- El Gobierno ha invertido 50.000 millones en proyectos que no tendrán suficientes viajeros para pagar el mantenimiento de las líneas. Mientras Francia tiene 113 millones de pasajeros, España sólo 16 millones. España, con 2.600 kilómetros de red ferroviaria de alta velocidad, se convierte en el país con más kilómetros de AVE en Europa, por delante de Francia
España, tras la inauguración –el pasado mes de diciembre– de la nueva línea del AVE entre Madrid y Valencia, consigue 2.600 kilómetros de red ferroviaria de alta velocidad, convirtiéndose en el país europeo con más kilómetros de AVE. De esta forma, adelanta a Francia –1.900 kilómetros– y se aleja de Alemania –1.300 kilómetros–. Internacionalmente, se pone por delante de Japón –2.500 kilómetros– y por detrás de China –3.500 kilómetros–.Sin embargo, a pesar de ser el país con más extensión de red ferroviaria, somos los que menos viajeros tenemos. ¿Eso es rentable? El dato que hace que los expertos se cuestionen si es rentable la inversión que España ha hecho en el AVE, más de 50.000 millones –con un recorte presupuestario de 15.000 millones en 2010–, se obtiene viendo el número de pasajeros por kilómetros de línea. Según los últimos datos de la UIC (Organización Mundial de las Compañías de Ferrocarril), mientras la ratio de pasajeros por kilómetro en España es del 2,8, en Francia llega al 41,5.Si nos fijamos en el número de pasajeros que utilizan el AVE, en Japón lo hacen más de 300 millones, en Francia, 113 millones y en Alemania, 70 millones. En cambio, en España soló hay una demanda de 16 millones de pasajeros, según anunció la semana pasada el ministro de Fomento, José Blanco.Esta cantidad ha servido al Gobierno para justificar que el AVE da a Renfe beneficios por primera vez en España en 2010. Expertos del sector opinan que el Estado ha invertido una cantidad desmesurada en proyectos que no tendrán suficientes viajeros para pagar el mantenimiento de las líneas.Estados Unidos o Francia, mucho más poblados, han descartado proyectos como el modelo español. Hace ya unos meses, el secretario de Transportes estadounidense, Ray LaHood, visitó España para ver in situ los trenes del AVE y al ver la factura apuntó: “Ustedes son ricos, nosotros esto no nos lo podemos permitir”.En Estados Unidos una infraestructura debe mostrar que será rentable para poder ser financiada con dinero público. Por ello, el estado de California ha desestimado una línea de alta velocidad entre San Francisco y Los Ángeles, dos ciudades separadas por 600 kilómetros y con áreas metropolitanas que suman 19 millones de habitantes, casi tres veces la suma de Madrid y Barcelona.Tanto en Francia como en Alemania descartaron una inversión similar a la española por considerarla insostenible económicamente, y eso que Alemania tiene un PIB de 3,2 billones de dólares y una población de 82 millones de personas y en Francia viven 65 millones que suman un PIB de 2,8 billones. Sin embargo, España, con 46 millones de personas y la mitad de PIB que Francia, acometió esta inversión del AVE con ayuda de los fondos europeos, la mayoría provenientes de Francia y Alemania. Por tanto, no es de extrañar que estos países reclamen al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se apriete el cinturón cuando ellos no se plantean este tipo de obras. * ( felizmente "ex presidente").Para Blanco, los 16 millones de pasajeros del AVE conforman un dato suficiente para afirmar que da beneficios, pero fuentes del sector aseguran que el Gobierno no ha precisado si ha amortizado las infraestructuras o los costes variables.El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) recoge en su memoria dotaciones netas para amortización de inmovilizado en 2009 de sólo 200 millones, para una inversión acumulada en AVE de 50.000 millones a final de 2009. Una cantidad de dotación insignificante. Pero, según se explica en la memoria, la amortización es creciente en el 3% durante la vida útil, estableciendo que las vías para velocidades hasta 350 km/h tienen hasta 60 años de vida útil, lo que permite dotaciones muy bajas al principio, pero que explotan “geométricamente”, como dice el propio texto a medida que avanza el tiempo.Es decir, se están desplazando hacia adelante enormes necesidades de dotación para inmovilizado en vez de ser asumidas ahora.Esto permite que Renfe pague a ADIF cánones muy bajos por el uso de las líneas de Alta Velocidad, pero llegará un momento, dentro de unos años, en el que las cifras se elevarán.Otra cuestión que queda en el aire es referente a la sanción que impuso a España la Comisión Europea en 2007 al declarar ilegales las ayudas a las pérdidas de explotación de los servicios de larga distancia de Renfe, que incluía el AVE. Tales ayudas fueron de 248 millones de euros en 2007 y podrían haber ascendido a 400 millones en años posteriores.Con estas perspectivas, el futuro de la alta velocidad plantea dudas sobre si las próximas líneas tendrán densidades de tráfico cada vez menor, como ya estamos viendo en la nueva línea Madrid-Valencia, donde, según Renfe, el primer mes de servicio recogió un total de 250.000 viajeros, lo que, anualmente, supondría 3 millones frente a los 3,6 millones que preveían. Entonces, ¿cómo puede ser que la cifra de 16 millones de pasajeros del AVE en 2010 dé beneficios?http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/economia/rentabilidad-del-ave-entredicho-20110130Comentando...El AVE siempre me pareció mas el sueño faraónico de una administración socialista que un proyecto de infraestructuras con visas de sostenibilidad.A la historia me remito. El AVE en Castilla La Mancha parece como el Camino del Quijote: todos quieren que pase por su población...Como explica el artículo de Intereconomía, ya en el 2007 esta "presuntuosa obra de fachada" costó una multa europea de 248 millones de euros ¿para qué?PP y PSOE justificarían que es la imagen de España, pero lo que se está viviendo ¿no es la imagen de la España real? ¿Infraestructura social necesaria o capricho para señoritos con prisa?Dario Pozo Ruz desde Valdepeñas.
