sábado, 9 de febrero de 2013

¡ VAYA POLÍTICOS QUE NOS GOBIERNAN !




Hoy adjuntamos un interesante artículo de EL CONFIDENCIAL, que nos pone de manifiesto la calaña moral de los políticos que nos gobiernan. Muchos españoles nos sentimos totalmente desprotegidos por "nuestro sistema" y algunos hasta desconfiamos de que haya alguna alternativa real que considere con realidad a una gran parte de los españoles que vivimos de nuestra jubilación.

Sentimiento de incertidumbre que se acrecienta al ver los rasgos de los cuadros de los partidos, donde predominan jóvenes con poca experiencia laboral aunque con muchos títulos...

Espero que el subconsciente no nos juegue malas pasadas y la cifra de la próxima abstención se dispare.

Pero hoy fijémonos con atención lo rentable de trabajar para el P.P.....

Rajoy se subió su sueldo en el PP un 30% entre 2007 y 2011 hasta cobrar 200.000 euros anuales



El sueldo de Mariano Rajoy en el Partido Popular no ha dejado de crecer durante la crisis. Si en 2007 Rajoy cobraba de las arcas populares cerca de 157.000 euros brutos anuales, en 2011 su salario había subido cerca de un 30% y superaba los 200.000 euros brutos.

El sueldo de Rajoy en el Partido Popular alcanzó estas proporciones tras una serie de subidas salariales sucesivas en plena crisis económica. El hoy presidente del Gobierno cobraba 157.000 euros brutos del PP en 2007, pero la cifra se disparó hasta los 186.000 en 2008 y volvió a experimentar una fuerte subida en 2009, cuando Rajoy cobró del PP 196.000 euros. Rajoy se bajó el sueldo popular por primera vez en 2010, cuando también lo hicieron las retribuciones de todos los diputados, hasta los 181.000 euros, pero un año más tarde, en 2011, lo subió de nuevo hasta rebasar la barrera esta vez de los 200.000 euros anuales.

De este modo, los ingresos totales del hoy presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ascendieron en 2011 hasta casi los 240.000 euros brutos. Ese año, el último que Rajoy estuvo en la oposición, percibió 200.628,66 euros brutos del Partido Popular y 38.456,23 como diputado por Madrid, según consta en el certificado de ingresos publicado en la web de la Moncloa. El total llegó así a los 239.084,89 euros anuales, que tras la correspondiente retención –de 94.346 euros– se quedaron en 144.738 euros netos.

La suma de todas sus retribuciones muestra que Mariano Rajoy fue remunerado con 1,9 millones de euros brutos entre 2003 y 2011 por parte de tres pagadores distintos. Tales fueron el Partido Popular –que desembolsó por el trabajo de Rajoy 1,39 millones de euros–, el Congreso de los Diputados –del que percibió 339.753 euros– y el Ministerio de la Presidencia –del que cobró 177.703 euros entre 2003 y 2005 como indemnización tras haber sido vicepresidente–. 

Los ingresos de Rajoy han ido variando en este periodo comprendido entre 2003 y 2011. El año que menos ganó como rendimiento del trabajo fue 2006, cuando percibió 187.320 euros brutos, de los que 146.459 provinieron del PP y 40.860 de su trabajo como diputado. En 2004, sin embargo, en su primer año como líder de la oposición y cuando aún era indemnizado por su paso por el Ejecutivo de José María Aznar, Rajoy percibió 237.645 euros brutos, de los que 136.870 provenían del PP, 62.631 de la indemnización y 38.144 del Congreso. 

Estas son las retribuciones netas anuales del trabajo de Mariano Rajoy entre 2003 y 2012, publicadas en la web de la Moncloa:
 

En la actualidad Rajoy no percibe ningún salario del PP, ya que tal extremo es incompatible con su condición de miembro del Ejecutivo. Respecto a 2012, su primer año como presidente, la web del Palacio de la Moncloa sólo ha hecho público un certificado, expedido por el Ministerio de la Presidencia, con sus únicos ingresos como jefe del Ejecutivo, que ascendieron a 74.912 euros brutos -49.893 líquidos-, ya que aún no ha presentado la declaración de la renta correspondiente a ese ejercicio. 
 Fuente: EL CONFIDENCIAL y CEAM.
 

miércoles, 6 de febrero de 2013

MANIFIESTO POR LA REGENERACIÓN DE LA DEMOCRACIA Y LA REFUNDACIÓN DEL ESTADO:


 

Vivimos una emergencia nacional. La extensión de los casos y sospechas de corrupción en las principales instituciones del Estado y en los partidos políticos de gobierno y oposición, han convertido la profunda crisis política y económica en una crisis de confianza en el sistema democrático.

Nuestra democracia ha degenerado, alejando a las instituciones, y especialmente a los viejos partidos políticos, de los ciudadanos y de sus problemas. Urge devolver la política a los ciudadanos, sus legítimos dueños, y restaurar la confianza en el buen funcionamiento del Estado. Porque la regeneración democrática no es sino que las instituciones políticas funcionen y cumplan su obligación constitucional.

Para conseguirlo encontramos imprescindible:

1 - Aprobar de modo inmediato Leyes eficaces contra la corrupción para acabar con la impunidad de los responsables, y en concreto para:

a)la inelegibilidad de las personas acusadas por delitos de corrupción política.

b) el delito de financiación ilegal de los partidos políticos.

c)el delito de enriquecimiento ilícito de los cargos públicos.
 
d)el delito de omisión o falsedad de la contabilidad y patrimonio social de los partidos políticos y de los cargos públicos.
 
e) reforzar la exigencia de responsabilidad por mala gestión a los cargos públicos al frente de sociedades o entes públicos.
 
f) limitar la discrecionalidad de los indultos otorgados por el Gobierno, excluyendo a los condenados por delitos de corrupción.

