viernes, 21 de septiembre de 2012

NUEVA DICTADURA EN NOMBRE DE LA "LIBERTAD DE PRENSA"

La nueva dictadura antidemocrática, en nombre de la "libertad de prensa" y la misma democracia, se organiza gracias al monopolio de los medios de comunicación. Esas élites pueden comprar todo medio de comunicación que alcance un amplio porcentaje de escuchas, lectores o espectadores, y que son orquestados por periodistas, intelectuales o artistas a sueldo del capital. Es la mediocracia globalizada, mundial.

La dominación mundial, el nuevo imperialismo tiene una insospechada fisonomía que la vamos descubriendo en su ejercicio. Tiene implantación en el Estado nacional, pero se liga a una red internacional con base en instituciones informales (reuniones o foros como los de Davos, el grupo Bloomeberg?, etcétera). Es una élite de los grandes millonarios o propietarios capitalistas, especialmente en el ámbito financiero, pero igualmente en las grandes trasnacionales industriales y comerciales.

 Estas élites nacionales ligadas mundialmente, cuyos grandes bancos son paraísos fiscales para evadir el pago de impuestos a los estados que, sin embargo, la protegen con sus ejércitos y prestan la población como mano de obra y absorben los endeudamientos asumiéndolos a cuenta del Estado (y que se pagan con impuestos de los ciudadanos), tienen dos instrumentos esenciales del ejercicio de su poder económico como poseedores de capital. 


Por una parte, esa élite del capital globalizado mundial usa a las burocracias de los estados centrales (como Estados Unidos, los de Europa, Japón y otros) y periféricos como instrumentos o mediaciones de su poder. 

Lo económico ejerce su hegemonía sobre el poder político corrupto, que se vende a los intereses de ese capital globalizado. El Estado, como hemos indicado, presta la población como mano de obra a las trasnacionales, paga las deudas y permite que extraigan sus cuantiosas ganancias que, como decíamos, frecuentemente salen del territorio de los home States originarios de esos millonarios y se protegen en los lugares más seguros (para evadir el pago de impuestos). El juego sucio en su favor lo hace entonces la burocracia política de los gobiernos de los estados. 


Pero, ¿cómo lograr esa sumisa obediencia de las burocracias corruptas de los estados centrales y periféricos? 

Ya no se recurre a los ejércitos de ocupación como en las colonias, ni a los golpes de Estado militares, sino a un sutil y bien extendido nuevo procedimiento que penetra la estructura de la democracia representativa (tanto en el centro como en la periferia, cuyo efecto hemos visto en Honduras, Paraguay y México). 

 El Supremo Tribunal de Justicia de Estados Unidos (en 2010) ha dado la posibilidad de una ilimitada contribución de los capitales privados en las campañas políticas para elegir representantes en un régimen aparentemente democrático solamente representativo. 




Pero la nueva dictadura antidemocrática, en nombre de la "libertad de prensa" y la misma democracia, se organiza porque esas élites del capital, cuyo uno por ciento llega a tener 40 por ciento de la riqueza de las naciones en las que gestiona ese capital, gracias al monopolio de los medios de comunicación: televisión, radio, diarios, cine, medios electrónicos, universidades privadas de excelencia, etcétera. 


Esas élites pueden comprar todo medio de comunicación que alcance un amplio porcentaje de escuchas, lectores o espectadores, y que son orquestados por periodistas, intelectuales o artistas a sueldo del capital (los "nuevos mandarines" de Noam Chomsky). 

Con ese ejército de "tanques de pensamiento" esos medios crean una pantalla avasallante de mensajes que produce, casi de manera infalible, una opinión pública en su favor. Es decir, "en favor" de los intereses de esas minorías riquísimas, intereses que están en contra de la posibilidad de una vida humana de los ciudadanos, especialmente de los más pobres. 


Es la mediocracia globalizada, mundial. El capitalismo, que comenzó a usar la propaganda para derrotar a los otros capitales en la competencia e imponer sus productos, aprendió toda una técnica del uso de esa propaganda para producir en el receptor de sus mensajes programados una respuesta inevitable. 