miércoles, 28 de noviembre de 2012
La rentabilidad del AVE, en entredicho. ¿ALTA VELOCIDAD PARA UN PROMEDIO DE 9 PASAJEROS AL DÍA?
"Lecciones catalanas"
"No se nos ha dado el respaldo para un liderazgo único"
Artur Mas
De
acuerdo con el padrón de 2011, 7.593.619 catalanes viven en 947
municipios. La mitad de ellos tiene menos de 1.000 habitantes, y tres de
cada cuatro tienen menos de 3.800 habitantes. El 10% de ellos excede de
los 14.000 habitantes. No pretendo explicar las causas de la derrota de CiU, ni el éxito de Ciutadans,
ni siquiera el de los partidos independentistas. Sólo busco tratar de
explicar qué ha ocurrido, de acuerdo con el análisis de ciertas
características socio-demográficas en absoluto exhaustivas.
Oficialmente,
la ciudad de Barcelona tiene más de 1,6 millones de habitantes; la
segunda más grande, casi 7 veces más pequeña, es L’Hospitalet de
Llobregat, con un cuarto de millón. A todos los efectos y salvo
indicación expresa, he excluido del análisis a Barcelona pues merece una
atención especial: uno de cada cinco catalanes vive allí.
Un primer aspecto es el de la evolución del apoyo de los ciudadanos a las distintas formaciones políticas en relación con el que les otorgaron en las anteriores elecciones al Parlamento de la Generalitat,
celebradas hoy hace dos años. En una situación como la actual,
caracterizada por su cercanía en el tiempo de un proceso electoral
equivalente y con un incremento de la participación tan importante (más
de medio millón de votos válidos adicionales), es conveniente conocer
dónde se han concentrado los apoyos de los partidos que finalmente han
obtenido representación parlamentaria. Debido a que es un grupo nuevo en
estas elecciones, se ha excluido a CUP del análisis.
Incremento (azul) o disminución (rojo) de votos en relación a los obtenidos en las elecciones al Parlament en noviembre de 2010. Elaboración propia.
En
este gráfico observamos cómo la participación global (en verde) se ha
incrementado en casi veinte puntos porcentuales; en tales
circunstancias, tanto CiU como PSC pierden apoyos, lo cual ya es
muy indicativo. Por otro lado, esa pérdida de respaldo no es homogénea.
Así, en el caso del PSC la pérdida de apoyos se reduce según se
incrementa el tamaño de población, pero en el caso de CiU ocurre
exactamente al contrario, como pone de manifiesto el siguiente gráfico:
según se incrementa el número de habitantes se incrementa la desafección
de CiU entre sus anteriores votantes. Este análisis, insisto, no
considera a la ciudad de Barcelona; en ella, CiU reduce algo esa
tendencia a la caída, perdiendo 'sólo' un 8% del apoyo respecto a la
convocatoria electoral anterior. El PSC, en cambio, quiebra
completamente esa tendencia al alza, perdiendo prácticamente uno de cada
cuatro votos que entonces obtuvo. En la Ciudad Condal, la situación del
PSC es absolutamente dramática.
Evolución
del número de votos ganados/perdidos respecto del total de votos
obtenidos en las elecciones de 2010 por tamaño del municipio.
Elaboración propia.
En el caso de las otras cuatro formaciones
analizadas, cabe señalar que todas incrementan significativamente su
apoyo entre los votantes respecto a las elecciones anteriores; que el
caso de ERC y del PP no existe una concentración específica
de tal situación, lo que significa que el incremento es similar y
constante a lo largo de todos los municipios; en el caso de ICV, por su
parte, el apoyo evoluciona progresivamente con el aumento del tamaño de
la población (se van incorporando más votantes en núcleos mayores de
población). Mención aparte supone Ciutadans: el único grupo de
municipios donde no duplica al menos sus resultados es en el de los más
pequeños, donde consigue, eso sí, un apoyo medio un 75% superior; a
partir de 3.000 habitantes, segundo tamaño analizado, el incremento en
el respaldo a esta opción política ha sido realmente espectacular, como
muestra el siguiente gráfico.
