jueves, 20 de septiembre de 2012

LAS TRES GRANDES MENTIRAS DEL P.P.


20/09/2012 
 
El Partido Popular ha accedido al gobierno de España con el cerebro de sus militantes y dirigentes lavado, sin entender lo que es la política ni la verdadera democracia, imbuido y castrado por tres grandes mentiras que están perjudicando seriamente a la nación y a sus ciudadanos, envileciendo su labor de gobierno, dificultando la salida de la crisis, generando rechazo ciudadano y restándo eficacia y decencia a su gobierno.

La "primera" gran mentira es haber dictaminado, al igual que Zapatero y su gobierno, que el profundo descrédito actual de la política y de los políticos en España de debe a la crisis y a los datos negativos del paro, sin reconocer la verdadera causa de que los ciudadanos rechacen a los políticos y a sus partidos como uno de los grandes problemas de la nación: el mal gobierno de los políticos, que está conduciendo a España hasta el matadero, y el comportamiento torpe, corrupto, arrogante y arbitrario de la clase política española, que nos está sumiendo en la derrota y la miseria económica y moral.

La "segunda" gran mentira del PP se la hemos escuchado muchas veces a sus dirigentes, que repiten que "el principal deber de un político es tomar decisiones", ignorando que los políticos no son elegidos para que tomen decisiones, sino "decisiones correctas", lo que es muy distinto.
 
 El pasado11 de septiembre, en su intervención en el "Foro Joly" de Sevilla, cuando presentaba al conferenciante Juan Ignacio Zoido, Maria Dolores de Ciospedal repitió con una insistencia sorprendente que ellos estaban en el poder "para tomar decisiones", sin mencionar nunca la palabra "correctas", ignorando que, en democracia, el ciudadano que elige a un político para que le represente y le gobierne tiene el derecho a exigirle no sólo que tome decisiones sino que acierte y resuelva problemas, algo muy distinto.
 
Lo único que justifica las ventajas y privilegios que adornan al poder público en democracia es, precisamente, el acierto. Los políticos no son elegidos, como afirma el PP, para tomar decisiones, algo que hacemos todos los ciudadanos a diario, sino para que solucionen problemas, lo que no han hecho ni los gobiernos de Zapatero ni el actual de Rajoy. La aparente confusión no es baladí porque encierra toda una estafa al electorado y una violación sustancial de la esencia de la democracia.

La "tercera" gran mentira del PP es, probablemente, la mas conocida y repugnante. Afirman que todas las medidas que han tomado desde que llegaron al gobierno, incluyendo los recortes durísimos y las terribles subidas de impuestos, eran imprescindibles e inevitables. La falsedad se econde, precisamente, en la idea de que eran inevitables.
 
La verdad, conscientemente ocultada por el PP, es que muchos de los recortes y subidas de impuestos podrían haberse evitado si el gobierno hubiera recortado antes, como era su deber, en los suntuosos y desproporcionados gastos del Estado, plagado de instituciones, empresas públicas, observatorios y otros cientos de chiringuitos innecesarios, donde cobran sueldos generosos cientos de miles de enchufados del poder, casi todos ellos familiares, amigos de políticos y gente con carné de partido.
 
 La verdad, dolorosa, cruel, injusta y antidemocrática, es que han preferido destrozar servicios vitales y derechos ciudadanos y subir impuestos hasta convertir España en el país más exprimido y expoliado de toda Europa, antes que expulsar del Estado a los parásitos o cerrar, por ejemplo, las costosas e inútiles televisiones públicas locales, regionales y nacionales.

Después hay una inmensa batería de mentiras y falsedades adheridas al poder que también degradan la política, incitan a odiar a los políticos y empujan a España hasta el abismo, pero que, comparadas con las tres grandes, parecen pequeñas, a pesar de la inmensa injusticia que conllevan.
 
 Entre esos engaños del gobierno destacan el olvido de los populares de sus promesas electorales, incluyendo aquellos "pinganillos" para traducción simultánea del catalán en el Senado, que tanto criticó el PP cuando era oposición y que ahora mantiene, a pesar de que el invento cuesta 12.000 euros por sesión.
 
