domingo, 17 de febrero de 2013

BIPARTIDISMO SI Y BIPARTIDISMO NO: ¿Qué hacemos con España?


Si este domingo se celebraran elecciones generales el resultado de las mismas sería unos de los parlamentos más fragmentados de toda nuestra historia democrática reciente. Más allá de las especulaciones sobre las posibles combinaciones de poder, lo importante es que a día de hoy todos los sondeos de opinión certifican la muerte del bipartidismo en nuestro país. Habrá quién piense que eso está bien, que no pasa nada, y es probable que no les falte razón a quienes creen que eso supondría una mayor apertura democrática… Es probable, pero las experiencias a nuestro alrededor indican que no es posible. 

El ser humano tiende a buscar la estabilidad en todas las facetas de su vida, también en la política, por eso nuestros sistemas democráticos –aquí y en todo el mundo desarrollado- se sostienen sobre una balanza que oscila a izquierda y derecha y en cuyo juego de alianzas intervienen en algunas ocasiones terceros partidos que equilibran el poder cuando éste no se alcanza por la vía de la mayoría suficiente. Pero cuando la fragmentación parlamentaria impide que la mayoría se forme de manera natural, se cae en un periodo de desestabilización del poder producto de negociaciones imposibles que suelen agravar las crisis sistémicas que llevan a esa situación.

Lo hemos vivido en Italia y la consecuencia del final del bipartidismo fue el resurgimiento de un modelo de político populista, corrupto y personalista que, sin embargo, sigue atrayendo la atención de una buena parte de sus conciudadanos. Es más, Italia ha llegado al extremo que las próximas elecciones se juegan entre dos payasos, uno de verdad y otro que le hace la competencia. Si Italia ha caído en el esperpento, Grecia lo ha hecho en la tortuosa combinación de movimientos antisistema de uno y otro extremo, también como consecuencia de la crisis que atraviesan los dos grandes partidos acosados por la corrupción y su incapacidad para hacer frente a la crisis política e institucional del país.


Pues bien, todo lo que está ocurriendo en España en los últimos tiempos –ya no se si limitarlo a semanas, meses o años- incide en la crisis sistémica que estamos viviendo y que ha llevado a una profundísima desafección de los ciudadanos hacia el poder. 



Sólo el caso del espionaje a la líder del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, y la ex novia de Jordi Pujol Jr, pone de manifiesto hasta que grado de descomposición ha llegado nuestro sistema político, en el que igual se espían los partidos entre sí, que se fabrican pruebas contra el presidente del Gobierno y su Ejecutivo y se publican en los medios de comunicación para ponerlos contra las cuerdas y buscar su sustitución.

Y eso no esconde que haya también un extesorero del PP con cuentas en Suiza que seguía trabajando en Génova 13 hasta hace un mes y que ahora descansa esquiando en Canadá mientras prepara su siguiente golpe contra el que fuera su partido. 

Mezclemos este clima de corrupción generalizada con el desafío soberanista en Cataluña y las graves consecuencias de la crisis económica, y el cóctel es explosivo necesariamente. Fíjense, si lo único que nos preocupara fuera la crisis económica en si misma, no estaríamos ante una situación tan grave como la que vivimos.

Más allá de la profundidad de la crisis y sus consecuencias, los ciudadanos son conscientes de que los gobiernos no son culpables de la misma, o no del todo, y si los enjuician de una u otra manera es por la gestión que hagan de la situación y seguramente eso no nos llevaría a estar hablando como lo hacemos de una crisis del sistema.

Lo que nos lleva a poner el acento en eso es que no hay día en el que uno o varios casos de corrupción vinculados a los partidos políticos o instituciones –empezando por la propia Monarquía- asalten las portadas de los periódicos, algunos de los cuales además forman parte activa de ese clima generalizado de corrupción porque su comportamiento se ha alejado y mucho del que debiera ser el comportamiento de un medio de comunicación entregado a sus lectores.