2 - Reforzar la independencia y autoridad sancionadora de los organismos reguladores y de control público de la actividad económica privada y pública, como el Tribunal de Cuentas, la Agencia Tributaria o el Banco de España, acabando con su dependencia de los partidos políticos y del Gobierno.

3 - Aprobar una Ley de Transparencia exigente que incluya a la Casa Real, a los partidos políticos y sindicatos, y a cualquier institución que reciba ayudas públicas, obligando a dar información detallada y actual de su contabilidad y actividades, sin ampararse en el silencio administrativo o la justificación de la petición de información, y que regule la actividad de grupos de influencia o lobbys.


4 - Implantar una auténtica justicia independiente, acabando con el reparto del CGPJ entre las asociaciones de magistrados dependientes de PP y PSOE u otros partidos, y dotando a la administración de justicia de medios humanos y materiales suficientes.
 
5 - Aprobar una Ley Electoral justa y proporcional que favorezca la representación del pluralismo político existente, permitiendo la participación política real de todos los ciudadanos.
 
6 - Reformar la Constitución para que recoja las propuestas ciudadanas y resuelva el modelo territorial del Estado con el reparto de competencias y su financiación, mejore la separación de poderes, y asegure el derecho a la participación política, la igualdad jurídica y de oportunidades y las libertades personales.
 
Consideramos que todas estas medidas son imprescindibles para regenerar la democracia y restaurar la confianza ciudadana. Porque sin ellas no será posible superar con equidad la crisis económica, impulsar políticas activas de empleo y de creación de empresas, invertir lo necesario en educación e investigación, mantener y mejorar la sanidad pública y las pensiones, resolver el problema de los desahucios o la carencia de una política energética racional.
 
Son necesarias para racionalizar las administraciones públicas y suprimir el despilfarro en duplicidades y entes superfluos que se reparten los viejos partidos, o conseguir la regulación legal y transparente de las retribuciones a cargos públicos. 



También para restaurar la igualdad de los ciudadanos, acabando con los privilegios y con la discriminación por razones territoriales y lingüísticas, o para eliminar las trabas a la movilidad laboral, la apertura de empresas y el mercado único que lastran nuestra economía. Sin devolver España a los españoles tampoco tendremos una implicación más activa en la necesaria integración política, fiscal y económica de la Unión Europea.

Insistir en fórmulas inmovilistas o ya fracasadas para preservar la vieja política viciada que nos ha llevado a esta crisis no hará otra cosa que alejar a los ciudadanos de la política y aumentar la frustración, la indignación y la desesperanza, poniendo en peligro al propio sistema democrático.

Pedimos un Pacto de Legislatura en el que los principales partidos parlamentarios se comprometan públicamente a aprobar por vía de urgencia estas reformas legales y a
modificar la Ley Electoral para, a continuación, proceder a la convocatoria de Elecciones Generales para abrir un periodo constituyente que ponga nuestra democracia a la altura de las exigencias del siglo XXI y permita la refundación del Estado según los procedimientos democráticos y con el protagonismo ciudadano.


Fuente: www.upyd.es




N.R.: Sin comentarios. Una atenta lectura nos permite tener la certeza de descubrir que es el único camino para sacarnos de este atolladero. La iniciativa de UPyD "pone el dedo en la llaga" y receta una solución posible que si no es apoyada será responsabilidad de quienes optan por seguir en la cúspide de esa partidocracia que tanto mal ha causado a España.

lunes, 4 de febrero de 2013

Rajoy y Rubalcaba (2013): el mismo "error Berenguer" (1930)




Las encuestas que ayer publicaron varios medios (El País, El Periódico de Catalunya) constatan algo que ya se percibía: que el sistema bipartidista se ha desplomado. El PP registra mínimos –según el periódico madrileño su intención de voto no alcanza el 25% y según el diario barcelonés los populares perderían ahora 50 escaños- y el PSOE no remonta en absoluto y, electoralmente, sigue por detrás de los conservadores. 


Destacan, sí, las expectativas de Unión, Progreso y Democracia e Izquierda Unida, lo que podría configurar en el futuro un sistema pluripartidista que exigiría –a la italiana o a la griega- gobiernos de coalición. Pero lo más grave es que los ciudadanos han perdido confianza en el sistema de partidos y exigen eso que se denomina regeneración.


Por otro lado, la intervención sabatina de Mariano Rajoy ante el Comité Ejecutivo Nacional de su partido, resultó, en general, convincente en cuanto a su honradez, pero dejó abierto el problema jurídico y político que plantea la supuesta contabilidad paralela de Luis Bárcenas y su función –como gerente y como tesorero- del PP durante muchos años. Concurren dos responsabilidades que el presidente no quiso abordar: su responsabilidad in eligendo (él puso a Bárcenas al frente de la tesorería del partido) y la responsabilidad in vigilando (a él como presidente del PP le correspondía controlar cualquier actividad irregular en la organización). 

Tampoco parece que Rajoy vaya a tomar medida alguna respecto de sus ministros más abrasados por esta crisis (Mato y Montoro, aunque por razones distintas), ni que, al menos de momento, se plantee una reestructuración a fondo del partido. Rajoy salvó su reputación pero nada más, aferrándose a su particular recurso anti-crisis: el transcurso del tiempo y el consiguiente olvido –los españoles parece que somos desmemoriados- de estos episodios.