Pero hay muchos más, como la afirmación de que la Justicia es igual para todos, la frivolidad con la que se suben impuestos a los ciudadanos, aplastándolos y esquilmándolos, la impunidad práctica de los delincuentes políticos, la supresión de los controles democráticos a los partidos políticos, la negación de que muchas decisiones judiciales, como la liberación del asesino etarra Borinaga, son de índole política, la falta de transparencia en la gestión pública, la apuesta por la mentira y la manipulación a través de los medios de comunicación, el acuerdo previo con el PSOE y otros grupos para defender los sueldos, pensiones y demás privilegios de la casta política, la adhesión al bipartidismo, cuidadosamente ocultada por su naturaleza miserable y antidemocrática, la decisión de preservar fiscalmente a los poderosos y hacer pagar a las clases medias y trabajadoras la factura de la crisis, también cuidadosamente ocultada y desmentida y un largo etcétera de canalladas y abusos cuya simple enumeración colmaría por lo menos un centenar de páginas de texto. 
 
Fuente:  http://www.votoenblanco.com/

Felipe González critica los nacionalismos en Europa mientras calla sobre los de España El ex presidente del Gobierno se explaya sobre el daño que hacen los nacionalismos a la UE sin querer mencionar que su tesis es aplicable a España

 


“El nacionalismo ha sido el virus que ha destruido a Europa durante la primera mitad del siglo XX”. Así comienza Felipe González su artículo que publica este lunes el diario ‘El País (*) , en el que, bajo el título 'Los nacionalismos contra la Unión', el ex presidente del Gobierno señala que “para que haya gobernanza económica y fiscal en la UE hay que ceder soberanía, lo que choca frontalmente con la galopada nacionalista”. 

Sin embargo, en un singular ejercicio de malabarismo, González no tiene ni una palabra para lo que ocurre en España con este asunto, siendo su tesis totalmente aplicable.

Así, cuando el socialista dice Europa bien podría decir España, pero eso no entra en sus esquemas mentales. 

De nuevo galopa esa bestia del nacionalismo insolidario, a lomos de esta crisis global a la que se está respondiendo con un diagnóstico y una terapia equivocados, que cada día nos acercan más a la zona de riesgo para la estabilidad y la supervivencia de la Unión.

 La resistencia es mayor porque se piensa que esa soberanía que se tiene que ceder no es para compartirla, sino para entregarla a otros que se mueven por sus propios intereses particulares y no por el interés común.

 La operación exige compromisos de todos y entre todos y la gestión debe ser común, sin imposiciones de directorios nacionales, que irritan y retroalimentan nacionalismos de respuesta”, señala. ¿No sería esta acertada sentencia de Felipe González aplicable a los nacionalismos de España?


“Para enfrentar estos desafíos las Instituciones tienen que funcionar, proveyendo bienes públicos para el conjunto de la Unión, sin condicionamientos de directorios que impongan a los demás sus propias reglas.

 Los países de la Unión se tienen que comprometer a garantizar la estabilidad presupuestaria, como una regla común, con premios y sanciones para todos; con controles presupuestarios rigurosos y comunes. Parece que los dirigentes europeos han olvidado que el objetivo prioritario de la política económica es el crecimiento sostenible y generador de empleo, mejorando nuestra competitividad en la economía global.

 Así aseguraremos el bienestar y la cohesión que son nuestras señas de identidad y nuestra palanca para el futuro. Todo lo demás son políticas instrumentales y tienen que estar al servicio de esta prioridad.

 El nacionalismo rampante hace pensar a la gente que unos u otros estarían a cubierto si actuaran solos, sin tener en cuenta al conjunto. Grave error que nos arrastrará a todos. Cada vez se oyen más las voces de los extremos, cargados de discursos xenófobos y antieuropeístas. Y cada vez recogen más votos”, añade.

 http://www.lavozlibre.com

 (*) lunes 17  septiembre 2012

Europa: Retorno de los nacionalismos





Un íntimo amigo, pesimista él, considera que –un siglo después de su primer intento– Alemania ganará, por fin, la tercera guerra europea. Será la “guerra del euro”, o la guerra de la falsa unión monetaria. La guerra del imperialismo financiero.

El Mercado Común Europeo surgió de una dinámica por la que Europa pretendía hacer frente, a partir de la cooperación económica, a los estragos causados por la guerra, superando los efectos perniciosos de los nacionalismos. La filosofía de la UE pretende, precisamente, consagrar esa superación en una fórmula institucional –todavía imperfecta- que supone algo más que una federación de países miembros.