¿Qué hacemos con España? Esta es la pregunta que se hace mucha gente estos días, y la respuesta la tienen los mismos partidos políticos que han permitido que lleguemos a esta situación, salvo que ellos  mismos estén dispuestos a tirar por la borda todo lo construido hasta ahora. El camino es doble: 


1. Por un lado, es necesario un Pacto de Estado que reforme el modelo territorial. En mi opinión, una vez que la Constitución del 78 abrió el camino de la descentralización solo es posible profundizar en esa vía, primero porque España es un país de enorme diversidad y, segundo, porque una vuelta atrás a un modelo de Gobierno unívoco provocaría unas tensiones insoportables, luego la única alternativa posible es cerrar un modelo de corte federal en el que se delimiten definitivamente las competencias de cada estado-autonomía, y se racionalicen las estructuras de gasto al tiempo que se les concede a cada uno de ellos plena capacidad sobre los ingresos. 

2. Por otro, una auténtica apuesta por la regeneración política del país que incluya, además de la Ley de Transparencia en la que ya está trabajando el Gobierno, una serie de reformas que incidan en el castigo ejemplar a la corrupción, aumenten los mecanismos de control de los partidos políticos y de las instituciones que gobiernan con una nueva ley de financiación de los mismos, incidan en la separación de poderes alejando de la decisión política el nombramiento de vocales del CGPJ y dando más poder parlamentario a las minorías, garanticen la proximidad de los diputados y senadores con sus electores mediante la elección de cada uno de ellos por mayoría de votos en su circunscripción, etcétera, etcétera.

Si además de eso se consiguiera un Pacto de Estado para hacer frente a la crisis económica, ya sería el colmo de la dicha, pero entiendo también que hay que dejar un margen al debate político, aunque si sería bueno un cierto acuerdo de los principales partidos a la hora de adoptar medidas para luchar contra el paro juvenil en nuestro país.
 
Miren, todo lo que está pasando es gravísimo y cualquiera de ustedes tendrá seguro la misma sensación de descreimiento en el sistema que tengo yo, pero de esto no vamos a salir apostando por la ruptura del sistema ni por su destrucción, sino haciéndolo por su regeneración y salvaguarda. O eso, o caemos en manos de payasos o de fascismos, y no creo que esa sea la mejor alternativa para el país.
 
Pero si el Gobierno no lo ve, y si la oposición continua ciega, descuiden que será eso lo que nos acabe pasando en el corto plazo.
 
 Fuente:  Federico Quevedo en EL CONFIDENCIAL

miércoles, 13 de febrero de 2013

UPyD pacta con Bildu tras pedir su ilegalización: ¿ INCOHERENCIA ?




UPyD suscribió ayer en el País Vasco una iniciativa parlamentaria con Eusko Alkartasuna (EA), integrante de Bildu y Amaiur, apenas 48 horas después de que Rosa Díez reclamara desde la tribuna del Congreso de los Diputados la ilegalización de ambas coaliciones dominadas por la «izquierda abertzale».

El acuerdo se hizo a través de una enmienda transaccional firmada por UPyD, PSE y EA. Con ella en la mano, el único representante de UPyD en la Cámara de Vitoria, Gorka Maneiro, defendió la necesidad de poner en marcha un plan de lucha contra el fraude fiscal común para Vizcaya, Guipúzcoa y Álava. En declaraciones a ABC, Maneiro explicó que la iniciativa no se negoció con EA, sino que su representante añadió su firma después.

El texto recogía la petición de interconexión informática en tiempo real de los datos tributarios de las tres diputaciones. Una fórmula que implicaría que el gobierno guipuzcoano de Martin Garitano (Bildu) pasaría a disponer de la información fiscal de todos los ciudadanos vascos, según denunció el PP, que unió sus votos al PNV para tumbar la propuesta.