Esa enorme experiencia de la propaganda en el mercado de mercancías la aplicó ahora a la propaganda política del mercado de candidatos para producir representantes. 


Pero, además de embrutecer a las masas hipnotizadas por la mediocracia, las lleva a la mayor destitución de su dignidad por medio del negocio de las drogas (que por el lavado del dinero de las mafias terminan en sus grandes bancos y es sumamente beneficiosa para el gran capital, por lo que la estrategia de Felipe Calderón no puede sino fracasar), que destruye al pueblo, que crea una violencia generalizada y que en cierta manera elimina mano de obra sobrante, desempleada estructuralmente. 


Para colmo, por el negocio de las armas, crea guerras y organiza hostilidades que producen nefastos efectos, cientos de miles de muertos, no sólo en las guerras entre estados, sino igualmente por el crimen cotidiano callejero (con el lema de la sagrada "libertad" de portar armas). 


La nueva dictadura de las élites del capital se organiza en los cuatro niveles que se muestran en la gráfica. 



La única manera de cortar el nudo Gordiano es por medio del despertar de las masas como pueblo actor de la historia, que pueda elegir representantes (articulado a la democracia participativa), que por medio de la regulación de los medios de comunicación destruya el poder de éstos (la mediocracia) mediante leyes que democraticen realmente dichos medios en proporciones justas y plurales, creando una televisión, una radio, una prensa, un cine, un apoyo a las universidades públicas y gratuitas, en servicio de las grandes mayorías empobrecidas (y todavía alienadas por una propaganda interesada). 

www.ecoportal.net
Publicado por La Jornada
http://www.jornada.unam.mx

jueves, 20 de septiembre de 2012

Bronca interna en la CEOE por el secesionismo catalán

jueves, 20 de septiembre de 2012, 12:46
 
Madrid.- La reivindicación de la Generalitat de Cataluña del llamado pacto fiscal y la manifestación independentista que se produjo en la pasada Diada provocó ayer una bronca interna en la Comisión Ejecutiva y la Junta Directiva de la CEOE. Y es que, los representantes de la patronal andaluza y madrileña reclamaron al propio presidente de la CEOE, Juan Rosell, y al de la catalana Fomento del Trabajo, Joaquim Gay de Montellà, más defensa de la unidad de mercado y la cohesión del país, y no dar respaldo a la Hacienda propia que promueve el gobierno de Artur Mas.


“Echamos en falta estos días una manifestación de nuestro presidente en defensa de la unidad del mercado y del país”, señaló, según publica el diario ‘El Mundo’, José Antonio Segurado, que dijo hablar en nombre de la patronal madrileña CEIM, al estar ausente su presidente, Arturo Fernández.


Segurado reclamó a Gay de Montella que dejara de mostrar simpatía por actitudes radicales y por una ruptura de la solidaridad en el sistema de financiación autonómico que perjudican la ya débil situación actual de España.


En la misma línea se mostró el andaluz Santiago Herrero, que echó en cara al presidente de Fomento que no dijera lo mismo según en qué foro se encontrara. El andaluz tiene a gala que él dice lo mismo siempre dentro que fuera de las reuniones y montó en cólera tras escuchar dos discursos distintos a Gay de Montellà en el corto espacio de unas horas.


En concreto, dejó en evidencia al presidente de la patronal catalana al desvelar que éste había sido en la Comisión Ejecutiva de primera hora de la mañana más claro que en la Junta Directiva -más multitudinaria- posterior. El propio Gay se dirigió airado a Herrero a la salida de esta última reunión y le reprochó que le abochornara de tal forma.

 Fuente: http://www.lavozlibre.com

¿ ABUSAR DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN ?

Intranquilo y desasosegado,  me han dejado las palabras del Secretario General de la ONU, Ban Ki- Moon, cuando ha declarado, hoy mismo, en relación a las provocaciones a los creyentes musulmanes de la revista satírica francesa Charlie Hebdo, que no se abuse de la libertad de expresión, ya que es un derecho que no debería servir "para provocar y humillar los valores y las creencias" de otros pueblos. 