Evolución
del número de votos ganados respecto del total de votos obtenidos en
las elecciones de 2010 por tamaño del municipio. Elaboración propia.
Ganancia (derecha en el gráfico) o pérdida de votos en la ciudad de Barcelona respecto a las anteriores elecciones al Parlament. Elaboración propia.
Evolución del voto por municipios
De
los 947 municipios catalanes, CiU pierde votos respecto a las
anteriores elecciones en 313 de ellos. Pero el reparto no es homogéneo,
como vemos en el siguiente gráfico.
La
línea roja representa el número medio de municipios en los que CiU
pierde votos, uno de cada tres.
Como vemos, es a partir de los
municipios de 3.000 habitantes en los que la sangría de municipios es
mayor; así, de los de 10.000 a 15.000 habitantes CiU pierde votos en la
mitad de ellos, y en los 22 más grandes, excluida Barcelona, pierde
votos en casi 9 de cada 10.
Peor es la situación del PSC. Como
vemos en el siguiente gráfico, pierde apoyo respecto a las elecciones de
2010 en el 85% de los municipios. En este caso, sin embargo, la
intensidad de la pérdida de municipios es tanto mayor cuanto más pequeño
es el núcleo. Eso sí, la cantidad mínima de municipios que pierde,
independientemente de la población, es del 50%. Una situación muy grave
que debe analizar el partido.
En
cuanto al resto de partidos, excluido CUP, observamos que ICV mejora en
3 de cada 4 municipios, el PP en el 77%, Ciutadans gana apoyo en 8 de
cada 10, y ERC en el 99%.
El efecto de las mujeres
En la población catalana, de acuerdo con el padrón estadístico del INE
de 2011, existe un 50,5% de mujeres. De los 947 municipios, sólo en 138
de ellos la cifra de mujeres supera tal proporción. Curiosamente, en
ellos la pérdida de apoyo de CiU es menor que en el resto: sólo ocurre
en el 30,4% de ellos, frente al 33% general. Y exactamente lo contrario
ocurre en el caso del PSC: si pierde apoyo en el 85% de los municipios
catalanes, allí donde el número de mujeres es mayor que la media de la
región, el PSC pierde apoyo en 9 de cada 10. En cambio, el efecto Rivera
del que siempre se ha hablado no tiene reflejo estadístico: allí donde
las mujeres son mayoritarias, Ciutadans gana aproximadamente en la misma
proporción que el resto de municipios. Estas son simplemente unas
pinceladas de una cuestión que está perfectamente estudiada en
democracias más antiguas que la nuestra, y que, sin embargo, aquí o bien
no se conocen, o bien no interesa que se sepan.
Así pues, queda
claro que tanto para el PSC como para CiU la situación es realmente
lamentable. Para el primero, porque sigue confirmando elección tras
elección que existe un problema de calado mucho más grave que el que sus
dirigentes pretenden hacer ver. Elección tras elección, desde hace más
de un año, el apoyo que encuentra es cada vez menor que el anterior;
quien está sufriendo los rigores de la pretendida austeridad es el PSOE,
en este caso el PSC.
Parece que los ciudadanos son conscientes, más
allá del rechazo que les puedan provocar las medidas del actual Gobierno
central, que buena parte de la culpa de esta situación la tuvo el
Gobierno anterior. Y por ahora no se dan las condiciones para olvidarlo.
En
cuanto a CiU, promotora del proceso electoral, sinceramente no creo que
haya en la historia un error de medición más espectacular que este.
Desde una holgada mayoría absoluta, la pasión cegó al equipo de
Gobierno, que buscó la ocultación de su gestión de la crisis en el
“Espanya ens roba.” Ciertamente, el voto soberanista ha ganado las
elecciones; desde la opción más amplia del derecho a decidir (87
escaños) a la más restrictiva de la independencia (71), existe un
sentimiento entre los catalanes que debe ser considerado de alguna
manera, y existen múltiples. Pero no es eso lo que discuto.
Lo que
resulta lamentable del asunto es que tanto desde el Gobierno de la
Generalitat como desde las aulas de la Universidad de Columbia el Molt Honorable President
Mas ha contado con dos de los mejores economistas que jamás ningún
proyecto pudo pretender, que pensaron que en las cifras se encontraba la
respuesta. Ello nos debe hacer reflexionar acerca de la enorme paradoja
que se plantea a quienes aplican modelos de racionalidad a situaciones
caracterizadas por su ausencia. De nuevo, Cataluña vuelve a darnos una
lección. Pero esa es otra historia que dejo para más adelante.