«Contradicciones»

Este debate en la Cámara vasca originó severas críticas por parte del portavoz de Economía del PP, Antón Damborenea, a Maneiro, al que recordó la «contradicción» que supone llegar a consensos políticos con una formación a la que UPyD «considera ETA», para jolgorio de la bancada nacionalista. 

También le reprochó «la incongruencia política» de pactar un plan de inspección fiscal para el País Vasco, «y no un plan nacional dirigido por el Gobierno de España», cuando, recordó, UPyD exige la eliminación del Concierto Económico Vasco.

Damborenea censuró la actitud «demagógica» y «populista» que, a su juicio, exhiben los de Rosa Díez. «Hace unas semanas, demonizaron a Antonio Basagoiti por reunirse con EA.

 Ayer pedían su ilegalización, pero hoy van y firman una enmienda transaccional con la misma gente. ¿En qué quedamos?». Maneiro asegura que su postura «ni es incoherente ni traiciona» su postura sobre ilegalizar Amaiur. «EA es EA», defiende el de UPyD, tras denunciar el «juego sucio» del PP contra su partido.

Fuente:  I. REYERO / VITORIA
Día 24/02/2012

domingo, 10 de febrero de 2013

COMO SE NOS VÉ EN LATINOAMÉRICA

 

 

Los "de toda la vida"


Los políticos (y las políticas) que roban, no roban porque son políticos. Roban porque son ladrones.

Si fueran empresarios evadirían impuestos, si fueran empleados se llevarían material de la oficina y si fueran policías detendrían a los conductores para extorsionarles.

Lo que está claro, cada vez más claro, viendo la utilización en beneficio personal que hacen los políticos del dinero público, es que los ciudadanos pagamos demasiados impuestos.

Tanto pagamos de más, que estamos haciendo ricos a una serie de conciudadanos que entienden perfectamente lógico y legítimo que, por ejemplo, el dinero de los parados de Andalucía termine en un complejo de lujo en el Caribe. O que políticos de segunda categoría tengan millonarias fundaciones.
 


En España, estos días, los ciudadanos se preguntan perplejos cómo han llegado tan lejos las desvergüenzas. Se preguntan qué solución tiene un sistema político que permite que tantos delincuentes de izquierdas, de derechas, nacionalistas, y de todos los colores, manejen las cuentas públicas como propias.

Se plantean que lo que ha fallado son, además de las personas, el sistema que permite que los políticos ladrones no terminen en la cárcel como sus colegas, los ladrones "de toda la vida".

Fuente: IAizpun@diariolibre.com

sábado, 9 de febrero de 2013

¡ VAYA POLÍTICOS QUE NOS GOBIERNAN !




Hoy adjuntamos un interesante artículo de EL CONFIDENCIAL, que nos pone de manifiesto la calaña moral de los políticos que nos gobiernan. Muchos españoles nos sentimos totalmente desprotegidos por "nuestro sistema" y algunos hasta desconfiamos de que haya alguna alternativa real que considere con realidad a una gran parte de los españoles que vivimos de nuestra jubilación.

Sentimiento de incertidumbre que se acrecienta al ver los rasgos de los cuadros de los partidos, donde predominan jóvenes con poca experiencia laboral aunque con muchos títulos...

Espero que el subconsciente no nos juegue malas pasadas y la cifra de la próxima abstención se dispare.

Pero hoy fijémonos con atención lo rentable de trabajar para el P.P.....

Rajoy se subió su sueldo en el PP un 30% entre 2007 y 2011 hasta cobrar 200.000 euros anuales



El sueldo de Mariano Rajoy en el Partido Popular no ha dejado de crecer durante la crisis. Si en 2007 Rajoy cobraba de las arcas populares cerca de 157.000 euros brutos anuales, en 2011 su salario había subido cerca de un 30% y superaba los 200.000 euros brutos.

