viernes, 10 de mayo de 2013

Por qué no nos sirve el PSOE



Han sido años de miedo a la derecha desde la derecha. 

Han sido demasiados años escuchando a los mayores recordando la disolución del golpismo, o lo que se hizo por la sanidad y la educación pública en este país hace ya tres décadas. Han sido años de esperanzas frustradas una y otra vez; han sido años de espejismos. Si de verdad se quiere dar paso a un nuevo tiempo político desde la izquierda, debemos ser claros respecto al PSOE.  


Porque fue precisamente el Partido Socialista el que implantó el trabajo precario a fines de los ochenta; los tribunales condenaron a un Ministro del Interior del PSOE, así como a diversos altos cargos, por secuestro y malversación en relación a una banda armada que asesinó a cerca de 30 personas; hubo, y siguen dándose, mil y un escándalos de corrupción; se creó una fuerte y jerárquica burocracia partidista, donde todos se daban codazos de puertas adentro y se colocaban de puertas afuera. El PSOE incumplió pronto su palabra para meternos en la OTAN. 

Aceptó entusiasmado los tratados europeos que construían una Europa fortaleza y neoliberal. Se plegó a los banqueros desde tiempos de Miguel Boyer, Carlos Solchaga y la beautiful people, ¿recuerdan? Las privatizaciones las comenzó Felipe González, hoy en Gas Natural. El PSOE fue más duro incluso que el PP al abordar la inmigración, con redadas policiales xenófobas y el fortalecimiento ‘rubalcabiano’ de un régimen que atemorizaba a los sin papeles con las deportaciones y los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE).


Mientras, se mantenían los privilegios de la Iglesia Católica y, de manera vergonzante, no ha dejado de apoyarse a la Monarquía. Nunca se actuó para quebrar la estructura y la cultura institucional heredada del franquismo que se insertaba en la policía, y a día de hoy seguimos sufriendo las consecuencias. Zapatero falló a todo un país cuando dejó su tímido programa a un lado en mayo de 2010 para iniciar, con fuerza, el trágico camino de los recortes sociales. Como es sabido, este tránsito finalizó en una reforma de la Constitución hecha a espaldas de la ciudadanía. 

Pero son amables, educados y tolerantes al hablar; se saben muy bien la teoría. No son cavernícolas con el tema del aborto, y han traído el matrimonio homosexual. Se opusieron a la Guerra de Irak —aunque  enseguida nos metieran en Afganistán—, y crearon un Ministerio de Igualdad en una digna política contra la violencia machista. Aunque nunca han hecho ascos a utilizar la represión policial en diversas variantes, saben de su base social y seguramente nunca pondrían a personajes como Francisco Javier Ansuátegui o Cristina Cifuentes como Delegados del Gobierno en Madrid. El problema más gordo que tienen es que ahora mismo no recuerdo mucho más.  

Porque bien pensado, todo lo anterior les sitúa si acaso como el menos malo de los dos partidos hegemónicos que se turnan en el poder desde 1982. Nunca han tocado las líneas principales de la economía neoliberal. Jamás se han atrevido a alterar una estructura fiscal injusta y regresiva. Su política medioambiental, cuando afrontamos una crisis climática monumental, ha sido más de lo mismo: desde medidas para la galería hasta políticas abiertamente antiecológicas. 


Sobre sus reformas universitarias no hay más que estudiar la puesta en marcha que hicieron de la llamada Estrategia Universidad 2015, que en breve rematará el PP siguiendo la misma línea. Rinden pleitesía a los bancos, como confesó Miguel Sebastián que le ordenaba Pepe Blanco, y son ya demasiados los que abiertamente tratan de colocarse en multinacionales privatizadas cuando se jubilan de la política. Suelen hablar de democracia en público y tirar de despotismo en los pasillos sin despeinarse; lástima produce cuando observas a algún/a joven aprendiz tomando nota.