Pero como efecto de la crisis financiera se está creando, en el seno de la Zona Euro, una especie de “Liga Norte” que antepone el nacionalismo a la propia concepción de Europa. La férrea e inflexible postura alemana sobre las medidas para afrontar la crisis, así como las manifestaciones de los gobiernos de Holanda y Finlandia, lo atestiguan. Un nacionalismo que pasa por encima de la propia concepción que sobre la Sociedad y Europa puedan tener las diferentes ideologías. Las socialdemocracias alemana y finlandesa respaldan esa posición sin ruborizarse por su desmarque de los postulados de la izquierda.

No hace falta recordar la historia del último siglo europeo (da cierto repelús hacer comparaciones y concitar nefastos reflejos del pasado) para comprender que en épocas de incertidumbre, el miedo agarrota e individualiza las conciencias, y el sálvese quien pueda conduce a los egoísmos nacionalistas. 

Y la crisis financiera, afrontada por dirigentes políticos mediocres, está llevando a los miembros de la UE hasta el borde del abismo del pánico: ese nefasto consejero que hace que la UE, en lugar de avanzar en sus planteamientos comunes, titubee, se repliegue y busque soluciones imposibles, tal vez a sabiendas de que lo son.

Hay un mito que confunde la claridad sobre la realidad europea: aquí no hay ningún país que aporte proporcionalmente a la UE más que los demás, de acuerdo con las reglas establecidas y aceptadas por el proyecto institucional común. 

Alemania y cualquiera de los restantes países aportan lo que les corresponde, en función de los tratados libremente asumidos por los Estados y sus ciudadanos. 

Por ello no puede existir la máxima de que “el que paga manda”. Tampoco sirve el mito de la cigarra y la hormiga entre Norte y Sur. Sin ir más lejos, Alemania durante varios años ha incumplido los límites del déficit pactado en Maastricht, mientras España los mantenía y daba incluso superávit. 

Y en 2005 la UE hubo de adoptar decisiones de flexibilidad, considerando condiciones extraordinarias entre las que se contaba explícitamente la “reunificación de Alemania”.

España comienza a sobrepasar los límites del déficit, precisamente cuando ha de afrontar la crisis financiera, que podría ser legítimamente considerada como una condición extraordinaria, dados los efectos del paro producido por la burbuja inmobiliario-financiera.

La deuda española y su déficit comienzan a ascender a partir de las medidas rígidas impuestas por el Consejo de la Eurozona. Medidas objetivamente erróneas: porque dan el mismo tratamiento a situaciones desiguales; paralizan los sectores productivos, obligan a los Estados a avalar las deudas de los bancos nacionales –¡en un contexto de libertad comercial y financiera!-.

 Y porque no ejerce de hecho la Unión Monetaria, mientras impide a sus Estados miembros actuar al margen de esa supuesta Unión. Mientras el precio de la deuda pública sea diferente según los países, no existe unidad monetaria ni financiera.

La crisis ha puesto de manifiesto que Europa aún no existe aunque impone sus imperativos. Que está a medio camino, y deja inermes a los Estados que más duramente soportan los embates de la especulación. Precisamente –en el caso de España- los que con más ahínco han tratado de cumplir las rigurosas medidas que les han llevado a la recesión: recordemos aquél “cueste lo que cueste”. Como a sabiendas de que la propia lucha por la subsistencia es la mejor garantía de que se pagará la deuda, y de que lo hará aunque el precio llegue al límite.

El Consejo de la Eurozona no ha permitido que el Euro se defienda en común, a través de los instrumentos comunes: hoy es el día en que no se quiere ni oír hablar de eurobonos, por ejemplo. Y aunque ha tomado aparentemente la decisión de que los bancos afronten sus propios créditos con el apoyo del BCE, tres semanas después se está imponiendo despiadadamente lo contrario. O posponiendo a “reformas de larga duración”. Cuando España, por ejemplo, en dos semanas llegó a cambiar su propia Constitución Soberana, por presiones del mismo Consejo.

Europa no podría digerir que España saliera del euro. 

Alemania lo sabe, y conoce perfectamente que semejante quiebra pondría a su propia banca en zozobra extrema: más del 20% de la deuda de los bancos españoles es con bancos alemanes. Por eso quiere extremar las garantías, y hacer que sea el Estado quien avale la deuda de los bancos. Pero sin incrementar el déficit ni la deuda: es decir, con asfixia y recesión; y a costa del Estado del Bienestar. El cual, por cierto, es víctima de otro mito, ya que España gasta, por ejemplo en Sanidad, menos que la media europea en relación con el PIB.