El sueldo de Rajoy en el Partido Popular alcanzó estas proporciones tras una serie de subidas salariales sucesivas en plena crisis económica. El hoy presidente del Gobierno cobraba 157.000 euros brutos del PP en 2007, pero la cifra se disparó hasta los 186.000 en 2008 y volvió a experimentar una fuerte subida en 2009, cuando Rajoy cobró del PP 196.000 euros. Rajoy se bajó el sueldo popular por primera vez en 2010, cuando también lo hicieron las retribuciones de todos los diputados, hasta los 181.000 euros, pero un año más tarde, en 2011, lo subió de nuevo hasta rebasar la barrera esta vez de los 200.000 euros anuales.

De este modo, los ingresos totales del hoy presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ascendieron en 2011 hasta casi los 240.000 euros brutos. Ese año, el último que Rajoy estuvo en la oposición, percibió 200.628,66 euros brutos del Partido Popular y 38.456,23 como diputado por Madrid, según consta en el certificado de ingresos publicado en la web de la Moncloa. El total llegó así a los 239.084,89 euros anuales, que tras la correspondiente retención –de 94.346 euros– se quedaron en 144.738 euros netos.

La suma de todas sus retribuciones muestra que Mariano Rajoy fue remunerado con 1,9 millones de euros brutos entre 2003 y 2011 por parte de tres pagadores distintos. Tales fueron el Partido Popular –que desembolsó por el trabajo de Rajoy 1,39 millones de euros–, el Congreso de los Diputados –del que percibió 339.753 euros– y el Ministerio de la Presidencia –del que cobró 177.703 euros entre 2003 y 2005 como indemnización tras haber sido vicepresidente–. 

Los ingresos de Rajoy han ido variando en este periodo comprendido entre 2003 y 2011. El año que menos ganó como rendimiento del trabajo fue 2006, cuando percibió 187.320 euros brutos, de los que 146.459 provinieron del PP y 40.860 de su trabajo como diputado. En 2004, sin embargo, en su primer año como líder de la oposición y cuando aún era indemnizado por su paso por el Ejecutivo de José María Aznar, Rajoy percibió 237.645 euros brutos, de los que 136.870 provenían del PP, 62.631 de la indemnización y 38.144 del Congreso. 

Estas son las retribuciones netas anuales del trabajo de Mariano Rajoy entre 2003 y 2012, publicadas en la web de la Moncloa:
 

En la actualidad Rajoy no percibe ningún salario del PP, ya que tal extremo es incompatible con su condición de miembro del Ejecutivo. Respecto a 2012, su primer año como presidente, la web del Palacio de la Moncloa sólo ha hecho público un certificado, expedido por el Ministerio de la Presidencia, con sus únicos ingresos como jefe del Ejecutivo, que ascendieron a 74.912 euros brutos -49.893 líquidos-, ya que aún no ha presentado la declaración de la renta correspondiente a ese ejercicio. 
 Fuente: EL CONFIDENCIAL y CEAM.
 

miércoles, 6 de febrero de 2013

MANIFIESTO POR LA REGENERACIÓN DE LA DEMOCRACIA Y LA REFUNDACIÓN DEL ESTADO:


 

Vivimos una emergencia nacional. La extensión de los casos y sospechas de corrupción en las principales instituciones del Estado y en los partidos políticos de gobierno y oposición, han convertido la profunda crisis política y económica en una crisis de confianza en el sistema democrático.

Nuestra democracia ha degenerado, alejando a las instituciones, y especialmente a los viejos partidos políticos, de los ciudadanos y de sus problemas. Urge devolver la política a los ciudadanos, sus legítimos dueños, y restaurar la confianza en el buen funcionamiento del Estado. Porque la regeneración democrática no es sino que las instituciones políticas funcionen y cumplan su obligación constitucional.