Sin ser los únicos en esto, hay modos no democráticos de hacer política que se han incrustado demasiado en el ADN institucional de este partido. Pocos se atreverían a afirmar que se permite la transparencia, la libertad de expresión y la horizontalidad en sus estructuras. Mucho me temo que el concepto que más acude a la cabeza de la gente de izquierdas al pensar en ellos, tras tanta decepción, ya es sólo hipocresía. Comprobemos, si no, lo que está sucediendo con su periódico, perfecto reflejo del progresismo impostado de este país.

Ahora pretenden plasmar en su Conferencia Política un proceso de diálogo con ciudadanos y militantes. Por supuesto, nada de hablar de romper con el funcionamiento interno del partido, ni de cuestionar (siquiera por primarias) a la dirección. ¿Recuerdan a las dirigentes que luego fueron ministras del gobierno de Zapatero en las manifestaciones contra la LOU? Yo casi me lo creía. Es decir, ya sabemos que pueden marearnos, acercarse, dialogar, montar primarias “estratégicamente”…. para luego en el poder hacer lo de siempre. Han perdido todo derecho a la confianza.


La postura del PSOE durante los últimos años en el tema fundamental de los desahucios, a pesar de las contorsiones de última hora, es lo que ha causado las últimas deserciones de antiguos simpatizantes. ¿Se puede votar hasta 4 veces en el Congreso a favor de los bancos en este tema? ¿Cómo han sido capaces de sobrevolar indiferentes el profundo dolor de las clases populares de este país, cuando podían haberlo detenido? ¿Quién les va a creer ahora? Más de 500 desahucios al día, que se dice pronto. Familias arruinadas de por vida, suicidios evitables, 400.000 ejecuciones hipotecarias desde 2007, contrastan con los rescates bancarios y con la ya indeleble imagen de Alfredo Sáenz indultado por los socialistas.

Sumado al asunto de los desahucios, de la corrupción y al aire fresco que demanda ya tanta gente, la imagen negativa que desprende la actual dirección es otro gran hándicap para el PSOE, quizá el definitivo. Se trata de una dirección gris y sumisa, aún ahíta de poder, que mira mal cualquier intento de cambio interno empeñada en ganar tiempo no sé sabe para qué. Lo peor no es que ya no les creamos, es que han dejado de creerse a sí mismos hace mucho tiempo. Son además tantos y tan profundos los cambios que debiera afrontar una nueva dirección, que lo razonable para los regeneradores sería empezar desde otras coordenadas.

El PSOE no sirve por tanto a la izquierda, hoy menos que nunca. Porque si alguna vez estuvo allí, lo que es seguro es que hace tiempo que no sabe dónde está. La socialdemocracia no llegó a desarrollarse en nuestro país, a pesar de que un partido supuestamente socialista estuvo en el gobierno más de veinte años. Aun así, es dudoso que las propuestas socialdemócratas tengan espacio en un escenario donde el capitalismo, para sobrevivir, anda desbocado provocando crisis gigantescas en el primer mundo. En la dirección del PSOE tampoco hay ya en cualquier caso socialdemócratas que busquen siquiera domar al capitalismo mediante nuevos ingenios; sólo dirigentes temerosos de la jerarquía, sometidos a los dictados de los poderes financieros y sin libertad para cultivar unos vínculos democráticos con quienes supuestamente representan.

Se precisa coraje e imaginación para afrontar las grandes rupturas por venir, pues estamos ante un tiempo nuevo.

El 15M —no olvidemos que surgido un día de represión policial, ordenada por el gobierno socialista, contra quienes ejercían su derecho a manifestarse— lo dejó muy claro: se precisa un cambio radical contra el régimen del PPSOE

Muchos socialistas insatisfechos transitan desde hace tiempo por el propio 15M, en las asambleas de sus barrios, en sus sindicatos, luchando de otra manera en las diversas mareas en defensa de lo público; también los habrá aún paralizados, frustrados o pensativos en sus casas. Es así como la militancia de base, profundamente desengañada en su mayoría, busca otros cauces para seguir haciendo una política que les permita reconocerse con orgullo. 