Por otra parte, las concentraciones ante las sedes del PP suscitan una reacción de naturaleza inquietantemente retroactiva: ¿sigue por donde solía la izquierda de este país?, ¿cómo es que no hubo concentraciones ante Ferraz con el escándalo de los ERES de Andalucía, por poner un ejemplo?, ¿de verdad piensan los partidos de la oposición que el rechazo al PP significa un acercamiento a ellos?, ¿suponen acaso que la indignación es unidireccional hacia los conservadores y que salva o margina el cúmulo de casos de corrupción que afectan a otras formaciones como el PSOE o CiU? 


Si Pérez Rubalcaba, por ejemplo, valora que esta crisis es sólo la del PP y la de Rajoy, se confunde. Cuando pide, como lo hizo ayer, la dimisión del presidente del Gobierno, está pidiendo a gritos la suya propia porqueestamos ante un fallo sistémico del régimen bipartidista que ambos, entre otros, representan.




Manuel Jiménez de Parga, catedrático de Derecho Público, ex ministro y ex presidente del Tribunal Constitucional, escribió ayer en el diario El Mundo, bajo su seudónimo de Secondat y con este título: “Final de una etapa”. Decía: “Los españoles nos encontramos en un momento delicado de nuestra historia. Abundan las denuncias de corrupción, el sistema constitucional de las autonomías funciona mal, la ley de partidos políticos es deficiente y resulta inadecuado el modo de elegir a los representantes en las diversas instituciones. 

Si todo eso hay que cambiarlo y mejorarlo es porque hemos agotado una etapa y tenemos que empezar a ser y a convivir de otra forma. Por fortuna sabemos lo que nos pasa y los remedios que debemos utilizar. Malo sería, en cambio, aferrarnos a lo establecido y no reaccionar a tiempo. En naciones de nuestro entorno han sido relativamente frecuentes las sustituciones pacíficas de los sistemas políticos. En el año 1958 se inauguró en Francia la V República con una admirable continuidad desde 1870 (la aventura de Vichy fue un paréntesis intrascendente).”


Lo que sostiene Jiménez deParga es que el régimen actual se ha agotado y hay que ser conscientes de ello. Si Mariano Rajoy y el PP –y lo mismo podría decirse del PSOE- creen que el actual estado de cosas podría continuar renqueante, sería muy aconsejable que leyesen el artículo de José Ortega y Gasset publicado en el diario El Sol el 15 de noviembre de 1930 bajo el título de “El error Berenguer”.

 El filósofo madrileño fustigaba que tras siete años de dictadura de Primo de Rivera, Alfonso XIII quisiera recomponer el régimen constitucional de la  Restauración como si nada hubiese ocurrido, poniendo al frente del Gobierno al general Berenguer, hombre honrado pero de poca consistencia política. Simular que todo volvería a la normalidad constituía, según Ortega, “el error Berenguer”, quien dejó su empeño en febrero de 1931, después de haberlo intentado desde enero de 1930. 

Decía Ortega, y decía bien, que aquel régimen estaba periclitado. Y terminaba su artículo con una apelación que dispone de la mayor frescura en la España de hoy: “Y como es irremediable ese error, somos nosotros, gente de la calle, de tres al cuarto y nada revolucionarios, quienes tenemos que decir a nuestro conciudadanos ¡españoles vuestro Estado no existe!, ¡reconstruidlo!”

Fuente: EL CONFIDENCIAL

domingo, 3 de febrero de 2013

El PP se desploma en las encuestas: UPYD se dispara.



Los escándalos en los que se ha visto envuelto el Partido Popular en las últimas semanas por el caso Bárcenas y el supuesto cobro de sobresueldos de cargos del partido está provocando la pérdida de apoyo popular. Así al menos se desprende de las encuestas publicadas por El País y El Periódico.

Según estos datos, el PP se desplomaría. Si ya venía poco a poco bajando en las encuestas debido a sus políticas económicas, ahora el caso Bárcenas ha provocado un auténtico tsunami.

En este sentido, el diario de Prisa asegura que el partido de Mariano Rajoy obtendría en estos momentos el 23,9 por ciento de los votos, cuando en las pasadas elecciones generales consiguió el 44,6. Es decir, en poco más de un año se ha dejado 20,7 puntos. En menos de un mes ha perdido hasta seis puntos.

Sin embargo, el PSOE no consigue aprovechar el desplome del Partido Popular y consigue el 23,5 puntos, se sitúa a tan sólo cuatro décimas del PP, pero apenas crece otras dos décimas en este mes. El descontento con los socialistas es también manifiesto.

En esta encuesta el partido que se dispara es UPyD, que ya obtendría el 13,6 por ciento de los votos, cuando en las pasadas elecciones tuvo el 4,7. Ni siquiera IU aprovecha el tirón e incluso pierde apoyo durante este último mes.



Terremoto electoral en 'El Periódico'

Por su parte, El Periódico también vaticina un terremoto electoral. De este modo, asegura que el Partido Popular podría perder hasta 53 escaños, mientras que el PSOE aumentaría hasta 13 aprovechando este escándalo.

De  este modo, el PP pasaría de los 186 escaños a 133/135 escaños. El PSOE no consigue aprovechar esta debacle y crece pero muy poco. Pasaría de los 110 de las pasadas generales a 120/123 diputados.

Pero, sin duda, UPyD sería la gran beneficiada convirtiéndose en la tercera fuerza política en España. De tener 5 diputados ahora conseguiría hasta 26. Mientras tanto, IU pasaría de 11 hasta los 25.