Creo que el principal dirigente de la ONU debería volver a leerse la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en particular, los artículos 18 y 19 que dicen textualmente
Artículo 18 “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”
Artículo 19 “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”
Definitivamente, las palabras del Secretario General de la ONU, parecen las  pronunciadas por cualquier dirigente de la Alianza de Civilizaciones creada por Rodríguez Zapatero, que las de la cabeza visible del principal órgano rector de la convivencia y relación entre todos los países del planeta, fundamentalmente, por anteponer su criterio personal, a la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El señor Ban Ki-moon desconoce que no hay vulneración en la Declaración Universal de los Derechos Humanos por parte de los provocadores, y al mismo tiempo, defensores de la libertad de expresión, de la revista satírica francesa Charlie Hebdo; mientras que disculpa o exonera gratuitamente las agresiones continuadas de los musulmanes exaltados, en nombre de su creencia, contra la vida y la libertad de expresión de personas ajenas a estas provocaciones, con actos que van desde la agresión a legaciones norteamericanas y europeas, hasta atentados con miles de muertos occidentales en sus propios países, o fuera de ellos, por organizaciones relacionadas con el brazo armado terrorista de los musulmanes exaltados, que se agrupa en las distintas formas de Al Qaeda. 

Cada día entiendo menos el concepto de justicia universal que erradica la libertad de expresión en revistas satíricas cuyas armas de destrucción masiva son viñetas, chistes y mofas, pero no dice nada de la libertad de expresión de aquellos que responden a las mismas con violencia y crímenes contra la humanidad. 

Además, me parece extraordinariamente peligroso el precedente establecido por el Secretario General de la ONU, que desde mi criterio, encuentra atisbos de justificación en la reacción violenta de los exaltados talibanes, ante cualquier provocación que puedan recibir por parte de aquellos que se expresan libremente, posiblemente con el objetivo de provocar su ira, para mostrar a sus lectores, y a todos los occidentales, la amenaza que supone para el mundo en general y para los países democráticos en particular, un colectivo religioso que antepone sus creencias religiosas a cualquier otra condición, incluidas la vida y la libertad de los demás.

El Secretario General de la ONU debería ser coherente con la elevada distinción que ostenta y hacer una declaración vehemente contra lo que acontece en Siria, Irak, Afganistán, Líbano, Yemen, Palestina, el norte de África, Pakistán, donde miles de personas han perdido la vida en los últimos años gracias al fanatismo descerebrado de los seguidores exaltados del islamismo, y no pedir a quienes defienden la libertad de expresión que se callen.

El principal derecho de los seres humanos es el de conservar su vida y en segundo lugar, su libertad, antes que el ejercicio de cualquier creencia religiosa o política. No hay banalidad en las palabras del Secretario General de la ONU, sino una profunda contumacia, cuando pretende anteponer el derecho a creer de unos, a la libertad de expresión de otros.

Hace 2500 años, tras haber exclamado Tales a las puertas del mercado de Mileto aquella frase enigmática: "todo está lleno de dioses", los racionalistas griegos lograron que la civilización occidental pasara por primera vez del mundo del mythos al mundo del logos, es decir, del mundo de las creencias al mundo de la razón; no obstante, se tardaron casi 2450 años para que en esa parte del mundo que conocemos como Occidente prevalecieran los derechos humanos sobre los derechos divinos, algo que no ocurre en otras civilizaciones o culturas, como por ejemplo el islamismo y otros totalitarismo, que siguen anteponiendo sus creencias a la vida, la libertad y la razón.

La táctica de Ban Ki-moon de no provocar a los salvajes que anteponen su creencia a la libertad y los derechos de los demás, le hubiera permitido justificar los crímenes del nazismo o de los progrom soviéticos, o la imposición de cualquier dictadura, porque los fundamentalistas totalitarios que practicaban esas creencias consideraran que sus víctimas les habían provocado, los actos terroristas de ETA o el IRA en nombre de su fe, y por supuesto, los de Al Qaeda, porque los demás no estuvieran de acuerdo con ellos.