Para conseguirlo encontramos imprescindible:

1 - Aprobar de modo inmediato Leyes eficaces contra la corrupción para acabar con la impunidad de los responsables, y en concreto para:

a)la inelegibilidad de las personas acusadas por delitos de corrupción política.

b) el delito de financiación ilegal de los partidos políticos.

c)el delito de enriquecimiento ilícito de los cargos públicos.
 
d)el delito de omisión o falsedad de la contabilidad y patrimonio social de los partidos políticos y de los cargos públicos.
 
e) reforzar la exigencia de responsabilidad por mala gestión a los cargos públicos al frente de sociedades o entes públicos.
 
f) limitar la discrecionalidad de los indultos otorgados por el Gobierno, excluyendo a los condenados por delitos de corrupción.

2 - Reforzar la independencia y autoridad sancionadora de los organismos reguladores y de control público de la actividad económica privada y pública, como el Tribunal de Cuentas, la Agencia Tributaria o el Banco de España, acabando con su dependencia de los partidos políticos y del Gobierno.

3 - Aprobar una Ley de Transparencia exigente que incluya a la Casa Real, a los partidos políticos y sindicatos, y a cualquier institución que reciba ayudas públicas, obligando a dar información detallada y actual de su contabilidad y actividades, sin ampararse en el silencio administrativo o la justificación de la petición de información, y que regule la actividad de grupos de influencia o lobbys.


4 - Implantar una auténtica justicia independiente, acabando con el reparto del CGPJ entre las asociaciones de magistrados dependientes de PP y PSOE u otros partidos, y dotando a la administración de justicia de medios humanos y materiales suficientes.
 
5 - Aprobar una Ley Electoral justa y proporcional que favorezca la representación del pluralismo político existente, permitiendo la participación política real de todos los ciudadanos.
 
6 - Reformar la Constitución para que recoja las propuestas ciudadanas y resuelva el modelo territorial del Estado con el reparto de competencias y su financiación, mejore la separación de poderes, y asegure el derecho a la participación política, la igualdad jurídica y de oportunidades y las libertades personales.
 
Consideramos que todas estas medidas son imprescindibles para regenerar la democracia y restaurar la confianza ciudadana. Porque sin ellas no será posible superar con equidad la crisis económica, impulsar políticas activas de empleo y de creación de empresas, invertir lo necesario en educación e investigación, mantener y mejorar la sanidad pública y las pensiones, resolver el problema de los desahucios o la carencia de una política energética racional.
 
Son necesarias para racionalizar las administraciones públicas y suprimir el despilfarro en duplicidades y entes superfluos que se reparten los viejos partidos, o conseguir la regulación legal y transparente de las retribuciones a cargos públicos. 



También para restaurar la igualdad de los ciudadanos, acabando con los privilegios y con la discriminación por razones territoriales y lingüísticas, o para eliminar las trabas a la movilidad laboral, la apertura de empresas y el mercado único que lastran nuestra economía. Sin devolver España a los españoles tampoco tendremos una implicación más activa en la necesaria integración política, fiscal y económica de la Unión Europea.

Insistir en fórmulas inmovilistas o ya fracasadas para preservar la vieja política viciada que nos ha llevado a esta crisis no hará otra cosa que alejar a los ciudadanos de la política y aumentar la frustración, la indignación y la desesperanza, poniendo en peligro al propio sistema democrático.

Pedimos un Pacto de Legislatura en el que los principales partidos parlamentarios se comprometan públicamente a aprobar por vía de urgencia estas reformas legales y a
modificar la Ley Electoral para, a continuación, proceder a la convocatoria de Elecciones Generales para abrir un periodo constituyente que ponga nuestra democracia a la altura de las exigencias del siglo XXI y permita la refundación del Estado según los procedimientos democráticos y con el protagonismo ciudadano.