Fuente: LIBERTAD DIGITAL



¿Hasta cuándo abusarán de nuestra paciencia?

José Antonio Zarzalejos 


 

Carta abierta a Mariano Rajoy

Sr. Presidente:

Los españoles debemos remontarnos al año 63 antes de Cristo para encontrar en Cicerón la frase histórica que mejor expresó en el Senado de Roma el hartazgo y la extrema fatiga ante una clase política conjurada en oprimir al pueblo, dirigida por el sagaz y melifluo Catilina. La recordará usted: Quosque tandem abutere, Catilina, patientia nostra (¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?) Pues bien, señor Rajoy, ahora son millones los ciudadanos los que se preguntan hasta cuándo podrá soportar nuestro país esta ciénaga de corrupción y mentira que nos está anegando.

Vivimos en una crisis de fiabilidad democrática porque no confiamos en ustedes después de haber intentado hacerlo con tanta reiteración como ingenuidadEn los años noventa, el Estado debió deglutir la llamada guerra sucia contra el terrorismo que llevó a la cárcel a un ministro del Interior (José Barrionuevo) y a un secretario de Estado de Seguridad (Rafael Vera), además de a otros cargos públicos. 

También quedamos abochornados por la corrupción protagonizada por el que fuera nada menos que gobernador del Banco de España (Mariano Rubio) y por el Director General de la Guardia Civil (Luis Roldán). Tuvimos que encajar el impacto de la financiación ilegal de partidos (caso Filesa y caso Naseiro), descubrimos jueces corruptos (Estevill), pelotazos delictivos (Mario Conde) y hemos asistido ahora al desplome por incompetencia, incuria y rapiña del cincuenta por ciento del sistema financiero español -las Cajas de Ahorro- y, al hilo de este desplome, relatos de despilfarro inmoral e hirientes prácticas de frivolidad en el manejo de los fondos públicos.

Estamos asistiendo perplejos a la instrucción penal de los manejos de Iñaki Urdagarin, yerno del Rey, y su socio a los que el juez imputa seis delitos de naturaleza económica y a los que exige más de ocho millones de euros de fianza. Hechos presuntamente delictivos que no podrían haberse perpetrado sin la colaboración activa de empresarios complacientes y aduladores –a por atún y a ver al Duque- y de presidentes de comunidades autónomas de su partido como Matas en Baleares y Camps y Zaplana en Valencia.

En paralelo, señor presidente, existen evidencias de que en el Partido Popular se han producido pagos irregulares que sus compañeros niegan –algunos los admiten pero con protestas de legalidad– pero sobre los que aumentan las evidencias que los acreditan, en tanto los tesoreros del PP se han enriquecido de manera tan sobrevenida como sospechosa. Añadamos a estos casos los otros muchos que menudean en comunidades autónomas como Cataluña, Galicia, Andalucía, sin olvidar la trama Gürtel que impacta también de lleno a su organización en Madrid y Valencia. 

Todos los corruptos que han sido y son niegan su condición y aseguran su inocencia. Una justicia lenta, premiosa, intolerablemente tardía añade de hecho una larguísima impunidad.
 
No puede usted, señor presidente, seguir viviendo en la ficción de que la paciencia de los españoles es inagotable. En definitiva, señor Rajoy, España y sus ciudadanos viven en la peor crisis de todas, que no es la política, ni siquiera la económica: viven –vivimos- en una crisis de fiabilidad democrática porque no confiamos en ustedes después de haber intentado hacerlo con tanta reiteración como ingenuidad.

 Se ha invertido la carga de la prueba: son ustedes, señor presidente, los que deben demostrar que son inocentes porque nadie cree que lo sean después de tanto manosear esa presunción constitucional como cortafuegos a sus responsabilidades. Ignoro, señor presidente, si, como se dice, ‘pasa’ usted o no de los medios de comunicación nacionales y extranjeros, si le importa o no lo que se escribe y se dice en ellos. Pero hoy por hoy abrir un periódico de papel, entrar en uno digital, escuchar la radio, ver la televisión o participar en las redes sociales es exactamente igual a introducirse en una jungla de informaciones todas ellas desalentadoras sobre la falta de probidad de la clase dirigente y la ausencia de solvencia de las instituciones.

Provoca náusea.
 
Muchos pensábamos, señor Rajoy –y algunos seguimos persistiendo en esa creencia-, que una de las virtudes que le adornaban era la honradez. Y que, aunque su palabra está muy devaluada por las traiciones a su programa electoral, nos diría la verdad al menos sobre la certeza de la inmundicia de la corrupción para erradicarla. Estamos al límite, señor Rajoy. No puede seguir callado; no puede remitirse a investigaciones internas que concluirán ad calendas graecas.

 Tenemos que saber si en el PP se cobraban sobresueldos opacos, quiénes percibían esos pagos, de dónde procedía el dinero y si se cumplían o no las obligaciones con la Hacienda pública. Y necesitamos saber si usted, señor presidente, cobraba o no las cantidades que la presunta pero muy verosímil contabilidad de Luis Bárcenas le atribuye. Y si la amnistía fiscal aprobada por su Gobierno la asume en un acto de humildad y lucidez como un tremendo error de juicio moral.