Cuando Sigmund Freud, en su exilio londinense, fue informado de que los nazis estaban quemando públicamente sus libros en Berlín, exclamó: “nadie podrá negar que culturalmente hemos avanzado, hoy queman mis libros, ayer me hubieran quemado a mí”; si se hubiera quedado en Alemania posiblemente así hubiera ocurrido. 


Le ruego al señor Ban Ki-moon que aparte sus valiosos criterios sobre la libertad de expresión de las conciencias de los habitantes del planeta, y se someta al acta universal de Derechos Humanos que está obligado a defender y expandir, más allá de cualquier creencia política o religiosa, porque de no hacerlo estará dotando de alas a los bichos ponzoñosos, mientras que al mismo tiempo amenaza a sus víctimas, tratando de ejercer coacción, coerción y represión sobre aquellos, que al fin y al cabo, sostienen la ONU con sus impuestos.

Alá puede ser todo lo grande que quieran y les parezca a los creyentes de la doctrina musulmana, pero no es más grande que la libertad de los seres humanos que les permite creer o no hacerlo, como así recoge la Declaración de los Derechos Humanos; si los musulmanes deciden renunciar a ella por propia voluntad, nada hay que objetar, lo hacen porque son libres de hacerlo; pero que no traten de imponer a los demás sus dogmas, porque no se van a encontrar con las viñetas de Charlie Hebdo haciéndoles frente, sino con todos los seres humanos que amamos la vida, la libertad y la justicia, más que la obra de Alá, por muy grande que sea.

Charlie Hebdo, es uno de los nuestros, si no les gusta a los talibanes lo que manifiesta, ahí tienen los tribunales humanos, franceses e internacionales, para presentar todas las querellas que bien les parezca, pero El Corán, la sharia y las fatwas que se las apliquen a sí mismos, si les apetece, es su libertad y voluntad, pero no a los demás; estaría bueno que en pleno siglo XXI tuviéramos que aceptar regresar a etapas del pasado, que tantas vidas y guerras nos ha costado superar a los occidentales, para que aquellos que todavía no las han superado se salieran con la suya. Regresar al pasado, como algunos pretenden, entre ellos el Secretario General de la ONU, no es evolución sino involución.


Mis únicos dioses son los que provienen de la razón, la libertad y los derechos del ser humano, de todos los seres humanos que respeten la libertad y los derechos humanos de los demás, porque aquellos que no los respeten son mis enemigos al tratar de imponer sus dogmas, asfixiando la libertad y exigiendo que otros renuncien a su identidad cultural y propia para imponer la sagrada voluntad de la suya; me importa un bledo que sea en nombre de Alá, de Dios, de la justicia social, de los hechos diferenciales, de las herencias recibidas o de los inolvidables lamentos de Rita la cantaora.  


Enrique Suárez

 Fuente: 
 http://ciudadanosenlared.blogspot.com.es/

LAS TRES GRANDES MENTIRAS DEL P.P.


20/09/2012 
 
El Partido Popular ha accedido al gobierno de España con el cerebro de sus militantes y dirigentes lavado, sin entender lo que es la política ni la verdadera democracia, imbuido y castrado por tres grandes mentiras que están perjudicando seriamente a la nación y a sus ciudadanos, envileciendo su labor de gobierno, dificultando la salida de la crisis, generando rechazo ciudadano y restándo eficacia y decencia a su gobierno.

La "primera" gran mentira es haber dictaminado, al igual que Zapatero y su gobierno, que el profundo descrédito actual de la política y de los políticos en España de debe a la crisis y a los datos negativos del paro, sin reconocer la verdadera causa de que los ciudadanos rechacen a los políticos y a sus partidos como uno de los grandes problemas de la nación: el mal gobierno de los políticos, que está conduciendo a España hasta el matadero, y el comportamiento torpe, corrupto, arrogante y arbitrario de la clase política española, que nos está sumiendo en la derrota y la miseria económica y moral.

La "segunda" gran mentira del PP se la hemos escuchado muchas veces a sus dirigentes, que repiten que "el principal deber de un político es tomar decisiones", ignorando que los políticos no son elegidos para que tomen decisiones, sino "decisiones correctas", lo que es muy distinto.
 