Fuente: www.upyd.es




N.R.: Sin comentarios. Una atenta lectura nos permite tener la certeza de descubrir que es el único camino para sacarnos de este atolladero. La iniciativa de UPyD "pone el dedo en la llaga" y receta una solución posible que si no es apoyada será responsabilidad de quienes optan por seguir en la cúspide de esa partidocracia que tanto mal ha causado a España.

lunes, 4 de febrero de 2013

Rajoy y Rubalcaba (2013): el mismo "error Berenguer" (1930)




Las encuestas que ayer publicaron varios medios (El País, El Periódico de Catalunya) constatan algo que ya se percibía: que el sistema bipartidista se ha desplomado. El PP registra mínimos –según el periódico madrileño su intención de voto no alcanza el 25% y según el diario barcelonés los populares perderían ahora 50 escaños- y el PSOE no remonta en absoluto y, electoralmente, sigue por detrás de los conservadores. 


Destacan, sí, las expectativas de Unión, Progreso y Democracia e Izquierda Unida, lo que podría configurar en el futuro un sistema pluripartidista que exigiría –a la italiana o a la griega- gobiernos de coalición. Pero lo más grave es que los ciudadanos han perdido confianza en el sistema de partidos y exigen eso que se denomina regeneración.


Por otro lado, la intervención sabatina de Mariano Rajoy ante el Comité Ejecutivo Nacional de su partido, resultó, en general, convincente en cuanto a su honradez, pero dejó abierto el problema jurídico y político que plantea la supuesta contabilidad paralela de Luis Bárcenas y su función –como gerente y como tesorero- del PP durante muchos años. Concurren dos responsabilidades que el presidente no quiso abordar: su responsabilidad in eligendo (él puso a Bárcenas al frente de la tesorería del partido) y la responsabilidad in vigilando (a él como presidente del PP le correspondía controlar cualquier actividad irregular en la organización). 

Tampoco parece que Rajoy vaya a tomar medida alguna respecto de sus ministros más abrasados por esta crisis (Mato y Montoro, aunque por razones distintas), ni que, al menos de momento, se plantee una reestructuración a fondo del partido. Rajoy salvó su reputación pero nada más, aferrándose a su particular recurso anti-crisis: el transcurso del tiempo y el consiguiente olvido –los españoles parece que somos desmemoriados- de estos episodios.


Por otra parte, las concentraciones ante las sedes del PP suscitan una reacción de naturaleza inquietantemente retroactiva: ¿sigue por donde solía la izquierda de este país?, ¿cómo es que no hubo concentraciones ante Ferraz con el escándalo de los ERES de Andalucía, por poner un ejemplo?, ¿de verdad piensan los partidos de la oposición que el rechazo al PP significa un acercamiento a ellos?, ¿suponen acaso que la indignación es unidireccional hacia los conservadores y que salva o margina el cúmulo de casos de corrupción que afectan a otras formaciones como el PSOE o CiU? 


Si Pérez Rubalcaba, por ejemplo, valora que esta crisis es sólo la del PP y la de Rajoy, se confunde. Cuando pide, como lo hizo ayer, la dimisión del presidente del Gobierno, está pidiendo a gritos la suya propia porqueestamos ante un fallo sistémico del régimen bipartidista que ambos, entre otros, representan.




Manuel Jiménez de Parga, catedrático de Derecho Público, ex ministro y ex presidente del Tribunal Constitucional, escribió ayer en el diario El Mundo, bajo su seudónimo de Secondat y con este título: “Final de una etapa”. Decía: “Los españoles nos encontramos en un momento delicado de nuestra historia. Abundan las denuncias de corrupción, el sistema constitucional de las autonomías funciona mal, la ley de partidos políticos es deficiente y resulta inadecuado el modo de elegir a los representantes en las diversas instituciones. 