Los hay también que desde dentro del partido, en sus agrupaciones, aún piensan que es posible el enésimo intento de regeneración. Es la gente que pidió perdón en aquel vídeo, en un gesto que les honraba pero que a todas luces resultaba insuficiente: no eran ellos quienes debían disculparse, los temas mencionados eran ínfimos respecto a la dimensión del problema, y aun siendo mínima la asunción manifestada de las culpas, lo justo hubiera sido apartarse de la política tras hacerla.


No quisiera resultar injusto con algunas personas de la dirección del PSOE que quizá lleven años luchando contra este estado de cosas. Sólo puedo decirles que, en mi opinión, no es el sitio más adecuado para hacerlo. Es más, el tiempo ha demostrado que nunca lo fue. Los imagino cansados de no conseguir nada. Por la puerta de atrás de nuestro régimen político se ha ido conformando una casta político-económica que se beneficia y se protege mutuamente de la crisis a costa de empobrecer al resto. 

Es la definición de oligarquía que conocemos desde los griegos, y el PSOE no resulta ajeno a ello. Lo más visible está en esos líderes que participan en las puertas giratorias de colocación que mencionaba antes. Pero su alcance es aún mayor a otros niveles. Por tanto, no sólo es que hayan cometido acciones políticas lamentables que recordaremos largo tiempo —aun de manera involuntaria, pues tal es su fuerza—. Es que representan mucho de lo que hoy por hoy nos aleja de la democracia. El peso del aparato, de la jerarquía, de la cultura política asumida en su seno, de nuestra propia memoria, es tal, que resulta imposible valerse de ese partido para ningún objetivo de la izquierda.

Así que gentes del PSOE, échense a un lado o aproxímense a título individual y sin dobleces, la izquierda real de este país quiere unirse y pide paso.

¿Qué es el escrache?





Los orígenes: Argentina, dictadura militar y leyes de punto final

El ‘escrache’ surge en Argentina durante los años más duros de la dictadura, aunque cobra carta de naturaleza a mediados de la década de los 90. Consistía en la protesta pacífica frente a las casas de exaltos cargos del régimen militar a los que el pueblo consideraba responsables de los abusos y las desapariciones de miles de ciudadanos y que habían sido indultados a partir de 1995 por el gobierno de Carlos Menem. 

Fue muy frecuente en la capital, Buenos Aires. Pero su eclosión, y su degeneración, se produjo en los tiempos del célebre ‘corralito’  en 2001. Las juventudes peronistas, la temida ‘ Campora’,  lo utilizó contra el presidente Fernando de la Rúa  -al que llamaban "Fernando de la duda"-  y contra miembros de su Gobierno, a quienes se consideraba responsables de la ruinosa situación económica del país. Pasó en aquellos días de ser una protesta pacífica, e incluso festiva, a convertirse en acoso e intimidación. 

Hoy, por cierto, algunos de los líderes de aquellas temidas juventudes, de corte filofascista, como el viceministro de Economía del país, Axel Kicillof o el hijo de la presidenta, Máximo Kirchner, lo han sufrido en sus carnes. La historia una vez más repetida, años después, como farsa. Kicillof era abucheado hace algunos meses mientras regresaba en barco a su país acompañado por su mujer y sus hijos. La propia presidenta, Cristina Fernández de Kirchner sufre cada vez más frecuentes caceroladas en las calles de Buenos Aires por una población harta ya de sus políticas. Aquí en España, más de una década después, la autodenominada Plataforma de Afectados por la Hipoteca ( PAH ) la ha importado directamente de Argentina a nuestras calles.



España 2013. Acoso a los políticos


El amago de ‘ asalto ‘ a la vivienda particular del vicesecretario General del PP, Esteban González Pons, ha dado en España el pistoletazo de salida a ésta forma de protesta. Manifestantes pertenecientes a la citada PAH pasaron más de cuarenta minutos aporreando la puerta del domicilio del diputado del PP, en el que sólo se encontraban sus hijos.