Ahí se manifiesta el pernicioso nacionalismo: cuando alguien antepone los intereses de país por encima de los propios intereses comunes. Y Alemania lo está haciendo. Por un lado, trata de blindar los beneficios de sus bancos, aunque sea en detrimento de la Economía del resto de Europa. Impidiendo medidas comunes, o retardando al máximo su aplicación. 

Se trata de ganar tiempo para “hacer caja” y reducir su exposición a la deuda. Por cierto: cualquier banco –incluidos los alemanes- ha de ser responsable de su riesgo cuando otorga un crédito, y ha de afrontar las consecuencia, sin obligar a que la deuda soberana de los Estados tenga que respaldar sus riesgos. ¿No es ésa la regla del juego capitalista? Y si las instituciones españolas tenían la obligación de supervisar a los bancos “propios”, las instituciones alemanas tenían la misma obligación hacia los suyos. Por lo cual, si el Estado español ha de responder, en la misma medida ha de responder el alemán.

Esperemos que Merkel no pueda ganar esta tercera guerra europea. Porque quien terminará desapareciendo será una Europa ya bastante desgarrada por los efectos de no haber sabido afrontar con planteamientos comunes la crisis financiera. El problema es que, con las últimas medidas de pánico, Mariano Rajoy ha aceptado sumisamente la tesis impuesta por el nacionalismo de la Liga Norte, y ha dejado vía libre para una ocupación financiera, económica y política en toda regla. 

Ocupación no de Europa, sino de unos nacionalismos que están utilizando a Europa y a sus instituciones en beneficio de sectores financieros nacionales. Porque nadie ha dicho, por supuesto, que esa liquidez que se va a inyectar a la banca española (al 3% y con el aval masoquista de los ciudadanos) se vaya a destinar a dar créditos al sector productivo. Porque va a ir directamente al pago de su deuda externa. Nacionalismo ramplón y “de caja” de la señora Merkel.

Jose Luis Martin Palacin.
www.nuevatribuna.es/  

14 Julio 2012

CATALUÑA QUIERE SUICIDARSE. I respectat Catalunya...La seva cultura, els seus costums i pensament que hem compartit un sostre comú, però el seu xenofòbia i debilitat mental que posa muntat en el sentit de secessionistes no permetem que mentre un espanyol és.



¿Será el futuro que quieren  los "nacionalistos" catalanes?


¿ Pero como un pueblo de ciudadanos inteligentes, que conozca la historia de Europa se puede atrever a formular desvaríos como el que preconiza la Generalitat de "Catalunya"?

Acaso pretenden abandonar el barco y convertirse en corsarios ¿ de quien ?


En momentos de crisis económica, cuando su autonomía está endeuda terriblemente queréis dinero  de España para financiar absurdas quimeras.

Ustedes se han leído la Constitución ( bueno algunos en su separatista y reiterada actitud han debido olvidar el texto ): 

Podríamos recordarles muchos artículos para recordarles que España es un Estado de Derecho, y la Carta Magna deja muy clara la UNIDAD DE ESPAÑA, y el respeto a las peculiaridades culturales no le confiere a ese territorio ningún derecho por encima del correspondiente a todos los ciudadanos del país.

Yo me imagino que Cartagena volviera a plantearse su independencia, Vallecas en Madrid, y claro, Marinaleda ¿porqué nó?

Recuerdan sus dirigentes aquellos momentos en que la misma II República ordenó el bombardeo de su simbólico palacio tras el acuerdo de convertirse Cataluña en otra República, encarcelando a su Presidente?

En el pasado y en el período republicano, se produjo  una intervención  militar  dirigida por  el comandante  jefe de la IV División, el general Batet , que detuvo a  Companys y a su gobierno en pleno y que fueron encarcelados  en el puerto de Barcelona ( Buque Uruguay)  ) hasta el 7 de enero de 1935, que fueron conducidos a la Carcel Modelo de Madrid y las desastrosas consecuencias que supusieron estos sucesos  para Cataluña, aunque mas tarde vivieran una pseudo independencia bajo el Frente Popular, que todos sabemos cuales fueron sus consecuencias.

Jamas en la historia de Cataluña, habían tenido tanta autonomía y recursos del Estado y ahora, en lugar de aprovechar sus muchas potencialidades para ayudar a España a salir de esta crisis, unos quieren la secesión...

"Catalunya fa olor molt dolent"



miércoles, 19 de septiembre de 2012

La inmoralidad indecente del ministro Montoro


 
 
El ministro Montoro ha arrojado más leña al fuego y nos ha acercado todavía más al Apocalipsis cuando afirmó que en las cajas públicas no hay dinero para pagar nóminas y que por eso había que subir el IVA y practicar mas recortes. 

