El flamante ejecutivo, con rango de director general, se dio a conocer en uno de los comités de dirección con una presentación peculiar. Vino a decir el muchacho que, aunque había trabajado para el Gobierno de José María Aznar en varios puestos de gran responsabilidad y para el brazo con más poder mediático del PSOE, él era un hombre independiente, sin vinculación con ninguno de los dos grandes partidos y sin capacidad de influencia. Una especie camaleónica a lo Martín Villa.
Algunos de los asistentes se miaron preguntándose con los ojos que por qué se le había contratado si no tenía la agenda necesaria para hacer lobby, el propósito de su incorporación. El tiempo demostró que su carta de presentación fue un ejercicio de modestia y que realmente si la tenía. De hecho, la multinacional de los Entrecanales fue, sin duda, la que más tajada sacó de abrazarse al poder cuando el insigne José Luis Rodríguez Zapateroocupaba la Moncloa. La operación de compraventa del 25% de Endesa,con la venía del Gobierno del PSOE y la oposición frontal del PP, les reportó unas plusvalías brutas de 2.300 millones y netas de más de 1.500 millones.
Un pelotazo descomunal –al que sumó la millonada que se llevó por su incursión en FCC- y sin poner un euro de cash porque toda la operación se hizo con deuda, con un préstamo sindicado que los Entrecas devolvieron con la pasta que ganaron en un santiamén. Pero como la ambición no tiene límites, estos jóvenes de la aristocracia bilbaína y madrileña se quedaron con los activos de renovables que Enel no quiso y con el apalancamiento asociado a los parques de renovables, más de 7.000 millones. Un pasivo gigantesco que, no obstante, Acciona iba a pagar sin problemas porque las primas –de más de dos dígitos- por producir energía verde cubrían más que de sobra el coste de la financiación.
Hasta ahí todo perfecto, especialmente porque el déficit –más de 30.000 millones- que se generaba no lo pagaba nadie, salvo el ciudadano con subidas progresivas del precio de la luz. Pero claro, asociarte con un imberbe tiene sus consecuencias. A José Manuel, con la cotización de Acciona a 241 euros, con la familia multiplicando su fortuna personal hasta el infinito, le llevó su tiempo verlo.
Lo advirtió cuando Zapatero, ya superado por la situación y su propia incapacidad, le dio por reunir a los grandes empresarios en la Moncloa para buscar soluciones a la crisis. En una de ellas, consciente de que el final de la etapa socialista se avecinaba y de que se tenía que ganar al futuro gobierno del PP, se apartó de la cámara oficial y se puso en una esquina de la última fila. Tenía que pasar desapercibido y despojarse del traje rojeras gracias al cual se había imbuido como el constructor eólico más listo del reino. Desde su cuartel general veía como ACS ya las pasaba canutas por su empeño en echarle el guante a Ibedrola; Ferrovial se perdía en los aeropuertos de BAA;Sacyr se enfangaba en el petróleo de Repsol y FCC andaba más perdida que nunca. Todo esto hace apenas tres años.
Hoy, las tornas han cambiado. El PP, con el fin de acabar con el famoso déficit de tarifa, le ha pasado una factura muy dolorosa que ha puesto a la empresa boca arriba. Sus acciones, cercadas por los bajistas, son las únicas de las compañías afectadas (Iberdrola, Endesa, Abengoa, Enagás, Red Eléctrica) que no han recuperado el precio anterior a la reforma del pasado 13 de julio. El grupo cotiza a 35 euros, un 85% por debajo de los años de la gloria. Capitaliza apenas 2.000 millones, casi cuatro veces menos que su deuda, superado en valor por Ferrovial, por ACS y por hasta por OHL.
Una situación que ha llevado al jefe de los Entrecas a preguntarse si, como antaño, debió tener entre sus huestes a algún expolítico con influencia. Así lo entendió Iberdrola, que al poco de llegar Mariano Rajoy al poder hospedó al marido de Maria Dolores de Cospedal. Ignacio del Hierro, en un consejo de administración. Y Endesa, que puso en nomina a Elena Salgado, a José María Aznar y hasta un alto cargo de CiU, David Madi, el hombre de confianza de Artur Mas. Abengoa despachó al hermano de Miguel Sebastián y contrató a un amiguete de Montoro. No es que Iberdrola y Endesa no se hayan llevado un rejón, que también ha sido duro y traumático, pero el de Acciona, todavía por cuantificar, será incomparable. Su relación con el ministro José Manuel Soria y con el secretario de Estado, Alberto Nadal, es sencillamente inexistente.
Hasta el punto de que marcará un antes y un después en la gestión de la tercera generación de los Entrecanales. El grupo necesita un plan de emergencia inmediato, más rádical que el anunciado a principio de año Apenas ganó 48 millones en el primer semestre, un 40% menos que el año anterior, unos números que no incluyen el impacto de la última reforma y que no dicen ni pío sobre cómo le afecta el hundimiento del mercado energético en EE UU, su primer mercado internacional, que a Iberdrola le ha costado 1.000 millones de provisiones.
José Manuel ya ha dado orden de vender todo lo vendible, como sus activos de renovables en Alemania y en otros países como Croacia, Polonia, Italia y Hungría para hacer caja. Poca cosa para repagar los 7.400 millones de deuda bancaria, sin tener en cuenta el impacto del atraco judicial sufrido en la adjudicación de las Aguas del Llobregat en Cataluña. La división de infraestructura, con 1.700 millones de valor (deuda y equity) puede ser la siguiente en tener el cartel de ‘For Sale’.
Al nieto del fundador de Acciona le espera un reto de mil demonios. Acostumbrado a abrir mercados insospechados –fue pionera en desembarcar en Australia y la primera en instalarse en Sudáfrica-, no le será difícil crecerse en la adversidad. Le va la música como buen amante de la batería, aunque en este caso tenga que bailar con la más fea. Ponerla guapa le exigirá adelgazar el grupo, dieta forzosa que ya sufrieron ACS, Ferrovial y en el que están inmersas Sacyr y FCC. Como ha ocurrido en estos casos, puede que el desplome de Acciona en bolsa sea hasta una buena oportunidad de compra para los inversores que confien en la capacidad de gestión de la familia.
Fuente: ELCONFIDENCIAL.COM