Fuente: EL CONFIDENCIAL
Juan Manuel López-Zafra
Juan Manuel López-Zafra
martes, 27 de noviembre de 2012
Segunda lectura del resultado catalán
Sería divertido -sino fuera triste- que tras el batacazo de CiU sólo el director del CEO (Centre d´Estudis d´Opinió
de la Generalitat), el que vaticinó la mayoría absoluta de CiU y unos
resultados de ERC y PSC muy inferiores a los reales, haya puesto su
cargo a disposición. Parece que Convergència es un partido
auténticamente español, porque nadie se hace responsable -empezando por
el principal protagonista- de un error mayúsculo que puede haber
dinamitado la carrera política de Artur Mas.
Vayamos a lo
serio. El error de Mas es grave porque sólo el exceso de confianza
-rayano en la prepotencia- le podía aconsejar adelantar las elecciones
(le quedaban dos años). Y la consecuencia ha sido una fuerte bajada de
CiU y un alza paralela de ERC. Ahora tiene ante sí una difícil
legislatura, empezando por una muy complicada aprobación de los
presupuestos de 2013. Con el PP, imposible, salvo rectificación pública.
Con el PSC, muy complicado, porque los socialistas deben lamer sus
heridas. Además, Mas ya les dejó en la estacada en 2010 tras firmar un
pacto escrito -incumplido- que facilitó la investidura. Y tienen poco
que ganar ayudando a un presidente disminuido que tendrá que aplicar
serios recortes y que les ha ninguneado. Con ERC sí es posible, pero el
precio a pagar será alto y puede conducirle a acabar como Pasqual Maragall o José Montilla, que cavaron su tumba pactando con un partido que -pese a la opinión del líder de turno- tiende al maximalismo.
En
el deslinde entre el campo independentista y el que no quiere romper
con España -donde muchos analistas decían que se jugaban las elecciones-
no ha pasado absolutamente nada. El bloque independentista (que hoy es menos bloque)
tiene un diputado más si incluimos en él -cosa muy discutible- a ICV.
Si no la incluimos, dicho bloque pierde dos diputados. O sea, todo
igual.
La
lectura es compleja. Los independentistas (CiU y ERC) arguyen que
tienen mayoría absoluta sin necesidad de las CUP, pero no es un
resultado brillante en un momento de fuerte movilización nacionalista
tras la gran manifestación del 11 de setiembre. E incluso sumando ICV no
llegan a los dos tercios del Parlament, ya que tienen ahora el
64,4% frente al 63,7% de la pasada legislatura. Sin embargo, los no
independentistas (PSC, PP y Ciutadans) tampoco pueden estar satisfechos,
pues, en contra de lo que siempre se había pensado, una sensible subida
de la participación (11%) no ha hecho bajar el porcentaje de voto
nacionalista en las autonómicas.
Quizás la gran conclusión de las
elecciones catalanas es que confirman la tendencia a la erosión -por la
crisis económica y el carácter cerrado de la clase política (los
diputados son elegidos en listas y no tienen que patearse una
circunscripción como en la mayoría de las grandes democracias)- de los
partidos de gobierno tradicionales. Los dos grandes partidos catalanes
son CiU y el PSC. Y los dos salen trasquilados. CiU pierde doce
diputados y 90.000 votos (pese al aumento de la participación). Y el PSC
pierde ocho diputados y 52.000 votos sobre el ya triste resultado de
2010 (28 diputados). Y podría haber sido peor sin la solidaridad con
Pere Navarro de los alcaldes metropolitanos que han movilizado el
cinturón.
Por el contrario, suben los partidos que encarnan la
protesta. En el bloque nacionalista, ERC es la gran beneficiaria porque
dobla su grupo parlamentario (gana 11 diputados, llegando a 21) y nada
menos que 277.000 votos más de los que tuvo en el 2010. Y las radicales
CUP recuperan tres diputados de los cuatro que pierde Solidaridad, más
cercana a CDC y que desaparece del Parlament. En el bloque no independentista sube con fuerza Ciutadans,
que pasa de tres a nueve diputados y que recoge 168.000 votos nuevos,
más también de los que tuvo en el 2010. El partido de Rivera es el que
tuvo el domingo una mayor subida proporcional y capta voto proveniente
tanto del PP como del PSC y de electores no independentistas de CiU.
Finalmente, sube ICV (tres diputados y 128.000 votos) por su continua
protesta contra los recortes sociales.
La conclusión es que bajan los partidos de gobierno y suben los de protesta. Pero hay una excepción, el PP, que es el partido que manda en Madrid con mayoría absoluta y que ya gobernó ocho años con Aznar.
El PPC ha logrado 84.000 votos y un diputado más (curiosamente en la
independentista Girona). Y aunque baja de la tercera a la cuarta
posición, es su mejor resultado en unas autonómicas. Hay varias razones.