En los últimos días son muchos los políticos del PP que se han quejado de ser los únicos destinatarios de éste acoso. Algunos, como la diputada asturiana Carmen Rodríguez Maniega, perseguida e insultada durante una hora por las calles de Oviedo,  ya lo han denunciado en comisaría. Otros, como el ministro de Justicia, que tampoco se ha librado de las iras de los miembros de la PAH, han preferido, de momento, no recurrir a los tribunales.

 Víctimas de acoso han sido también desde los concejales del PP en la localidad madrileña de San Martín de Valdeiglesias, hasta el número dos de los populares vascos, Iñaki Oyarzábal, que tuvo que refugiarse en un hotel de Valencia, ciudad en la que se encontraba para participar en un acto público. La mayoría de los cargos públicos populares que han sufrido algún tipo de coacción estudian, asesorados por su partido, la presentación de una demanda conjunta.

Fuentes del PP consultadas por ZoomNews se preguntan dónde estaban los miembros de la PAH cuando en 2009, 2010 y 2011 se producían ya en nuestro país tantos desahucios  y lanzamientos como ahora. O en el año 2007, cuando Carme Chacón era ministra de Vivienda y se crearon 6 nuevos juzgados especiales para agilizar, precisamente, procesos de desahucio. Entonces nadie protestó. Pero lo cierto es que el pánico crece. Y  no sólo en las filas del partido gubernamental.

Todos los dirigentes nacionales del PSOE y  de IU han condenado las coacciones a diputados o concejales. Tan sólo un diputado de Izquierda Unida en las Cortes valencianas ha llamado a González Pons “criminal social”, aunque ha dicho no compartir los métodos de las huestes de la líder de la PAH, Ada Colau. 

Y lo han condenado porque aún están frescas las imágenes de varios miembros de esa Plataforma expulsando hace algunas semanas, con cajas destempladas, al líder de  IU, Cayo Lara, que acudió a sumarse a la protesta pública contra un desahucio. No lo pasaron mejor el exministro socialista y eurodiputado, López Aguilar, y la dirigente de las Juventudes Socialistas Beatriz Talegón, a quienes la policía tuvo que proteger en una manifestación el pasado 16 de febrero ante un más que evidente riesgo para su integridad física.



Una presunta ‘ voluntad popular ’ por encima de la ley


Para el historiador, Fernando Paz, este tipo de fenómenos “ surgen siempre desde una supuesta superioridad moral. Quienes los practican se arrogan la representatividad del conjunto de la voluntad popular, y lo hacen por encima incluso de la legalidad vigente cuando consideran que ésta es injusta “. Normas legales pero injustas… la justificación inmediatamente anterior a saltarse los mecanismos del Estado de Derecho y a tomarse la justicia por propia mano. Otros van más allá que Paz y comparan directamente a ésta PAH con aquel Tribunal de Salud Pública que en la Francia de 1793 condujo a más de seis mil personas a la guillotina mientras alguna mujeres, aquellas célebres “ tricoteuses “, hacían punto.

La cabeza visible de éstas protestas es, como se ha dicho, Ada Colau. Líder de la PAH, célebre por una reciente intervención en el Congreso en la que llamó ‘ criminales ‘ a los banqueros y que prometió públicamente que “ ningún diputado o diputada que no vote a favor de nuestras medidas -la ILP para cambiar la Ley Hipotecaria- podrá ir tranquilo por la calle “.

Ignacio Cosidó, director General de la Policía ha advertido ya que “ni la violencia ni la coacción tienen cabida en un sistema democrático “. La delegada del Gobierno en Madrid ha echado gasolina al fuego en las últimas horas al asegurar que Ada Colau ha manifestado en ocasiones su apoyo a Bildu y a Sortu, relacionados con el mundo de ETA. O lo que es lo mismo, que su lucha callejera tiene mucho que ver con la Kale Borroka. Cifuentes se refiere, está en las hemerotecas, al apoyo dado por  ‘Stop desahucios’, integrada en esa ‘Plataforma de Afectados por la Hipoteca’, a marchas como la del 12 de enero por las calles de Bilbao en apoyo a los presos de ETA. Para Colau, las insinuaciones son mentiras y falsedades por las que pedirá cuentas a Cifuentes en los tribunales.

jueves, 9 de mayo de 2013

Y LA IGLESIA ANTE TANTA CRISIS... MIRA HACIA OTRO LADO.