Si todo eso hay que cambiarlo y mejorarlo es porque hemos agotado una etapa y tenemos que empezar a ser y a convivir de otra forma. Por fortuna sabemos lo que nos pasa y los remedios que debemos utilizar. Malo sería, en cambio, aferrarnos a lo establecido y no reaccionar a tiempo. En naciones de nuestro entorno han sido relativamente frecuentes las sustituciones pacíficas de los sistemas políticos. En el año 1958 se inauguró en Francia la V República con una admirable continuidad desde 1870 (la aventura de Vichy fue un paréntesis intrascendente).”


Lo que sostiene Jiménez deParga es que el régimen actual se ha agotado y hay que ser conscientes de ello. Si Mariano Rajoy y el PP –y lo mismo podría decirse del PSOE- creen que el actual estado de cosas podría continuar renqueante, sería muy aconsejable que leyesen el artículo de José Ortega y Gasset publicado en el diario El Sol el 15 de noviembre de 1930 bajo el título de “El error Berenguer”.

 El filósofo madrileño fustigaba que tras siete años de dictadura de Primo de Rivera, Alfonso XIII quisiera recomponer el régimen constitucional de la  Restauración como si nada hubiese ocurrido, poniendo al frente del Gobierno al general Berenguer, hombre honrado pero de poca consistencia política. Simular que todo volvería a la normalidad constituía, según Ortega, “el error Berenguer”, quien dejó su empeño en febrero de 1931, después de haberlo intentado desde enero de 1930. 

Decía Ortega, y decía bien, que aquel régimen estaba periclitado. Y terminaba su artículo con una apelación que dispone de la mayor frescura en la España de hoy: “Y como es irremediable ese error, somos nosotros, gente de la calle, de tres al cuarto y nada revolucionarios, quienes tenemos que decir a nuestro conciudadanos ¡españoles vuestro Estado no existe!, ¡reconstruidlo!”

Fuente: EL CONFIDENCIAL

domingo, 3 de febrero de 2013

El PP se desploma en las encuestas: UPYD se dispara.



Los escándalos en los que se ha visto envuelto el Partido Popular en las últimas semanas por el caso Bárcenas y el supuesto cobro de sobresueldos de cargos del partido está provocando la pérdida de apoyo popular. Así al menos se desprende de las encuestas publicadas por El País y El Periódico.

Según estos datos, el PP se desplomaría. Si ya venía poco a poco bajando en las encuestas debido a sus políticas económicas, ahora el caso Bárcenas ha provocado un auténtico tsunami.

En este sentido, el diario de Prisa asegura que el partido de Mariano Rajoy obtendría en estos momentos el 23,9 por ciento de los votos, cuando en las pasadas elecciones generales consiguió el 44,6. Es decir, en poco más de un año se ha dejado 20,7 puntos. En menos de un mes ha perdido hasta seis puntos.

Sin embargo, el PSOE no consigue aprovechar el desplome del Partido Popular y consigue el 23,5 puntos, se sitúa a tan sólo cuatro décimas del PP, pero apenas crece otras dos décimas en este mes. El descontento con los socialistas es también manifiesto.

En esta encuesta el partido que se dispara es UPyD, que ya obtendría el 13,6 por ciento de los votos, cuando en las pasadas elecciones tuvo el 4,7. Ni siquiera IU aprovecha el tirón e incluso pierde apoyo durante este último mes.



Terremoto electoral en 'El Periódico'

Por su parte, El Periódico también vaticina un terremoto electoral. De este modo, asegura que el Partido Popular podría perder hasta 53 escaños, mientras que el PSOE aumentaría hasta 13 aprovechando este escándalo.

De  este modo, el PP pasaría de los 186 escaños a 133/135 escaños. El PSOE no consigue aprovechar esta debacle y crece pero muy poco. Pasaría de los 110 de las pasadas generales a 120/123 diputados.

Pero, sin duda, UPyD sería la gran beneficiada convirtiéndose en la tercera fuerza política en España. De tener 5 diputados ahora conseguiría hasta 26. Mientras tanto, IU pasaría de 11 hasta los 25.

Fuente: LIBERTAD DIGITAL