Tenemos que saber si en el PP se cobraban sobresueldos opacos, quiénes percibían esos pagos, de dónde procedía el dineroNo puede usted, señor presidente, seguir viviendo en la ficción de que la paciencia de los españoles es inagotable. Que se puede abusar de ella indefinidamente. Que la contención de los ciudadanos es un trasunto de su resignación. Que el orden y el concierto en la calle es una muestra de docilidad gregaria. Que esto es una tormenta en un vaso de agua. Que el tiempo arregla los problemas. 

No puede, señor Rajoy, usted, un hombre que creemos muchos es íntegro, seguir abusando de la esclavitud intelectual y acaso ética a que nos somete esta crisis económica que sirve para envolver en papel de celofán toda clase de arbitrariedades y amedrentamientos. No se confunda, señor Rajoy. No lo haga, porque habrá, antes o después, un Cicerón colectivo que –desgraciadamente en la calle, porque las instituciones no funcionan- alce la voz y le interpele definitivamente al modo del patricio romano: ¿hasta cuándo abusarán de nuestra paciencia?

Este post le podrá parecer retórico –en el muy improbable caso de que llegue a leerlo- pero, como aconsejaban los profesores jesuitas de Derecho en la Universidad de Deusto, cuando se han agotado los argumentos técnicos, ante la indignidad y el atropello, hay que acudir al discurso calderoniano de Pedro Crespo, el alcalde de Zalamea, que –como un Cicerón patrio- disertó con aquellas palabras inmortales:

 Al Rey, la hacienda y la vida se han de dar, pero el honor es patrimonio del alma y el alma solo es de Dios”.

 Y, señor presidente, los españoles de a  pie que pagan sus impuestos, trabajan o son dignísimos desempleados con y sin subsidio, se están quedando sin hacienda y, muchos, están consumiendo su vida en la incertidumbre. Pero no están dispuestos a que se pisotee el honor que comporta como atributo la ciudadanía democrática

Por eso, señor Rajoy, señor presidente del Gobierno, díganos hoy la verdad sin refugiarse en subterfugios ni en solemnes declaraciones. Convénzanos. Y hágalo antes de que sea demasiado tarde.

Fuente: EL CONFIDENCIAL

TODO EL SISTEMA POLÍTICO ESTÁ HOY BAJO SOSPECHA: Asalto a la democracia

Asalto a la democracia
El antropólogo James Ferguson, de la Universidad de Stanford, contaba hace algún tiempo un chiste delicioso. Un turista gringo entra en un bar de Tijuana, en México, y observa con sorpresa la frialdad con la que le tratan los parroquianos del lugar. 

En busca de una explicación, se acerca a un mexicano apostado en la barra y le pregunta si no podrían tomar unos tragos juntos. El mexicano rehúsa diciendo:"‘Mire, ustedes los gringos vinieron aquí en 1840 y nos quitaron la mitad de nuestro país. Ahora se sientan allí -señalando al otro lado de la frontera- con sus coches, sus piscinas y sus rascacielos, mientras nosotros aquí nos sentamos sobre nuestra pobreza. ¿Por qué debería beber con usted?", le recrimina. 


El gringo responde: "¿Me quiere decir que todavía, casi dos siglos después, no pueden perdonarnos por llevarnos la mitad de su país?". "No", responde el mexicano. "Yo puedo perdonar eso. No es fácil, pero incluso puedo perdonar que ustedes se llevaran la mitad de nuestro país. Pero hay una cosa que no puedo perdonar".


"¿El qué?", pregunta intrigado el gringo. "Lo que no puedo perdonar es que no se llevaran también la otra mitad".





A la política española le empieza a suceder lo contrario que al chiste del mexicano y del gringo. La mitad del sistema político -el Partido Socialista- purga penas en la oposición tras una nefanda etapa de Gobierno. Y es probable que no salga del averno en muchos años. Mientras que la otra mitad -el Partido Popular- pasa sus horas más bajas de credibilidad por culpa de la corrupción. Y, en menor medida, de la crisis económica. 


No parece haber salvación, por lo tanto, al otro lado de la frontera (en este caso política); y eso explica que la confianza en todo el andamiaje institucional levantando con mimo en la Transición esté hoy en cuestión. O mejor dicho, esté hoy hecho unos zorros por culpa de tener la peor generación de políticos de la democracia. Nunca antes tanta mediocridad había llegado al poder.


Todas y cada una de las principales instituciones del Estado están hoy bajo sospecha: la Casa Real; el poder judicial (su presidente tuvo que dimitir por gastos indebidos); los partidos políticos que han gobernado este país en los últimos 35 años; los sindicatos (como revelan las encuestas de opinión); los empresarios (su anterior jefe continúa entre rejas) y, por supuesto, el sistema financiero, culpable en buena medida de la catástrofe económica. Casi nadie se salva de las iras de la opinión pública. El todos a la cárcel de Berlanga como supremo instrumento de la acción política colectiva.


Arar con estos bueyes


Un panorama sombrío que no invita, precisamente, al optimismo. Sobre todo si se tiene en cuenta, como aseguraba recientemente el profesor Fernando Vallespín, que una clase política “no se improvisa”, lo que quiere decir que España tendrá que arar con estos bueyes -en el sentido metafórico del término- durante mucho tiempo.


España, en realidad, lo que hace estos días es mirarse ante su propio espejo. Históricamente se ha pensado que la corrupción política era un fenómeno de países subdesarrollados, pero ahora -con casi 30.000 dólares de renta per cápita- resulta que es un mal endémico. Forma parte de nuestro ADN.






Sin embargo, guste o no, la estabilidad política en la inmensa mayoría de los países democráticos pasa por la existencia de dos grandes partidos que se alternan en el Gobierno. Y cuando se rompe ese equilibrio de forma determinante, lo que llegan son procesos autoritarios o el caos político.