La primera es la incansable campaña -además con gran profusión de
medios- que ha realizado Alicia Sánchez Camacho. La segunda es
que la candidata del PPC, avasalladora, ha conseguido encarnar la
reacción al independentismo. La tercera, que el PPC no ha gobernado
nunca Catalunya y tiene todavía (con la excepción de Badalona y
Castelldefelds) poco poder en los ayuntamientos.
Quizás la clave
de las elecciones catalanas -grave error de Artur Mas aparte-, está más
en la subida de los partidos de protesta con poco poder (nulo en el caso
de Ciutadans) y en la fuerte erosión de los grandes partidos de
gobierno. Mariano Rajoy debe tomar nota, porque en las próximas elecciones españolas no podrá hacer de Alicia Sánchez Camacho.
Fuente: Joan Tapia de EL CONFIDENCIAL
lunes, 26 de noviembre de 2012
Los Piratas de Catalunya logran más votos que UPyD: la ley electoral sigue en la picota.
UPYD han logrado un importante puñado de votos, aunque no son suficientes para entrar en el Parlament. Entre los partidos más pequeños y alternativos, como Piratas de Catalunya o FARTS.cat, se ha experimentado un importante crecimiento, mientras que otros, como el ultraderechista Plataforma Per Catalunya o el independentista Solidaritat Catalana per la Independència han visto huir a parte de sus votantes.
Así, los Piratas han obtenido 17.942 votos frente a los 6.451 obtenidos en 2010, mientras que otras formaciones como Escons en Blanc (escaños en blanco) se han llevado 27.784 o FARTS.org (Hartos, Ciudadanos en Blanco), 11.675 votos.
En esta lista destaca el crecimiento del PACMA (animalistas, partido por la defensa de los derechos animales), desde los 14.238 votos de hace dos años hasta los 20.777 votos actuales, o el batacazo de Solidaritat Catalana, que pasa de 102.921 votos y tres escaños, a quedarse fuera de la Cámara con 46.608 votos.
UPyD, el partido de Rosa Díez, experimenta un importante crecimiento aunque queda muy lejos del escaño en Cataluña. Pasa de tener 5.418 votos en 2010 a lograr 14.552 en estos comicios. Ese crecimiento, sin embargo, deja a la formación como 13ª fuerza política y por detrás de Plataforma, Solidaritat, Escons en Blanc, PACMA y Pirata.cat.
Por último, son significativas las cifras de Plataforma Per Catalunya, el partido del ultraderechista Josep Anglada, que aunque pierde cerca de 15.000 votos (pasa de 75.134 votos en 2010 a 60.142), vuelve a quedarse a las puertas del Parlament como octava fuerza más votada en la región.
Atendiendo al reparto de escaños, en general y de media, cada escaño 'cuesta' a cada partido una cantidad diferente de votos,
un efecto del sistema electoral español que no otorga a cada voto el
mismo valor, sino en función del número de diputados otorgados a cada
distrito electoral. Se aplica la conocida como ley D'Hondt, algo que se pone de manifiesto cada vez que hay unas elecciones en el país.
De esta manera, a CiU cada escaño le ha 'costado' de media 22.246 votos,
mientras que a ERC, 23.632, al PSC, 26.166, y al PP, 24.799. Asimismo, a
ICV cada escaño le sale de media 27.604 votos, a Ciutadans, 30.547, y a CUP-Alternativa d'Esquerres, nada menos que 42.073 votos.
Fuente: EL CONFIDENCIAL
25N.- Rosa Díez aconseja a Mas "quitarse de en medio" y avisa de que no va a olvidar las cuentas en Suiza
-
La líder de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez, ha aconsejado este lunes al presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, que lleve "hasta el final" la senda del "mesianismo" del exlehendakari Juan José Ibarretxe
y que se quite de en medio porque ya no puede gestionar el "fracaso" de
su política. Eso sí, recalca que su formación no va a olvidar las
denuncias de corrupción y el caso del informe policial que atribuye
cuentas en Suiza a dirigentes nacionalistas.
En declaraciones a Europa Press, Díez ha dicho que un dirigente político "medianamente responsable"
que ha "metido" a su comunidad autónoma en un proceso electoral con el
que ha conseguido no sólo "dividir" a sus ciudadanos y "enfrentarlos"
con el conjunto de la sociedad española, sino también cosechar unos
resultados peores que la anterior cita con las urnas lo que tiene que
hacer es "quitarse de en medio".
"Lo que tiene que hacer es ceder el paso para ver si hay alguna
posibilidad de que se restañen las heridas y de que el Gobierno que
nazca se dedique a resolver los problemas de los ciudadanos, y no a
generar unos nuevos", ha subrayado la responsable de la formación
magenta, para quien resulta evidente que "Mas no puede gestionar el drama, la frustración y el fracaso de su política en Cataluña".
Y dicho esto, y dado que, en su opinión, al presidente catalán le ha gustado seguir la 'hoja de ruta' marcada por Ibarretxe, Rosa Díez le ha aconsejado que la siga "hasta el final" y se marche. "Que tome ejemplo de lo que hizo alguien que quiso ser el Mesías y que cuando fracasó se fue", ha insistido.