 El pasado11 de septiembre, en su intervención en el "Foro Joly" de Sevilla, cuando presentaba al conferenciante Juan Ignacio Zoido, Maria Dolores de Ciospedal repitió con una insistencia sorprendente que ellos estaban en el poder "para tomar decisiones", sin mencionar nunca la palabra "correctas", ignorando que, en democracia, el ciudadano que elige a un político para que le represente y le gobierne tiene el derecho a exigirle no sólo que tome decisiones sino que acierte y resuelva problemas, algo muy distinto.
 
Lo único que justifica las ventajas y privilegios que adornan al poder público en democracia es, precisamente, el acierto. Los políticos no son elegidos, como afirma el PP, para tomar decisiones, algo que hacemos todos los ciudadanos a diario, sino para que solucionen problemas, lo que no han hecho ni los gobiernos de Zapatero ni el actual de Rajoy. La aparente confusión no es baladí porque encierra toda una estafa al electorado y una violación sustancial de la esencia de la democracia.

La "tercera" gran mentira del PP es, probablemente, la mas conocida y repugnante. Afirman que todas las medidas que han tomado desde que llegaron al gobierno, incluyendo los recortes durísimos y las terribles subidas de impuestos, eran imprescindibles e inevitables. La falsedad se econde, precisamente, en la idea de que eran inevitables.
 
La verdad, conscientemente ocultada por el PP, es que muchos de los recortes y subidas de impuestos podrían haberse evitado si el gobierno hubiera recortado antes, como era su deber, en los suntuosos y desproporcionados gastos del Estado, plagado de instituciones, empresas públicas, observatorios y otros cientos de chiringuitos innecesarios, donde cobran sueldos generosos cientos de miles de enchufados del poder, casi todos ellos familiares, amigos de políticos y gente con carné de partido.
 
 La verdad, dolorosa, cruel, injusta y antidemocrática, es que han preferido destrozar servicios vitales y derechos ciudadanos y subir impuestos hasta convertir España en el país más exprimido y expoliado de toda Europa, antes que expulsar del Estado a los parásitos o cerrar, por ejemplo, las costosas e inútiles televisiones públicas locales, regionales y nacionales.

Después hay una inmensa batería de mentiras y falsedades adheridas al poder que también degradan la política, incitan a odiar a los políticos y empujan a España hasta el abismo, pero que, comparadas con las tres grandes, parecen pequeñas, a pesar de la inmensa injusticia que conllevan.
 
 Entre esos engaños del gobierno destacan el olvido de los populares de sus promesas electorales, incluyendo aquellos "pinganillos" para traducción simultánea del catalán en el Senado, que tanto criticó el PP cuando era oposición y que ahora mantiene, a pesar de que el invento cuesta 12.000 euros por sesión.
 
Pero hay muchos más, como la afirmación de que la Justicia es igual para todos, la frivolidad con la que se suben impuestos a los ciudadanos, aplastándolos y esquilmándolos, la impunidad práctica de los delincuentes políticos, la supresión de los controles democráticos a los partidos políticos, la negación de que muchas decisiones judiciales, como la liberación del asesino etarra Borinaga, son de índole política, la falta de transparencia en la gestión pública, la apuesta por la mentira y la manipulación a través de los medios de comunicación, el acuerdo previo con el PSOE y otros grupos para defender los sueldos, pensiones y demás privilegios de la casta política, la adhesión al bipartidismo, cuidadosamente ocultada por su naturaleza miserable y antidemocrática, la decisión de preservar fiscalmente a los poderosos y hacer pagar a las clases medias y trabajadoras la factura de la crisis, también cuidadosamente ocultada y desmentida y un largo etcétera de canalladas y abusos cuya simple enumeración colmaría por lo menos un centenar de páginas de texto. 
 