Leer la prensa en los últimos años es un ejercicio de reiterada repetición de sucesos decepcionantes que ponen muy en duda la capacidad de nuestra saciedad de enderezar el rumbo hacia su propio ocaso.


Recordar una y mil veces los valores que un día presidieron nuestra alma patria para después tomar tierra con la cruda realidad de una cotidianidad que nos sonroja, tiñendo de rojo sangre con visos de normalidad la crónica de sucesos del día a día.


Ni siquiera la Iglesia ... ¿ habría que decir las iglesias? , parecen acobardadas , sin empuje, desaprovechando una de sus mejores oportunidades históricas aquí , en España, en Europa o en América, incapaces de liderar la recuperación de los valores y de la ética que la sociedad necesita, tras haberlos perdido en las últimas décadas como consecuencia del mal gobierno, la degeneración de la democracia y la corrupción generalizada del poder político.



Ante el mal gobierno, la degeneración de la política, la caída de los valores y la corrupción, muchos ciudadanos miran a la Iglesia con la esperanza de que, desde los púlpitos y las diócesis, se lance el esperado movimiento de resurrección , pero la Iglesia , acomodada, acobardada y sin empuje, continua manteniéndose en la somnolencia, lejos del activismo regenerador que encarnara la doctrina del Maestro Jesús, conviertiendose en refugio de personas muy mayores que parecen vivir en tránsito hacia el fin de su existencia, pareciendo que en su situación se acuerdan de Dios.



El mayor problema no es ni siquiera la corrupción, cuando evidenciamos la erradicación de la decencia, los valores como el esfuerzo, la iniciativa individual, y la honradez, en una sociedad descrita a diario en los noticieros como caldo maloliente que hace germinar la incultura, el trato de modernos esclavos, el sometimiento al poder, la envidia, la pillería o la misma delincuencia o la indecencia mas generalizada.

Dario Pozo Ruz del CEAM

NO ENCONTRAMOS EL CAMINO: CONSTRUYAMOS OTRO (ANIBAL)






Ya escribimos en alguna ocasión sobre lo difícil que son los tiempos es que nos han tocado vivir.

Un conocido me decía  : “no podemos hacer nada contra corriente... y mucho menos arreglar este mundo...”.

Recordaba la frase atribuida a Anibal y algo nacía en mi conciencia: ¡ Se puede conseguir hasta lo mas difícil !

La historia está plagada de ejemplos sobre lo que puede hacer el hombre “si se empeña en remar su propia canoa”, ¿ será la lección para alejarnos del desastre que nos envuelve ?

Muchos ancestrales mitos como David - Goliat, o frases célebres como las de Marie Curie:

Debemos perseverar y, sobre todo, tener confianza en nosotros mismos porque estamos dotados para hacer grandes cosas, cueste lo que cueste, incluso hacer variar el rumbo porque sabemos que el camino aunque sea tortuoso, nos lleva a buen puerto.

En este templo de la vida, queremos:

  • PARTICIPAR, OPINAR, Y PENSAR POR UNO MISMO sin dejarnos embaucar por tanto charlatán en los medios de presión mediáticos.

  • SEPAREMOS NUESTRA CONDUCTA de todo aquello que nos impide realizar nuestra propia individualidad.

  • ESTIMULAREMOS a nuestros conciudadanos para que participen críticamente en la solución de los problemas que nos afectan a todos...

  • No podemos limitarnos solo a la protesta por la protesta. Hay que hacer.

  • Siempre hay ocasión de remar nuestra propia canoa sin dejar que nos conduzcan, sin abandonar el cauce, pero dirigiendo nuestro camino hacia la meta.