LAS ELECCIONES NO DEBEN TAPAR LA CORRUPCIÓN
Pero, además, Rosa Díez no ha querido olvidar uno de los
asuntos que ha marcado la campaña catalana, como ha sido el borrador de
un informe policial que atribuye a Artur Mas y a la familia de Jordi
Pujol cuentas en Suiza.
A este respecto, la líder de UPyD ha exigido que "nadie tape" ni se "olvide" de los temas de corrupción, algo que, según ha dicho, suele ser habitual una vez que terminan los comicios. "Se habla de la corrupción hasta las elecciones y al día siguiente se acaba", como, según ha citado, ocurrió en Andalucía y los ERE.
Por ello, ha dicho que espera que en Cataluña permanezca "la exigencia de responsabilidad y transparencia" en torno a ese asunto y, de hecho, ha garantizado que su grupo parlamentario "no se va a callar" y va a continuar pidiendo cuentas sobre esta materia.
Facebook Rosa Diez.
La población española con más de 60 años casi se duplicará en el año 2050
-->
"Los
informes sobre población de la ONU nos dicen que para el año 2050
nuestra población de mayores de 60 reflejaran una España envejecida
con un 33,6 % por encima que el conjunto de nuestros países vecinos.
La
situación entonces estará “mas envejecida” si consideramos que
los mayores de 80 se habrá duplicado llegando al 10,4%. Osea seremos
el septimo país mas viejo, por detrás del Japón, Bosnia, Portugal,
Cuba, Corea del Sur e Italia.
Esto
supone un gran reto para la sociedad actual, ya que deben ponerse en
marcha soluciones que garanticen la participación de los mayores en
la sociedad.
Personalmente
con 66 años soy un hombre muy activo y comprometido en muchas áreas
como voluntario. Hasta el año pasado vivía en un país del tercer
mundo, donde podía combinar trabajos educativos, dirigir una ONG
ambiental y hasta estudiar en dos universidades...
Mi
situación al volverme a España ha sido muy diferente y hasta
sorprendente.
Es
indudable que aquí contamos con unas asistencias sociales y
sanitarias impensables en América Latina, pero ¿solo se nos ofrece el ocio-negocio? ...
Esta
sociedad intenta “aparcarnos” en todos los ámbitos. Existen unas
Universidades Populares, para “entretenernos” aunque su nivel es
bajísimo al menos en el medio rural donde vivo...
Si
quieres participar activamente en política tendrá que reconocer –
especialmente en los nuevos partidos – que son para jóvenes en un
mundillo de reparto de cuotas donde encuentran acomodo las mujeres,
los menores, los homosexuales, las personas con impedimentos
físicos, los parados de larga duración... ¿y ese 33,6 % se debe quedar en casa viviendo de recuerdos?
A
los mayores se “nos ha finiquitado” aunque “se nos agradezcan
los servicios prestados”.
No se nos deja trabajar “porque estamos jubilados”,
“falta empleo para los jóvenes”, y cuando participamos en
discusiones políticas – casi tenemos que elevar la voz para no
sentirnos apabullados – por la inexperiencia que es la que tiene
que “mandar”.
Muchos de nosotros tienen que mantener a sus hijos
hasta edades adultas, pero asumiendo un papel de víctima en la
crisis que no generamos.
La sociedad tiene una deuda muy grande con nosotros y
nosotros tenemos el deber de empujar a cuantas iniciativas
favorezcan nuestra realización “viva” en una sociedad que margina y nos "utiliza".
Los que eramos muy jovencitos en la década de los 60 se nos quitaban derechos "porque queriamos ser demasiado precoces" y "ahora se nos quiere dar la espalda" por ser mayores...
Habrá que exigir a los partidos, que no solo hagan grupos de jóvenes, mujeres, estudiantes... sino cuentan mas con nosotros " volveremos la espalda" a esta España que nos hace sentirnos usados con destino a un reciclado fúnebre - triste final para los jóvenes de hoy, si llegan a mayores-".
Dario Pozo Ruz.
¡Qué grande es la democracia!
¡Qué grande es la democracia! Permítanme que
insista. Jornadas como la de ayer en Cataluña son una lección. Siempre
es así, una lección detrás de otra cada vez que los ciudadanos acuden a
las urnas, pero hay veces en las que esa lección lo es menos por
esperable, y hay otras en las que, como ayer, nos llenan de
estupefacción. Nadie se esperaba ese resultado, mucho menos quien convocó
a los ciudadanos a las urnas buscando en ellos un respaldo mayor al que
había obtenido dos años antes, pero los ciudadanos han entendido que
había algo de engaño en esa jugada y han actuado en consecuencia. Los
políticos no aprenden nunca, y cometen una y otra vez los mismos
errores.