Aparece también una tercera opción no menos indeseable: la imposición desde fuera  de soluciones de emergencia que pisotean la democracia, como sucede en los países en los que se ha nombrado a un jefe del Ejecutivo ‘independiente’ que no responde al ideal democrático.


Y este es, en realidad, el problema de fondo del actual estado de shock de la sociedad española: el cuestionamiento de todo el sistema político. La mayoría de la opinión pública está convencida de que no hay ejemplaridad. Y sean ciertas o falsas las acusaciones, lo cierto ésa es la única verdad para millones de españoles. ¿Empujados por alguien? Según una ministra de Rajoy, “alguien está pretendiendo revisar todo el modelo democrático, y yo no estoy dispuesta a dejar a mis hijos una mierda de país” (sic).


 Una mano negra o ajuste de cuentas en el partido 


¿Verdad o mentira? Estamos ante una estrategia de la tensión sostenida de forma taimada por una mano negra (ahí están las manifestaciones ante las sedes del PP) o España asiste a un simple ajuste de cuentas entre facciones del partido que gobierna. O, por el contrario, todo es más sencillo. España es un país con altas dosis de delincuencia económica entre sus élites. No sólo de sus dirigentes políticos: empresas del Ibex (el ladrillo, siempre el ladrillo) aparecen entre quienes sobornan a funcionarios públicos. ¿A cambio de qué? ¿Seguirán contratando con el sector público si se demuestra que compraron favores?


Un recorrido por las redes sociales revela, sin duda, que hay razones objetivas para tanto malestar. Nada indica que la sociedad española esté pasando por un episodio de acracia injustificado. Y es que no sólo el incendio está en Internet. Nunca como hoy ha interesado tanto la cosa pública en la calle. En los mercados, en los tajos, en el corto recorrido de un trayecto en ascensor, se habla a espuertas de política. O mejor dicho, de la mala política que destila la corrupción, aderezada con enormes dosis de crisis económica que hacen el ambiente irrespirable. O inhabitable. como dijo ayer Rajoy.


Todo el sistema político está hoy bajo sospecha, y eso, como sostiene muchos politólogos es la antesala del fascismo moderno. El mejor caldo de cultivo para que emerjan soluciones populistas o falsos nacionalismos es, precisamente, la apertura de causas generales contra todo el sistema político. Un modelo propio de la Inquisición que ya conoció este país durante siglos, cuando se abrían procedimientos sin que el reo conociera de qué se le acusaba."Todos los políticos son iguales", se puede oír estos días de forma frecuente. Como si la clase política -el término casta ha hecho furor entre la población española- fuera ajena al entramado social. Ignorando, como decía Max Weber, que “políticos ocasionales lo somos todos nosotros cuando depositamos nuestro voto o cuando protestamos en una reunión política”. 




Sin duda que detrás de esta desconfianza en la política está el sistema de extracción de unos dirigentes que en demasiadas ocasiones han hecho de la cosa pública su profesión, pero no a partir de un proceso basado en la meritocracia o el talento, sino mediante el amiguismo y el clientelismo político (ahora se llama networking),  lo que ha generado la existencia de camarillas que se sienten impunes con tendencia a la protección mutua. 


En el seno de los partidos casi siempre triunfa la ley de la omertá. La ley del silencio. Nadie denuncia nada por miedo al escándalo político. Y el caso Bárcenas es un buen ejemplo de ello. Probablemente, los alumnos de ciencia política lo deberían estudiar en las facultades. Como aquella frase lapidaria esculpida por Francisco Hernando, ‘el Pocero’, revelada en una grabación mientras hablaba con el alcalde de Seseña (Toledo): “Tú eres tonto, eres el único alcalde honrado de España”. 


Si es cierta la interpretación de los hechos que ha dado por buena la mayoría de la opinión pública, resulta que el gerente de un partido -posteriormente ascendido a tesorero- entregó decenas de sobresueldos en mano (hay quien dice que existen los correspondientes recibís), aparentemente en negro, a avezados y experimentados dirigentes políticos; y ninguno de ellos dijo nada. Ni siquiera Rodrigo Rato, por entonces vicepresidente económico, y, por lo tanto, máximo responsable de la Hacienda pública. ¿O es que a nadie le sorprendió que los gastos de representación no tuvieran la correspondiente retención fiscal, como marca la ley, al contrario que las dietas? Raro, raro. 


Si el dinero era opaco fiscalmente, se supone que no podía salir por los canales legales de distribución -cheque al portador o nominativo o transferencia bancaria- por lo que se entiende que las entregas serían en billetes contantes y sonantes. ¿Ninguna secretaria o ningún empleado del PP, sospechó nunca nada durante tantos años del presunto latrocinio? ¿Qué pasa en los partido para que haya tanto silencio? O es que es realidad todo es un montaje de Bárcenas para meter miedo y protegerse ante los dirigentes populares. ¿Nadie en el PP impidió a Bárcenas llevarse las pruebas del delito -como se hace en cualquier empresa cuando hay un despido- cuando fue expulsado como tesorero del partido? Raro, raro.


Políticos y Código penal


No es, desde luego, un asunto nuevo. Exactamente igual le sucedió al PSOE en tiempos de Filesa. Y al partido de Durán i Lleida. Y a la Convèrgencia catalana que en comandita dirige la saga de los Pujol. Antes los enemigos eran exteriores -prima de riesgo, Merkel, Banco Central Europeo- ahora son interiores. 