En apariencia es un argumento sólido,   pero,  analizado  con serenidad y juicio, es una inmoralidad indecente, propia de un sátrapa y jamás  digna de  un demócrata porque no se puede amenazar con  no  pagar nóminas  a los trabajadores cuando se  siguen  pagando  subvenciones  a  los  partidos  políticos, negándose  a   reducir  el  número  de   liberados   sindicales, contratando     amigos     y     asesores    del    PP   en     las administraciones  públicas,  manteniendo   a   los   cientos de miles de  ineptos  que están colocados en el Estado  sin  otro mérito que tener carné de partido,  y   dejando   incólume   un Estado de las Autonomías que,  a todas luces, es irracional e incosteable.

La falacia y el chantaje de Montoro es el mismo que practica Rajoy cuando afirma que no puede hacer otra  cosa  que  la que   hace,  a  pesar   de  que  ha  optado   por   castigar  a ciudadanos  y empresas con  impuestos,  tasas  y  recortes, mientras se niega sistemáticamente a lo más lógico y eficaz, que es disminuir el gasto, como hacen las familias cuando están en crisis.

Si algún día estos gobernantes se atreven a cruzar  la  línea roja y recortan las pensiones, mientras siguen contratando a tipos con carné del PP en las administraciones públicas y se niegan  a   adelgazar   el   Estado,   cerrando   instituciones, empresas  y  chiringuitos  inútiles  pero   llenos  de parásitos políticos enchufados, entonces la ignominia habrá alcanzado cotas que exigen que los ciudadanos, indignados, con razón y rabiosos, salgan a la calle hasta conseguir nuevas elecciones y que el poder sea ocupado por personas  con  la   suficiente capacidad,  dignidad   y   coraje  para  gobernar  un  país  de ciudadanos libres.

Las  pensiones,  en  una  país  como España donde la familia actúa como freno de la desesperación y como colchón amortiguador de tensiones, dramas y carencias, son sagradas.

Las pensiones de los abuelos sirven en la España actual para que coman dos o tres generaciones desempleadas y arrojadas a la pobreza por la crisis.

Si esas pensiones bajan, el gobierno cometerá una estupidez más, quizás la más grave de todas, y abrirá de par en par las puertas de la rebeldía ciudadana contra una casta que está batiendo casi todos los records posibles de ineptitud, insensibilidad, arrogancia, injusticia y torpeza. 

Fuente:  http://www.votoenblanco.com

Carta al señor Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda y diputado en la Junta de Andalucía

 

 

 

 

miércoles, 8 de agosto de 2012


Señor mío,

no es referencia formal, sino real, porque el sueldo que usted cobra se paga con los impuestos de los españoles, de los que formo parte, y por tanto, usted pertenece a la casta que impone su voluntad a las gentes de este país en nombre de los intereses de su secta, IU y su sindicato, el SAT, aunque se disfrace de lagarterana, cuatrero de tetrabriks o militante de la causa palestina.

Verá usted, estoy más que harto de pagar el sueldo a impresentables como usted, que en nombre de su particular causa y fanatismo tratan de adoctrinar a las masas, aprovechándose de que este país ha perdido el norte, para sacar tajada para los de su secta y para usted. A mí, personalmente, me fascina su hipocresía, su irresponsabilidad, su mezquindad y su miseria, solo un patán con su iluminación podría en estos momentos incitar a la rebelión popular para hacerse el imprescindible, eso sí, con una inmunidad parlamentaria conferida no para hacer lo que hace, sino para defender a los ciudadanos, y no enfrentar a unos ciudadanos con otros.

Usted no es un demócrata, ni nunca lo ha sido, sino un fanático que utiliza la democracia para alcanzar su utopía, pisando los derechos de los demás, coscándose en la libertad del prójimo, como cualquier fascista o estalinista que considera que su verdad es más verdadera que la de los demás, y que la justicia es lo que a usted le brota de los meninges y no la ley que ha de imperar sobre todos en un mundo civilizado.

Si usted no fuera tan imbécil como es, se daría cuenta de la repercusión de sus actos teatrales, porque hoy, sin ir más lejos un guardia municipal ha fallecido en Madrid a manos de unos magrebíes que atracaron una oficina de correos, porque seguro que también tenían hambre y su causa era muy justa, y al final, como lo que hay en los supermercados o el dinero público no es de nadie, pues que más da. Y si se producen altercados, usted se envuelve en la kufyya y ahí se las den todas, de mártir por la vida y aspirante a mahdi. ¡Que asco de demagogia!