En 1995, Jacques Chirac ganó las elecciones a la Presidencia de la República francesa y nombró primer ministro a Alain Juppe, pero insatisfecho con el respaldo legislativo que tenía la coalición en 1997 adelantó la convocatoria de las urnas creyendo que los franceses le darían la mayoría absoluta. No solo no fue así, sino que las elecciones las ganó la izquierda y Chirac tuvo que cohabitar con el socialista Lionel Jospin como primer ministro.
Artur Mas convocó a los catalanes a las urnas pretendiendo de ellos una mayoría suficiente que le permitiera gobernar sin necesidad de apoyos de ninguna clase, y para conseguirlo recurrió al engaño de la independencia con el que ha buscado tapar los numerosos errores de su gestión de estos dos años al frente de la Generalitat. Se subió a la ola independentista y quiso liderarla al tiempo que mantenía una calculada ambigüedad que le llevó a trasladar una falsa imagen de Cataluña como estado independiente de la UE, pero sin llegar a romper del todo los lazos que la unen con España.
Pues bien, lo que ha ocurrido es que se ha pasado de una Cataluña mal gobernada, a una Cataluña ingobernable. Ese es el éxito que puede apuntarse Artur Mas, que no solo no ha conseguido su ansiada mayoría absoluta, sino que ha perdido doce escaños, complicándose sobremanera la vida para poder seguir gobernando los próximos cuatro años.
¿Qué ha pasado? Es bien simple: los ciudadanos le han dicho que puede quedarse con su proyecto independentista porque ellos están mucho más preocupados por salir de la crisis, y que no les puede seguir llevando por el camino de los recortes indiscriminados y la gestión desastrosa de las cuentas públicas; que basta de acusar a España de robar a Cataluña al mismo tiempo que se tiende la mano para que Madrid afloje la pasta del rescate; que ya está bien de engaños y mentiras, que los catalanes lo que quieren es vivir en paz. En definitiva, los ciudadanos han castigado a Mas porque ha gobernado mal.
El problema es que ahora el asunto se ha complicado, y de qué manera. En primer lugar, hay que ver qué ocurre de puertas para adentro, es decir, en la propia CiU, donde es más que probable que se pidan muchas explicaciones a Artur Mas por lo ocurrido.
De hecho, si tuviera un mínimo de vergüenza, debería presentar su dimisión y con él toda la troupe de la vieja guardia pujolista que ha salido bastante mal parada del envite. Imagino que habrá tensión con el socio de la coalición, Unió Democrática, que se había sumado con escasísimo entusiasmo a las aspiraciones independentistas de Mas. Y de hecho, eso va a tener mucho que ver con el sentido de los pactos postelectorales, y es aquí donde personalmente creo que las cosas se le han puesto muy complicadas a CiU.
Un pacto con ERC es, para los convergentes, un pacto con el diablo, y más ahora que se ha demostrado que los catalanes verdaderamente independentistas prefieren al original antes que a la copia, de ahí que los republicanos hayan subido 11 escaños. En su día se acuso a José María Aznar de alimentar a los independentistas de ERC con un discurso anticatalanista; hoy se puede decir que Artur Mas ha hecho lo mismo por el otro extremo, de ahí que cualquier pacto con ellos solo tenga como consecuencia la muerte lenta de CiU.
La segunda opción es pactar con un PSC que ha conseguido mantener el tipo pese a los desalentadores pronósticos, pero pactar con el PSC significa para CiU una alianza imposible desde el punto de vista de la política económica, y es evidente que ese vuelve a ser el asunto prioritario de la legislatura, y no la independencia. La última opción es el PP, con el que también sumaría CiU la mayoría absoluta, pero implicaría un ejercicio de humildad insoportable para Artur Mas.
En cualquiera de los tres casos, CiU está obligada a hacer importantes cesiones, muchas más de las que ha tenido que hacer hasta ahora. Dicho eso, quien tiene más fácil tender la mano porque es quien más puede ofrecer al candidato convergente es el Gobierno de Mariano Rajoy.
El resultado de las elecciones devuelve cierta tranquilidad a un debate que se habría convertido en un problema serio de haber sido otro, pero no aleja el fantasma de la reforma del modelo territorial y de los problemas de financiación autonómicos, y es por ese camino por el que Gobierno central y Generalitat deben intentar volver a entenderse. Y a favor de ese entendimiento actúa una configuración del mapa político catalán que, lejos de haber visto aumentar las fuerzas del independentismo, han comprobado cómo estas se mantienen e, incluso, pierden algo de apoyo popular, mientras crece considerablemente el de los partidos que se sitúan del lado de la Constitución.
Mas acudió a estas elecciones con un lema: La voluntad de un pueblo. Pues bien, la voluntad del pueblo catalán es obligarle a dialogar para buscar soluciones a los muchos problemas que acumula Cataluña, y de los que parece haberse preocupado bastante poco.