Fuente:  http://www.votoenblanco.com/

Felipe González critica los nacionalismos en Europa mientras calla sobre los de España El ex presidente del Gobierno se explaya sobre el daño que hacen los nacionalismos a la UE sin querer mencionar que su tesis es aplicable a España

 


“El nacionalismo ha sido el virus que ha destruido a Europa durante la primera mitad del siglo XX”. Así comienza Felipe González su artículo que publica este lunes el diario ‘El País (*) , en el que, bajo el título 'Los nacionalismos contra la Unión', el ex presidente del Gobierno señala que “para que haya gobernanza económica y fiscal en la UE hay que ceder soberanía, lo que choca frontalmente con la galopada nacionalista”. 

Sin embargo, en un singular ejercicio de malabarismo, González no tiene ni una palabra para lo que ocurre en España con este asunto, siendo su tesis totalmente aplicable.

Así, cuando el socialista dice Europa bien podría decir España, pero eso no entra en sus esquemas mentales. 

De nuevo galopa esa bestia del nacionalismo insolidario, a lomos de esta crisis global a la que se está respondiendo con un diagnóstico y una terapia equivocados, que cada día nos acercan más a la zona de riesgo para la estabilidad y la supervivencia de la Unión.

 La resistencia es mayor porque se piensa que esa soberanía que se tiene que ceder no es para compartirla, sino para entregarla a otros que se mueven por sus propios intereses particulares y no por el interés común.

 La operación exige compromisos de todos y entre todos y la gestión debe ser común, sin imposiciones de directorios nacionales, que irritan y retroalimentan nacionalismos de respuesta”, señala. ¿No sería esta acertada sentencia de Felipe González aplicable a los nacionalismos de España?


“Para enfrentar estos desafíos las Instituciones tienen que funcionar, proveyendo bienes públicos para el conjunto de la Unión, sin condicionamientos de directorios que impongan a los demás sus propias reglas.

 Los países de la Unión se tienen que comprometer a garantizar la estabilidad presupuestaria, como una regla común, con premios y sanciones para todos; con controles presupuestarios rigurosos y comunes. Parece que los dirigentes europeos han olvidado que el objetivo prioritario de la política económica es el crecimiento sostenible y generador de empleo, mejorando nuestra competitividad en la economía global.

 Así aseguraremos el bienestar y la cohesión que son nuestras señas de identidad y nuestra palanca para el futuro. Todo lo demás son políticas instrumentales y tienen que estar al servicio de esta prioridad.

 El nacionalismo rampante hace pensar a la gente que unos u otros estarían a cubierto si actuaran solos, sin tener en cuenta al conjunto. Grave error que nos arrastrará a todos. Cada vez se oyen más las voces de los extremos, cargados de discursos xenófobos y antieuropeístas. Y cada vez recogen más votos”, añade.

 http://www.lavozlibre.com

 (*) lunes 17  septiembre 2012

Europa: Retorno de los nacionalismos





Un íntimo amigo, pesimista él, considera que –un siglo después de su primer intento– Alemania ganará, por fin, la tercera guerra europea. Será la “guerra del euro”, o la guerra de la falsa unión monetaria. La guerra del imperialismo financiero.

El Mercado Común Europeo surgió de una dinámica por la que Europa pretendía hacer frente, a partir de la cooperación económica, a los estragos causados por la guerra, superando los efectos perniciosos de los nacionalismos. La filosofía de la UE pretende, precisamente, consagrar esa superación en una fórmula institucional –todavía imperfecta- que supone algo más que una federación de países miembros.

Pero como efecto de la crisis financiera se está creando, en el seno de la Zona Euro, una especie de “Liga Norte” que antepone el nacionalismo a la propia concepción de Europa. La férrea e inflexible postura alemana sobre las medidas para afrontar la crisis, así como las manifestaciones de los gobiernos de Holanda y Finlandia, lo atestiguan. Un nacionalismo que pasa por encima de la propia concepción que sobre la Sociedad y Europa puedan tener las diferentes ideologías. Las socialdemocracias alemana y finlandesa respaldan esa posición sin ruborizarse por su desmarque de los postulados de la izquierda.

No hace falta recordar la historia del último siglo europeo (da cierto repelús hacer comparaciones y concitar nefastos reflejos del pasado) para comprender que en épocas de incertidumbre, el miedo agarrota e individualiza las conciencias, y el sálvese quien pueda conduce a los egoísmos nacionalistas. 

