Miquel Roig, en Expansión, anuncia que Bruselas revisará los presupuestos nacionales antes de su aprobación.
Estas
cosas no se pueden hacer así como así. No se pueden llamar "revisión de
cómo gastas el dinero porque no me fío de ti". Hay que ponerles un
nombre un poco más sofisticado y, a ser posible, bastante ininteligible.
Eso, los chicos de Bruselas lo hacen de película. Y los de Fráncfort.
En este terreno, Trichet era un crack. Nunca se le
entendió nada de lo que decía. El otro día, en el programa de Javi
Nieves en la Cope, me pusieron un corte con unas declaraciones de Draghi y comprobé que está aprendiendo a toda velocidad a hablar raro.
Todo esto venía a que la vigilancia sobre nuestro presupuesto se llama Two-Pack. Y esto es porque quieren "mutualizar la deuda de los Estados de la UE".
Al
llegar a este punto, y una vez hecha la correspondiente traducción al
castellano de esas frases un poco extrañas, el corazón me empieza a
palpitar aceleradamente. No es arritmia porque, gracias a Dios, en
Pamplona me dijeron que tengo un corazón en perfecto estado. Las
palpitaciones deben ser parecidas a las que supongo que sentían los
profetas del Antiguo Testamento cuando comprobaban que lo que habían
dicho se cumplía.
Me explico. En 2011, profeticé que ese año tendríamos eurobonos. Nada.
En 2012, volví a decir lo mismo. Nada.
En
2013, igual. Ya, con un cierto temblorcillo en la voz, porque cuando
uno va profetizando y no acierta, empieza a tener sus dudas.
Mi teoría era muy simple y supongo que la he escrito aquí alguna vez.
1. Cuando España pide prestado dinero (que eso es lo que quiere decir "emitir deuda"), avala España.
2. Cuando Alemania pide prestado, avala Alemania.
3.
Como, por esas cosas de la vida, los que prestan se fían más de
Alemania, le cobran el x% de intereses. Y a nosotros, como se fían
menos, nos cobran 3,62 más. (Esa es la prima de riesgo. Si la queréis en
puntos básicos, la multiplicáis por 100 y ya está.)
4. Cuando
haya eurobonos, o sea, "se mutualice la deuda", o sea, todos
respondamos de todos, lógicamente lo que nos cobren de intereses bajará.
Por eso nos gusta.
5. Por lo mismo, a mi querida Ángela no le gusta porque, lógicamente, a ella, el dinero se lo prestarán más caro.
6. Como consecuencia, Merkel dice: "¿Queréis eurobonos? Los tendréis, pero os vais a portar bien".
Por
eso se me desboca el corazón. Porque ya nos estamos portando bien,
rebajando a lo bestia (no se puede hacer de otra manera, creo yo) el déficit de 91.344 millones de euros de 2011 hasta dejarlo en unos míseros 70.000, euro más, euro menos.
Y como nos estamos portando bien, los de Bruselas, que no recomiendan, sino que MANDAN (Almunia dixit), inventan lo del Two-Pack, que a mí me suena a "¿tú te portas bien? Yo te ayudo".
Como
a estos mozos de Bruselas se les puede acusar de muchas cosas, pero no
de precipitados, porque son más lentos que el caballo del malo al que
siempre le alcanza el caballo del bueno, han encargado un informe sobre
los eurobonos que deberá estar hecho en marzo de 2014, para que, si es
favorable a mi profecía (no lo han dicho exactamente así, pero a mí me
hace ilusión pensarlo), se pueda hacer una propuesta antes del verano de
2014, coincidiendo curiosamente con la fecha tope de reducción del
déficit al 3%.
Por supuesto, el día que salga el primer eurobono gritaré lleno de júbilo: "¡Ya lo decía yo!"
P.S.
1. Esto del control de los presupuestos de cada Estado por parte de Bruselas tiene su aquel.
2. El "aquel" estará relacionado con las prioridades. Por ejemplo:
¿Por qué compran un F-18 en lugar de hacer unas cuantas escuelas?
¿Por qué hay unos cuantos (miles de) chicos/as en puestos de
responsabilidad dudosa (o sea, absolutamente innecesarios) que cobran
unos sueldos majos y luego ustedes hacen recortes donde no hay que
hacerlos?
¿Por qué no revisan
ustedes su modelo autonómico a fondo, para saber cuántos euros se
podrían ahorrar y así destinarlos a cosas útiles?
3. No sigo con los porqués por no darle más pistas a Ángela, que, como dicen en mi tierra, nos tiene muy "calaos".
4.
Pero estoy muy contento al ver que "lo que algunos llaman 'cesiones de
soberanía' no son más que pasos, que ya sabíamos que teníamos que dar,
pero que, como los veíamos tan lejos, llegamos a pensar que no había que
darlos nunca".
5. (Lo entrecomillado está copiado de mi
último libro. Esto de escribir tiene la ventaja de que puedes copiar lo
que has dicho y nadie se queja).
Leopoldo Abadía en EL confidencial