Dario Pozo Ruz, del CEAM en Valdepeñas.

miércoles, 8 de mayo de 2013

RESPONSABILIDAD EN LA GESTIÓN POLÍTICA





“No se si fue un invento progresista del PSOE tras la transición,  o evolución normal de nuestra sociedad,  cuando se comenzó a hablar de equiparar proporcionalmente a la mujer y otros sectores de la sociedad, tradicionalmente relegados en la responsabilidad política. 

Nos encontramos entonces en una sociedad que “se dice” es mas igualitaria y en la que el contrapeso de la historia ha colocado en posicion mas emergente, a grupos tradicionalmente marginados. 

La “era Margaret Thatcher supuso un merecido cambio en la participación de la mujer en cargos de responsabilidad en los gobiernos y desde entonces la carrera parece tan imparable que ya están surgiendo otros grupos “marginales” ahora afectados por actitudes de exclusión. 


¿ Será que la cuestión política ha tenido que pasar de la época del “consejo de ancianos” al monopolio de los “ yuppies” ( universitarios egresados, con posibilidades económicas o sin ellas, “obreros de cuello blanco”...) dejando atrás a amplios sectores de la sociedad que curiosamente aguantan sobre sus espaldas la responsabilidad de sacar adelante “ a quienes parece que deben llevar las riendas de la sociedad que buena o mala han heredado. 

Los que fuimos muy noveles en la transición fuimos espectadores del protagonismo de políticos fracasados en el 36 y desplazados por “elefantes” de nueva ola... in auguradores de las eras del “pelotazo” y del abuso carroñero que nos ha dejado España en estado ruinoso. 

Personas que dedicamos muchos años a trabajar en proyectos de cooperación internacional, hemos vivido la irrupción “yuppie” en el exterior, viendo como España enviaba egresados con gran índice académico pero carentes de experiencia alguna y mucho menos capaces de sacrificar comodidades para elevar el nivel de desarrollo de los países que creíamos estaban por debajo de nosotros. 


Han sido décadas de transferencia en prácticas corruptas, -yo siempre pongo de ejemplo el fastuoso “programa Araucaria” que pretendía apoyar la lucha a favor de la biodiversidad centro y sur americana, pero que en manos de muchos “yuppies” dejaron los recursos en manos de contra-partes bananeras “on-nublados” por un vivir permanente en “vacaciones” pagadas. 

Retornamos a la España que nos vio crecer, y encontramos una sociedad en que priman % de poder por encima de la competencia y la eficacia, y en la que la vida útil del ciudadano se ha visto reducida por un paro galopante que deja reducido a quince años la posible eficacia de su labor. 

Hacia los 30 años de edad, suele comenzar el período laboral y a los 55 ya se está acabando... ¿ Habrá merecido vivir para ser útiles solo durante 25 años? ¿ Será el voluntariado la mejor forma de demostrar la responsabilidad social y la eficacia de muchos “marginados” ? 




A mi juicio están fallando muchos fundamentos de nuestra sociedad cuando se sustituye la competencia y la experiencia muy totalmente por la mediocridad creativa. 

Se escuchan discusiones pero la solución la tienen que dar “siempre los jóvenes, las mujeres, los negros, mientras se crean nuevos fondos de marginación”... 

Los que abogamos por la no exclusión y la igualdad de oportunidades, tenemos un reto en los próximos años: 

La defensa de una nueva ética política desprovista de cuotas de clientelismo y empleomanía. 

La preponderancia del espíritu de servicio contra un concepto materialista de hacer todo a cambio de mejores ingresos... 

La recuperación de independencia de juicio, en el análisis y en la acción, cuando el riesgo es sustituir las propias convicciones por “los puestos”. 

La defensa de una “tercera edad” productiva, pues esa enfermedad caerá inexorablemente sobre todos, y no es nada bueno abusar de conceptos despectivos: “los viejos”, cuando si analizamos las corruptelas que nos aquejan, vemos que el problema agarra mas con fuerza a “profesionales” sin escrúpulos, amantes de coches y casas lujosas... 

Combatir el “pasotismo” de los que consideran perdida toda la esperanza de incidir en mejora de la sociedad, conformándose en vivir como “rémoras” del sistema”. 

