“Reflexión de un ciudadano que se le margina
su derecho a opinar, por quienes tienen el monopolio de la verdad”.
Un pueblo ignorante no puede, de
ninguna manera disfrutar de un nivel de vida digno, pues no tiene la libertad
ni la independencia para elegir con responsabilidad un gobierno
que lo represente adecuadamente.
Cuando creíamos en el progreso español
nos quedamos anonadados viendo como los mejores ciudadanos con brillantes
niveles académicos, se tienen que marchar, quedando una parte muy significativa
de España con un nivel de ignorancia extremadamente alto y lo que es mas
vergonzoso: LO POCO QUE SE ESTÁ HACIENDO PARA EDUCAR MEJOR A ESTA SOCIEDAD.
El mantener al pueblo en estado
de incultura supone mantenerlo oprimido y reprimido. Estrategia
que no es nueva en España y en muchos otros países de nuestro entorno cultural.
La completa deficiencia en los servicios
básicos o su inexistencia agravada con excusa de la crisis está ilustrando la ignorancia de muestro pueblo “adormecido”
para reclamar “lo que no sabe que posee”.
Los medios
de comunicación,
y especialmente la televisión,
facilitan una mínima
programación
educativa. Los programas
televisados dirigidos a la juventud,
dentro de un panorama que les convierte en exclusivos consumidores, carecen de mensajes formativos tan necesarios
para el desarrollo de las jóvenes generaciones.
Pobres en contenido y en muchos casos
se transmiten con mensajes
desvalorizantes.
La programación destinada a la población
adulta carece, igualmente, de sustancia educativa: escasean los espacios
dirigidos a conservación
de energía, reciclaje,
salud pública, ecología, educación socio-política,
etc. Por otra parte, desde los medios se difunden con frecuencia estereotipos,
rodeados de repetitivas justificaciones “no descriminatorias” cuya realidad
demuestra una y otra vez que el pueblo lo siente en clave diferente por la
persistencia e incluso crecimiento de alguna de ellas…(machismo, xenofobia,
etc)
Algunos gobiernos habían hecho un esfuerzo por mejorar los servicios
públicos, pero la verdad es que con la crisis que no han generado los
ciudadanos, estamos llegan a unos niveles vergonzosos.
La educación es uno de los mayores problemas que existe actualmente. La gente parece que está en otra cosa, lo que más interesa es el poder económico como sea y a costa de lo que sea. Y veremos en próximos períodos electorales que se articularán las opciones, sin debate alguno de soluciones, estrategias, etc (en coherencia con la consideración que se nos tiene de pueblo ignorante) .con “alternativas” basadas casi exclusivamente en el se trata quemado de los partidos gobernantes.
A cambiar las personas, que no suelen tener más preparación
que la verborrea de unos discursos en los que se nos machacará el oído ¿ para que todo siga igual ?.
Y como los pueblos ignorantes suelen
elegir gobiernos ignorantes y propensos a la corrupción,
el cual no sirve a los verdaderos intereses del pueblo sino a los suyos
propios, repitiendo la mala historia una y mil veces.
Ya es hora de cambiar el rumbo! ¿Cómo
podemos empezar el verdadero proceso educativo de la población?. ¿A quién o
dónde podemos acudir para que nos salve de nosotros mismos? ¿Quizás a los
mismos que usan como estrategia la ignorancia?
Eso sería el colmo de la ignorancia
misma. Es una especie de círculo vicioso que debemos romper.
Adoptemos una nueva estrategia que
parta de un estudio profundo de la realidad y llevemos a los dirigentes
políticos a la arena del debate
público para que expongan con rigor sus planteamientos sobre este tema tan
relevante.
Que los nuevos poseedores de la
verdad, sean capaces de bajar a la arena, debatir, y escuchar, para convencer.
Es triste que la llave del triunfo
solo consista en el recambio y la posibilidad de sustituir unos enchufados “del
aparato” por otros iguales o peores..
Dario Pozo Ruz, desde Valdepeñas. Publicado en Lanza 27-VIII-2013 pag. 25