En 1995, Jacques Chirac ganó las elecciones a la Presidencia de la República francesa y nombró primer ministro a Alain Juppe, pero insatisfecho con el respaldo legislativo que tenía la coalición en 1997 adelantó la convocatoria de las urnas creyendo que los franceses le darían la mayoría absoluta. No solo no fue así, sino que las elecciones las ganó la izquierda y Chirac tuvo que cohabitar con el socialista Lionel Jospin como primer ministro.
Artur Mas convocó a los catalanes a las urnas pretendiendo de ellos una mayoría suficiente que le permitiera gobernar sin necesidad de apoyos de ninguna clase, y para conseguirlo recurrió al engaño de la independencia con el que ha buscado tapar los numerosos errores de su gestión de estos dos años al frente de la Generalitat. Se subió a la ola independentista y quiso liderarla al tiempo que mantenía una calculada ambigüedad que le llevó a trasladar una falsa imagen de Cataluña como estado independiente de la UE, pero sin llegar a romper del todo los lazos que la unen con España.
Pues bien, lo que ha ocurrido es que se ha pasado de una Cataluña mal gobernada, a una Cataluña ingobernable. Ese es el éxito que puede apuntarse Artur Mas, que no solo no ha conseguido su ansiada mayoría absoluta, sino que ha perdido doce escaños, complicándose sobremanera la vida para poder seguir gobernando los próximos cuatro años.
¿Qué ha pasado? Es bien simple: los ciudadanos le han dicho que puede quedarse con su proyecto independentista porque ellos están mucho más preocupados por salir de la crisis, y que no les puede seguir llevando por el camino de los recortes indiscriminados y la gestión desastrosa de las cuentas públicas; que basta de acusar a España de robar a Cataluña al mismo tiempo que se tiende la mano para que Madrid afloje la pasta del rescate; que ya está bien de engaños y mentiras, que los catalanes lo que quieren es vivir en paz. En definitiva, los ciudadanos han castigado a Mas porque ha gobernado mal.
El problema es que ahora el asunto se ha complicado, y de qué manera. En primer lugar, hay que ver qué ocurre de puertas para adentro, es decir, en la propia CiU, donde es más que probable que se pidan muchas explicaciones a Artur Mas por lo ocurrido.
De hecho, si tuviera un mínimo de vergüenza, debería presentar su dimisión y con él toda la troupe de la vieja guardia pujolista que ha salido bastante mal parada del envite. Imagino que habrá tensión con el socio de la coalición, Unió Democrática, que se había sumado con escasísimo entusiasmo a las aspiraciones independentistas de Mas. Y de hecho, eso va a tener mucho que ver con el sentido de los pactos postelectorales, y es aquí donde personalmente creo que las cosas se le han puesto muy complicadas a CiU.
Un pacto con ERC es, para los convergentes, un pacto con el diablo, y más ahora que se ha demostrado que los catalanes verdaderamente independentistas prefieren al original antes que a la copia, de ahí que los republicanos hayan subido 11 escaños. En su día se acuso a José María Aznar de alimentar a los independentistas de ERC con un discurso anticatalanista; hoy se puede decir que Artur Mas ha hecho lo mismo por el otro extremo, de ahí que cualquier pacto con ellos solo tenga como consecuencia la muerte lenta de CiU.
La segunda opción es pactar con un PSC que ha conseguido mantener el tipo pese a los desalentadores pronósticos, pero pactar con el PSC significa para CiU una alianza imposible desde el punto de vista de la política económica, y es evidente que ese vuelve a ser el asunto prioritario de la legislatura, y no la independencia. La última opción es el PP, con el que también sumaría CiU la mayoría absoluta, pero implicaría un ejercicio de humildad insoportable para Artur Mas.
En cualquiera de los tres casos, CiU está obligada a hacer importantes cesiones, muchas más de las que ha tenido que hacer hasta ahora. Dicho eso, quien tiene más fácil tender la mano porque es quien más puede ofrecer al candidato convergente es el Gobierno de Mariano Rajoy.
El resultado de las elecciones devuelve cierta tranquilidad a un debate que se habría convertido en un problema serio de haber sido otro, pero no aleja el fantasma de la reforma del modelo territorial y de los problemas de financiación autonómicos, y es por ese camino por el que Gobierno central y Generalitat deben intentar volver a entenderse. Y a favor de ese entendimiento actúa una configuración del mapa político catalán que, lejos de haber visto aumentar las fuerzas del independentismo, han comprobado cómo estas se mantienen e, incluso, pierden algo de apoyo popular, mientras crece considerablemente el de los partidos que se sitúan del lado de la Constitución.
Mas acudió a estas elecciones con un lema: La voluntad de un pueblo. Pues bien, la voluntad del pueblo catalán es obligarle a dialogar para buscar soluciones a los muchos problemas que acumula Cataluña, y de los que parece haberse preocupado bastante poco.
Federico Quevedo en el CONFIDENCIAL.
Fuente: EL CONFIDENCIAL
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