Dario Pozo Ruz. 
CEAM de Valdepeñas (Ciudad Real - España)
Noviembre de 2012 en  http://www.buenastareas.com/

miércoles, 1 de mayo de 2013

Aguirre señala el camino a Rajoy: 'Hacer una reforma radical de la Administración'



La presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, en un acto reciente. | Kiko Huesca / Efe

Ante las malas perspectivas económicas del Gobierno donde se reconoce una legislatura perdida en creación de empleo, Esperanza Aguirre ha señalado a Mariano Rajoy cuál es el camino a seguir. Y éste no es otro, para la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, que reducir los gastos. ¿Cómo? En primer lugar, explica, llevando a cabo "una reforma radical y sin precedentes de las administraciones públicas".

"Y eso sí que es una alternativa. La hay, y es la que llevaba el Partido Popular en su programa", ha defendido la presidenta del PP madrileño en su blog personal.
Sin una mención explícita al presidente del Gobierno, Aguirre censura en su artículo la política económica de Rajoy de subir los impuestos o mantenerlos altos en vez de afrontar una verdadera reforma del Estado para disminuir el gasto público. "Ha llegado la hora de aplicarla: reducir el peso del sector público para que llegue el dinero a empresarios y familias para sacar a España de la crisis", proclama.

"Hasta ahora se ha intentado reducir [el déficit] aumentando los impuestos, y la experiencia de estos meses ha demostrado que esas subidas de impuestos no han servido para incrementar los ingresos", indica.

La receta a seguir para Aguirre no es otra que la reducción del déficit público y eso, ahora mismo, pasa según opina por centrarse en "la reducción de los gastos".

'Está en el programa del PP'

La ex presidenta de la Comunidad de Madrid rechaza la idea de que no hay un plan contra la crisis y recuerda al Gobierno que lo tiene delante. "Sí hay alternativa, y está en el espíritu del programa con el que el PP se presentó a las elecciones en noviembre de 2011", asegura, para más tarde recalcar que éste consiguió entonces "una clamorosa mayoría".

La máxima responsable del PP madrileño señala que lo "peor" que puede pasar es que los ciudadanos caigan en "una actitud fatalista y pensar que no hay ninguna alternativa eficiente" para salir del hoyo en el que está sumida la economía española.



Sí hay alternativa
 
Por Esperanza Aguirre:
 
"Ante la mala noticia sobre las previsiones macroeconómicas anunciadas en el último Consejo de Gobierno, lo peor que puede pasar es los ciudadanos caigan en una actitud fatalista y pensar que no hay ninguna alternativa eficiente para salir del hoyo en el que está sumida la economía española. Y es lo peor porque sí hay alternativa, y está en el espíritu del programa con el que el PP se presentó a las Elecciones en noviembre de 2011. 

Todos los economistas y los políticos están de acuerdo en que el primer paso hacia la recuperación económica tiene que ser la reducción del déficit público. Pero hasta ahora se ha intentado reducir aumentando los impuestos, y la experiencia de estos meses ha demostrado que esas subidas de impuestos no han servido para incrementar los ingresos.

Por tanto, ha llegado la hora de explorar la otra variable del déficit: la reducción de los gastos, como estaba previsto en el programa electoral del Partido Popular con el que consiguió una clamorosa mayoría. Y reducir los gastos supone en primer lugar, acometer una reforma radical y sin precedentes de las administraciones públicas. Y eso sí que es una alternativa. La hay, y es la que llevaba el Partido Popular en su programa. Ha llegado la hora de aplicarla: reducir el peso del sector público para que llegue el dinero a empresarios y familias para sacar a España de la crisis". 




ALTERNATIVAS NECESARIAS DESDE EL MOVIMIENTO SOCIAL: 

No es ninguna tontería el razonamiento de Esperanza Aguirre: hay que reducir el déficit públicoAhora pensar en la "inteligencia" del PP y de la clase política "aliada" es de ilusos. Nuestros partidos suelen mirar hacia otro lado cuando se buscan soluciones que afectarían a sus bolsillos. Hasta los "emergentes" de nuevo cuño, no levantan mucho su voz pues dan a entender que en el fondo se conforman con sacar partido del descontento hacia los partidos mayoritarios y entrar "en el reparto del botín".