He estado mirando los sueldos de Marinaleda, población de 2700 habitantes de la que usted es alcalde y he descubierto que no vive usted tan mal como parece, ni los que le acompañan tampoco:
el alcalde de Marinaleda, cobra 70.367 € al año, el primer Tte. de Alcalde 52.739 €, el segundo tte. Alcalde 47.000 €, la secretaria del Alcalde 36.259,-(Prima de este), el responsable de prensa 38.388,- (Cuñado), el consejero juridico del alcalde 50.024 €. (Un ruso de la antigua Unión Soviética que no sabe castellano), el jefe de la policia municipal cobra 68.000 €. Además, creo que usted no ha renunciado a su acta de diputado, sueldo y prebendas que le acompañan, sino es porque el Tribunal Constitucional emita sentencia al respecto. Pero lo más importante es que de los 4,4 millones presupuestados, por el Ayuntamiento de Marinaleda el 78 %, proviene de subvenciones y ayudas de otras administraciones.

Verá usted, si quiere ser solidario renuncie públicamente a sus sueldos y que los pasen directamente al banco de alimentos, pero no lo haga a costa de los demás, pedazo de hipócrita, no lo haga agrediendo a los trabajadores de un supermercado, para robar a una empresa española, que además es de las pocas que ha creado trabajo en este país.

Señor Gordillo, hágame un favor: ¡váyase usted a la mierda!, ya tenemos bastantes problemas para tener que resolver las gilipolleces de un iluminado que trata de darnos lecciones morales, cuando lo que tendría que estar es exigiendo a sus comparsas donde se ha ido todo el dinero público que ha desaparecido por la corrupción de Andalucía, que por eso es por lo que cobra.

Me despido de usted, con mi más soberano desprecio a un miserable. Que tenga usted una buena estancia en la cárcel.

NOTA ADJUNTA: dadas las buenas relaciones que el alcalde de Marinaleda mantiene con Hugo Chávez, Presidente de Venezuela, con el que comparte "compromiso histórico" desde hace tiempo, no sería de extrañar que el dictador venezolano subvencionara todo el milagro de Marinaleda (2700 habitantes), del gratis total para convencer a los creyentes españoles de las ventajas del comunismo bolivariano, por una parte se hace propaganda en España y por otra, miles de posibles votantes creen en el milagro de una gestión impecable.

Todo son ventajas para los que estafan al pueblo, pero sin el pueblo... y en tiempos de crisis, siempre se puede vender como una alternativa viable. El alcalde de Marinaleda, podría haber viajado en mayo a Venezuela en clase turista y se hubiera ahorrado para comprar comida los seis mil euros que le costó el viaje, aunque sin duda fue un invitado solemne de Hugo Chávez, que se lo habrá pagado amablemente, quien sabe si para hacerle la encomienda de organizar una revolución bolivariana en España, aprovechando la crisis economíca que atraviesa nuestro país.

Enrique Suárez
http://ciudadanosenlared.blogspot.com.es

Carta del Rey en la web de la Casa Real





"No soy el primero y con seguridad no seré el último entre los españoles que piensa que en la difícil coyuntura económica, política y también social que atravesamos es imprescindible que interioricemos dos cosas fundamentales.

La primera es que solo superaremos  las dificultades actuales actuando unidos, caminando juntos, aunando nuestras voces, remando a la vez. 


Estamos en un momento decisivo para el futuro de Europa y de España y para asegurar o arruinar el bienestar que tanto nos ha costado alcanzar. 

En estas circunstancias, lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas. No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia. Son, por el contrario, los más adecuados para la acción decidida y conjunta de la sociedad, a todos los niveles, en defensa del modelo democrático y social que entre todos hemos elegido.

La segunda es que, desde la unión y la concordia, hemos de recuperar y reforzar los valores que han destacado en las mejores etapas de nuestra compleja historia y que brillaron en particular en nuestra Transición Democrática: el trabajo, el esfuerzo, el mérito, la generosidad, el diálogo, el imperativo ético, el sacrificio de los intereses particulares en aras del interés general, la renuncia a la verdad en exclusiva.

Son esos los valores de una sociedad sana y viva, la sociedad que queremos ser y en la que queremos estar para superar entre todos las dificultades que hoy vivimos".



www.casareal.es