España cava su propia tumba. Y lo hace a conciencia. El Código Penal fue corregido a mediados de 2010 para evitar que “las administraciones públicas territoriales e institucionales, los organismos reguladores, las agencias y entidades públicas empresariales, los partidos políticos y los sindicatos” no pudieran tener ninguna responsabilidad penal. Desde el pasado 17 de enero, ha desaparecido esa no imputabilidad. Pero ya es demasiado tarde. Las leyes penales no son retroactivas. Alfombra roja para los delincuentes.




Con razón Weber planteaba -no como oposición sino como una misma idea compatible entre sí- la necesidad de que los políticos vivan para la política, pero también de la política. De lo contrario, un país acabará convirtiéndose en una plutocracia, donde sólo los ricos podrían gobernar. O lo que es peor, muchos vivirán “del botín, del robo o de las confiscaciones”. 

Es por eso, decía el científico alemán, que quien vive para la política tiene que ser económicamente libre; esto es, sus ingresos no han de depender exclusivamente del partido. Porque si eso ocurre, los inductores del mal tenderán a guardarse pruebas con las que emponzoñar y corromper al resto del partido. En última instancia lo que ha habría venido haciendo Bárcenas o los otros bárcenas que han pululado por este país.


El problema es todavía mayor si se tiene en cuenta que estamos ante un incentivo perverso. Como han sostenido los investigadores de la corrupción política, la democracia no tiene precio, pero si unos costes de funcionamiento que hay que atender. Y no hay duda de que los partidos que más gastan en campañas electorales tenderán a situarse en mejor posición en el mercado de las ideas y de la persuasión política. Expulsando de esta manera a quien cumplen la ley. 


Esa, en última instancia, es la mayor perversión del ennegrecido sistema de partidos, y por eso la corrupción política –manifestada a través de diversas formas: cobros ilegales, transfuguismo, nepotismo- es más reprobable socialmente que la simple corrupción económica. 


Precisamente, porque busca mantener en el poder a quienes gobiernan mediante procedimientos ilegítimos. No es un problema económico es un problema moral. Es, sobre todo, un problema democrático. Lo que está en juego ahora es la propia existencia del sistema democrático, que sólo puede regenerarse mediante un nuevo proceso constituyente. Y Rajoy, todavía, tiene tiempo para convocar a los estados generales con ese objetivo. Salvar la democracia.


Weber, siempre Weber, lo resumió de forma impagable. "Es políticamente un niño", decía, ‘aquél que considera que de lo bueno sólo puede resultar el bien; y de lo malo, sólo el mal”. Bárcenas lo demuestra.

el confidencial.com

N.R.: No podemos dejar de hacer algún comentario a este artículo de EL CONFIDENCIAL

Estoy muy de acuerdo que el que viva de la política tiene que ser económicamente libre, pero sus ingresos no pueden ser tan elevados y distorsionados con la realidad de la nación donde realiza su actividad.

La justificación que hace el autor del BIPARTIDISMO me parece muy fuerte:

"Sin embargo, guste o no, la estabilidad política en la inmensa mayoría de los países democráticos pasa por la existencia de dos grandes partidos que se alternan en el Gobierno. Y cuando se rompe ese equilibrio de forma determinante, lo que llegan son procesos autoritarios o el caos político".

Pues vivimos en un sistema donde el bipartidismo ha acomodado hasta la ley electoral a su conveniencia y decir que romper el bipartidismo es llegar a procesos autoritarios y al caos político... opinión de Carlos Sánchez muy respetable, pero vivimos ya en un caos político y en bipartidismo, y hay muchos ejemplos de buen gobierno incluso en países europeos donde no existe caos alguno.

Cuando los partidos "bipartidistas" se reparten el "pastel" como parece ocurrir en España, este ciudadano cree legítimo impulsar nuevas vías de hacer la política de otra forma

Que existan partidos con fuerza suficiente para impedir el abuso de los poderes, no solo lo veo bueno, sino necesario"

Dario Pozo Ruz.  
 


 

sábado, 2 de febrero de 2013

Toneladas de droga duermen sin vigilancia en el depósito de Castilla-La Mancha

Toneladas de droga duermen sin vigilancia en el depósito de Castilla-La Mancha
Todas las imágenes del recinto en el que se encuentra el depósito de drogas.

El edificio que desde hace dos años alberga las oficinas de la Guardia Civil de Tráfico de Toledo guarda también en su interior el depósito de drogas de Castilla-La Mancha. Lo que a priori podría ser sinónimo de seguridad, no lo es. Su ubicación, las deficitarias medidas antirrobo y la falta de coordinación entre instituciones lo convierten en un caramelo para los ladrones.



Cuando en 2010 los cien agentes de la Guardia Civil abandonaron el inmueble que ocupaban en el centro de la ciudad imperial no se imaginaban el marrón que iba a terminar por caerles. Aprovechando su presencia, y tras el robo en 2011 del depósito, las drogas fueron trasladadas a su inmueble, pero no se les asignó su custodia formal: no tiene la llave que da acceso al depósito ni tampoco está conectada con su alarma. "Creen que nuestra presencia aquí puede ser un factor disuasorio ante posibles robos, pero la realidad es que a partir de las 14:30 las oficinas se vacían y se queda una única pareja de atestados que puede tener que salir a cubrir un aviso en cualquier momento, quedando el edificio completamente vacío", apuntan fuentes de la Guardia Civil.