Y la crisis financiera, afrontada por dirigentes políticos mediocres, está llevando a los miembros de la UE hasta el borde del abismo del pánico: ese nefasto consejero que hace que la UE, en lugar de avanzar en sus planteamientos comunes, titubee, se repliegue y busque soluciones imposibles, tal vez a sabiendas de que lo son.

Hay un mito que confunde la claridad sobre la realidad europea: aquí no hay ningún país que aporte proporcionalmente a la UE más que los demás, de acuerdo con las reglas establecidas y aceptadas por el proyecto institucional común. 

Alemania y cualquiera de los restantes países aportan lo que les corresponde, en función de los tratados libremente asumidos por los Estados y sus ciudadanos. 

Por ello no puede existir la máxima de que “el que paga manda”. Tampoco sirve el mito de la cigarra y la hormiga entre Norte y Sur. Sin ir más lejos, Alemania durante varios años ha incumplido los límites del déficit pactado en Maastricht, mientras España los mantenía y daba incluso superávit. 

Y en 2005 la UE hubo de adoptar decisiones de flexibilidad, considerando condiciones extraordinarias entre las que se contaba explícitamente la “reunificación de Alemania”.

España comienza a sobrepasar los límites del déficit, precisamente cuando ha de afrontar la crisis financiera, que podría ser legítimamente considerada como una condición extraordinaria, dados los efectos del paro producido por la burbuja inmobiliario-financiera.

La deuda española y su déficit comienzan a ascender a partir de las medidas rígidas impuestas por el Consejo de la Eurozona. Medidas objetivamente erróneas: porque dan el mismo tratamiento a situaciones desiguales; paralizan los sectores productivos, obligan a los Estados a avalar las deudas de los bancos nacionales –¡en un contexto de libertad comercial y financiera!-.

 Y porque no ejerce de hecho la Unión Monetaria, mientras impide a sus Estados miembros actuar al margen de esa supuesta Unión. Mientras el precio de la deuda pública sea diferente según los países, no existe unidad monetaria ni financiera.

La crisis ha puesto de manifiesto que Europa aún no existe aunque impone sus imperativos. Que está a medio camino, y deja inermes a los Estados que más duramente soportan los embates de la especulación. Precisamente –en el caso de España- los que con más ahínco han tratado de cumplir las rigurosas medidas que les han llevado a la recesión: recordemos aquél “cueste lo que cueste”. Como a sabiendas de que la propia lucha por la subsistencia es la mejor garantía de que se pagará la deuda, y de que lo hará aunque el precio llegue al límite.

El Consejo de la Eurozona no ha permitido que el Euro se defienda en común, a través de los instrumentos comunes: hoy es el día en que no se quiere ni oír hablar de eurobonos, por ejemplo. Y aunque ha tomado aparentemente la decisión de que los bancos afronten sus propios créditos con el apoyo del BCE, tres semanas después se está imponiendo despiadadamente lo contrario. O posponiendo a “reformas de larga duración”. Cuando España, por ejemplo, en dos semanas llegó a cambiar su propia Constitución Soberana, por presiones del mismo Consejo.

Europa no podría digerir que España saliera del euro. 

Alemania lo sabe, y conoce perfectamente que semejante quiebra pondría a su propia banca en zozobra extrema: más del 20% de la deuda de los bancos españoles es con bancos alemanes. Por eso quiere extremar las garantías, y hacer que sea el Estado quien avale la deuda de los bancos. Pero sin incrementar el déficit ni la deuda: es decir, con asfixia y recesión; y a costa del Estado del Bienestar. El cual, por cierto, es víctima de otro mito, ya que España gasta, por ejemplo en Sanidad, menos que la media europea en relación con el PIB.

Ahí se manifiesta el pernicioso nacionalismo: cuando alguien antepone los intereses de país por encima de los propios intereses comunes. Y Alemania lo está haciendo. Por un lado, trata de blindar los beneficios de sus bancos, aunque sea en detrimento de la Economía del resto de Europa. Impidiendo medidas comunes, o retardando al máximo su aplicación. 