Se critica a tanta autonomía, pero en el fondo parece que se apoyan para satisfacer las aspiraciones de empleo de tantos amiguismos y familias asociadas.

Desde la opinión independiente de los que expresamos nuestro pesar por la ruina que han causado al país, solo nos queda insistir en los medios digitales que no dependen de  los poderes, ya que ni siquiera podemos hacerles pensar en la sociedad del conformismo y del miedo, DONDE LOS POLÍTICOS SON LOS ÚNICOS QUE NO VAN AL PARO.

Darío Pozo, Presidente del CEAM. 
 


Malos tiempos para celebrar el Día de los Trabajadores






Casi 130 años han tenido que pasar desde aquel mayo de Chicago que dio lugar a la fiesta de los trabajadores. Desde 1889 se celebra en todo el mundo. Y no precisamente en Estados Unidos, cuyo Labor Day se trasladó al primer lunes de septiembre para no dar pistas. Pero ni siquiera hace una semana que el derrumbamiento de un edificio ilegal en Bangladesh ha dejado un rastro de casi 400 trabajadores y trabajadoras muertos en unas condiciones laborales no muy diferentes a las motivaron las protestas sindicales y la sangrienta represión de 1886 en Estados Unidos (Haymarket, 4 de mayo).

El Día de los Trabajadores, por lo tanto, se celebra en recuerdo de aquel incipiente movimiento obrero que lucho por los derechos de los trabajadores en EEUU, mientras en España hacía lo propio aquel incipiente socialismo representado por Jaime Vera, Pablo Iglesias y García Quejido. Entre otras cosas, por un salario digno y una jornada de trabajo no superior a las ocho horas (las famosos tres ochos para el trabajo, el ocio y el descanso). Al menos en estos países del llamado Tercer Mundo, donde se fabrica la ropa que nos ponemos en el Primer Mundo, la cadena de custodia de aquel espíritu reivindicativo está completamente rota.




En aquellas fechas, a finales del siglo XIX, las condiciones de trabajo de los obreros eran deplorables, con salarios de miseria y jornadas de hasta 18 horas. Y ahora, en pleno siglo XXI, hemos sabido que los trabajadores de la industria de la confección que se encontraban en el edificio derrumbado cobraban 38 dólares al mes produciendo ropa para las grandes marcas internacionales que consumimos en esta parte del mundo.

Llama la atención el escaso eco informativo de la noticia en los medios occidentales. En España, al menos, hemos tratado con bastante indiferencia lo ocurrido la semana pasada en Savar, un suburbio de Daca, la capital de Bangladesh. 

Sin embargo, el suceso nos coloca ante la trágica metáfora de un sistema injusto que convierte a los seres humanos en  piezas desechables, por abundantes y baratas, como las servilletas de papel o los cepillos de dientes de un solo uso. Todo ello al amparo de la globalización y las leyes del mercado que en ese país, y no sólo en ese país, han actualizado la esclavitud hasta el punto de convertirla en condición necesaria de la competitividad.



Aquí, en España, a miles de kilómetros de distancia, podemos presumir de haber enterrado en el basurero de la historia cualquier forma de esclavitud y explotación del hombre por el hombre. Pero el dogma de la competitividad nos motiva más que nunca. De nuestra propia desventura económica nace la consigna de fabricar productos cada vez más baratos con salarios cada vez más bajos. 

Ese es el catecismo que conocen bien nuestros seis millones de parados y los activos que viven con el miedo a perder su puesto de trabajo.

Malos tiempos para celebrar el primero de mayo. ¿Y por qué no el Día del Paro, por razones de solidaridad, como el Día del Cáncer o el de la Esclerosis Múltiple, el del Glaucoma, el de las Enfermedades Raras, etcétera?


Fuente:  en EL CONFIDENCIAL.COM