El inmueble, situado en una de las primeras entradas a Toledo desde Madrid, es uno de los puntos de la ciudad con más accesos por carretera. “Además de tener salida directa a la autopista que comunica con Madrid (A-42), en cinco minutos estás en la carretera de Ciudad Real, en la de Ávila, la que lleva a Tomelloso, Ocaña… En caso de que se produzca un robo no tenemos patrullas para cubrir tantos posibles puntos de huida”, explican las mismas fuentes.



A las más de cinco alternativas de fuga por carretera hay que añadirle el Tajo. El cauce del río bordea uno de los costados del edificio, concretamente en el lateral en el que se ubica el depósito. Bastaría con arrojar la droga a una embarcación y marcharse. 



En caso de que el detector sísmico del depósito se active nadie en el edificio se enteraría, ya que la alarma saltaría en la central de la empresa de seguridad privada encargada de su vigilancia y éstos avisarían a la Policía Nacional, pero no a la Benemérita. "Una vez recibido el aviso las patrullas de Policía tardarían en llegar al depósito mínimo diez minutos desde Toledo”, calculan en el Cuerpo. El tiempo, que puede parecer poco, sería más que suficiente para que los ladrones escapasen con su botín. 



Cámaras defectuosas y una alambrada de metro y medio



Un sistema de grabación que no funciona correctamente y una valla metálica que no supera el metro y medio son los otros recursos con los que se protege la droga.

El ángulo en el que están situadas las cámaras de vigilancia no permite captar lo que sucede al otro lado de la valla del recinto. Esto es, no graban lo que ocurre a dos metros del edificio, lo que permite acceder por el camino que rodea al depósito con coches sin que quede constancia de ello. “Y por si fuera poco el sistema de videovigilancia falla una vez sí y otra también”, apuntan en el Cuerpo.





Así, suponiendo que en el momento de producirse un robo las cámaras funcionasen correctamente, una única persona, la misma que está pendiente de todas las cámaras que tiene la Guardia Civil en toda la provincia, sería la encargada de detectar la acción. "Demasiado trabajo para una sola persona", valoran las mismas fuentes.



Una vez en el límite del inmueble la droga está a tiro de piedra o, mejor dicho, a salto de valla. El perímetro está rodeado por una alambrada común (de las que separan los jardines de los chalets adosados) que no supera el metro y medio. Una altura que no parece suficiente para impedir el acceso ni de un niño.



Ya solo quedaría acceder al depósito. Lo más difícil, aunque no tanto. Aunque alojados en el mismo inmueble, droga y Guardia Civil parece que están, sin embargo, separados por kilómetros de distancia. El depósito tiene su propia puerta de acceso desde la calle, por lo que quien quiera entrar en él no debe ni acercarse a la zona donde se encuentran los agentes. "Aunque quisiésemos colaborar, algo a lo que jamás nos negaríamos, estamos tan limitados que probablemente lo único que haríamos es ponernos en peligro. Estamos hablando de un depósito que guarda las drogas incautadas en toda la comunidad, quien pretenda llevárselas lo hará armado y nosotros no tenemos ni chalecos antibalas", lamenta un agente.



La Policía Nacional no lo tiene más fácil. Aunque la vigilancia del terreno donde se ubica la droga está entre sus competencias las puertas están cerradas para ellos. Su entrada en el recinto solo podría ser por la puerta en el caso de que algún miembro de la Guardia Civil se encontrase allí, de no ser así la opción sería saltar la valla. Algo no muy difícil, como ya se ha apuntado, pero sí paradójico. La llave de la segunda puerta, la del depósito, está bajo la custodia de un vigilante de seguridad privada, que tendría que trasladarse al inmueble cual sereno. 







Y, por si la historia no acumula suficientes despropósitos, queda saber cuánta droga hay almacenada. El dato se desconoce. Ninguno de los organismos que la custodian saben qué cantidad hay. "Miles, seguro. De todos los tipos: marihuana, cocaína, heroína, MDMA, hachís... Pero, aunque parezca increíble, no está cuantificada". En cualquier caso, para hacerse una idea de la cantidad (y el valor) almacenada basta con recopilar algunos operativos antidroga realizados en Castilla-La Mancha en 2012: "(...) se han incautado 73 toneladas de hachís, 9 de heroína, 56.000 pastillas" o "la droga incautada en Talavera de la Reina tendría un valor en el mercado de 12 millones de euros". 



Estos ingredientes, que por sí mismos parecen suficientes para hacer saltar la voz de alarma, cuentan además con la inmovilidad de la Delegación de Gobierno de la Comunidad. “Hemos trasmitido al actual delegado, Jesús Labrador Encinas, nuestra preocupación por el estado de inseguridad al que está sometido el edificio, pero no hacen nada”, denuncian fuentes de la Guardia Civil. 



Depósitos de drogas, objetivo de moda de los ladrones


Lo desprotegido del depósito llama más la atención si se repasan los últimos meses, cuando los robos a este tipo de dependencias se han disparado. Málaga, Cádiz, Sevilla han visto cómo sus almacenes han sido asaltados. 



Para evitar este tipo de casos y también que los propios cuerpos de seguridad caigan en peligrosas tentaciones, la Fiscalía General del Estado publicó a finales del año pasado una instrucción (la 5/2012), en la que reitera a los fiscales que deben solicitar de inmediato, incluso en el juzgado de guardia, la destrucción de los alijos de droga que sean intervenidos en las distintas operaciones policiales. 



De momento, a falta de que Sanidad concluya la auditoría del depósito, la droga sigue con una más que deficiente vigilancia, sus vecinos más cercanos desesperados, el Gobierno de María Dolores de Cospedal confiado y quién sabe si los ladrones al acecho.