Se trata de ganar tiempo para “hacer caja” y reducir su exposición a la deuda. Por cierto: cualquier banco –incluidos los alemanes- ha de ser responsable de su riesgo cuando otorga un crédito, y ha de afrontar las consecuencia, sin obligar a que la deuda soberana de los Estados tenga que respaldar sus riesgos. ¿No es ésa la regla del juego capitalista? Y si las instituciones españolas tenían la obligación de supervisar a los bancos “propios”, las instituciones alemanas tenían la misma obligación hacia los suyos. Por lo cual, si el Estado español ha de responder, en la misma medida ha de responder el alemán.

Esperemos que Merkel no pueda ganar esta tercera guerra europea. Porque quien terminará desapareciendo será una Europa ya bastante desgarrada por los efectos de no haber sabido afrontar con planteamientos comunes la crisis financiera. El problema es que, con las últimas medidas de pánico, Mariano Rajoy ha aceptado sumisamente la tesis impuesta por el nacionalismo de la Liga Norte, y ha dejado vía libre para una ocupación financiera, económica y política en toda regla. 

Ocupación no de Europa, sino de unos nacionalismos que están utilizando a Europa y a sus instituciones en beneficio de sectores financieros nacionales. Porque nadie ha dicho, por supuesto, que esa liquidez que se va a inyectar a la banca española (al 3% y con el aval masoquista de los ciudadanos) se vaya a destinar a dar créditos al sector productivo. Porque va a ir directamente al pago de su deuda externa. Nacionalismo ramplón y “de caja” de la señora Merkel.

Jose Luis Martin Palacin.
www.nuevatribuna.es/  

14 Julio 2012

CATALUÑA QUIERE SUICIDARSE. I respectat Catalunya...La seva cultura, els seus costums i pensament que hem compartit un sostre comú, però el seu xenofòbia i debilitat mental que posa muntat en el sentit de secessionistes no permetem que mentre un espanyol és.



¿Será el futuro que quieren  los "nacionalistos" catalanes?


¿ Pero como un pueblo de ciudadanos inteligentes, que conozca la historia de Europa se puede atrever a formular desvaríos como el que preconiza la Generalitat de "Catalunya"?

Acaso pretenden abandonar el barco y convertirse en corsarios ¿ de quien ?


En momentos de crisis económica, cuando su autonomía está endeuda terriblemente queréis dinero  de España para financiar absurdas quimeras.

Ustedes se han leído la Constitución ( bueno algunos en su separatista y reiterada actitud han debido olvidar el texto ): 

Podríamos recordarles muchos artículos para recordarles que España es un Estado de Derecho, y la Carta Magna deja muy clara la UNIDAD DE ESPAÑA, y el respeto a las peculiaridades culturales no le confiere a ese territorio ningún derecho por encima del correspondiente a todos los ciudadanos del país.

Yo me imagino que Cartagena volviera a plantearse su independencia, Vallecas en Madrid, y claro, Marinaleda ¿porqué nó?

Recuerdan sus dirigentes aquellos momentos en que la misma II República ordenó el bombardeo de su simbólico palacio tras el acuerdo de convertirse Cataluña en otra República, encarcelando a su Presidente?

En el pasado y en el período republicano, se produjo  una intervención  militar  dirigida por  el comandante  jefe de la IV División, el general Batet , que detuvo a  Companys y a su gobierno en pleno y que fueron encarcelados  en el puerto de Barcelona ( Buque Uruguay)  ) hasta el 7 de enero de 1935, que fueron conducidos a la Carcel Modelo de Madrid y las desastrosas consecuencias que supusieron estos sucesos  para Cataluña, aunque mas tarde vivieran una pseudo independencia bajo el Frente Popular, que todos sabemos cuales fueron sus consecuencias.

Jamas en la historia de Cataluña, habían tenido tanta autonomía y recursos del Estado y ahora, en lugar de aprovechar sus muchas potencialidades para ayudar a España a salir de esta crisis, unos quieren la secesión...

"Catalunya fa olor molt dolent"