
electoralmente a aquellos que quieren ser diferentes para largarse.
Estos antidemócratas alemanes han conseguido dejar fuera del
Parlamento a los liberales y han impedido la entrada a los antieuropeos.
¡Así les va!
Aquí,
los más demócratas, los más modernos, los más progresistas gritan sin
parar que ocho años es más que suficiente para culminar un proyecto
político. Debe de ser que sólo aspiran a tapar los baches de las
carreteras-La señora Merkel va a repetir por tercera vez
como canciller, gracias a su amplia mayoría parlamentaria.
Y la muy
descarada ha prometido que va a permanecer toda la legislatura en el
cargo y no descarta presentarse por cuarta vez. O sea, que esta señora
aspira a estar como mínimo 12 años al frente de la presidencia del
Gobierno sin que se le caiga la cara de vergüenza.
¡12 años! En España sería tachada de pegada al cargo y de torpe,
porque aquí, los más demócratas, los más modernos, los más progresistas
gritan sin parar que ocho años es más que suficiente para culminar un
proyecto político. Debe ser que sólo aspiran a tapar los baches de las
carreteras, porque si aspiraran a realizar un proyecto de
transformación, el proyecto político no acaba nunca.
-Y, por si
fuera poco, no hemos tenido ni una sola noticia de las primarias en la
coalición conservadora. ¿Que no ha sido elegida por primarias la Señora
Merkel? Entonces, ¿quién la designó candidata? ¿Y los electores alemanes
se han tragado a una candidata designada por su partido sin un
procedimiento tan democrático como las primarias? Lo que yo te diga… En Alemania no han visto la democracia ni por el forro.
-He
seguido la campaña electoral y he echado de menos los auténticos
debates políticos, al estilo de lo que se lleva en un país tan
democrático como el nuestro. Ni se ha hablado de corrupción, ni del derecho a decidir, ni de la Iglesia, ni del “…y tú más”,
ni de territorios ricos y territorios pobres, ni de “no nos quiere
Madrid”, ni de aborto, ni de enseñanza pública y enseñanza privada… En
fin, un aburrimiento.
A lo más que han llegado ha sido a discutir sobre
empleo, competitividad, el papel de Alemania en la Europa comunitaria,
sobre el salario mínimo, sobre el tercer rescate griego, sobre el papel
del Banco Central Europeo como actor esencial para la salida de la
crisis, sobre las reformas de los sistemas financieros europeos, sobre
el espionaje masivo en Internet por parte de las Agencias de EEUU, sobre
la entrada o no de las tropas militares alemanas en un posible
conflicto con Siria, sobre la austeridad y el sacrificio para salir de
la crisis, sobre los millones de trabajadores que cobran sueldos de
miseria, sobre el futuro de los pensionistas, sobre la responsabilidad
con el futuro del país del 5% de los alemanes con más ingresos.
Ya ven,
cosas sin emoción, debates aburridos, tonterías. Merkel en España no tendría ni un 10% de los votos, porque aquí si se discuten cosas de gran calado y no las patochadas alemanas.
Encima,
la señora Merkel, a la que le faltan cinco diputados para obtener
mayoría absoluta, anda llorando por las esquinas para ver cómo forma una
amplia mayoría. Que nos mire a nosotros.Así que Merkel de
nuevo canciller y consolidación de los dos grandes partidos,
representantes de las dos grandes corrientes del pensamiento conservador
y progresista: CDU, 41,5% (311 escaños), SPD, 25,7% (192 escaños),
Izquierda, 8,4% (64 escaños), Los Verdes, 8,4% (63 escaños).
¿Qué clase de democracia es esa donde sólo cuatro fuerzas políticas tienen representación parlamentaria?
¿Por
qué no aprenden de nosotros, que, con menos habitantes, tenemos siete
grupos que representan a 17 formaciones políticas? Y encima, la señora
Merkel, a la que le faltan cinco diputados para obtener mayoría
absoluta, anda llorando por las esquinas para ver cómo forma una amplia
mayoría parlamentaria que le permita gozar de estabilidad para llevar
adelante un proyecto político.
Que nos mire a nosotros. Ya vieron al
candidato socialdemócrata que, nada más conocer los resultados, declaró
que nadie cuente con él para formar una alternativa a la CDU. En España, cuna de la democracia, esa misma noche hubieran empezado los escarceos con
Foro de Ciudadanos, con Compromís, con Geroa Bai, con Esquerra, con
PNV, con CIU, con IU, etc., para ver si se podía gobernar como fuera.
Así
que ellos, los alemanes, reduciendo grupos parlamentarios, tratando de
unir fuerzas para formar una gran coalición que garantice la estabilidad
y la solvencia del gobierno, mientras nosotros, y a tenor de los
sondeos, no estamos dispuestos a conceder mayoría a nadie, ni
que se aproximen, ni queremos reducir la representación, sino
ampliarla; cuantos más grupos parlamentarios, más democracia, más
debate, más cerca del ciudadano. ¡Qué sabrán de democracia los alemanes!
¡Los pobres!
Juan Carlos Rodríguez Ibarra en el CONFIDENCIAL