"Si hubiéramos dedicado el tiempo desperdiciado siguiendo a tal o cual por capricho de un político, quizás se hubiera podido evitar muchas desgracias". Quienes pronuncian esta frase son ex agentes del Centro Nacional de Inteligencia, que destacan el "queme de mucha gente del CNI" por lo que denominan "utilización de nuestros agentes como si se tratara de un cuerpo de niñeras".
Las fuentes consultadas no se muerden la lengua a la hora de hablar de esa concreta actividad en el CNI. “Viene de muchos años atrás. No es una novedad, pero poco a poco va haciendo mella y hay alguno que ya ha explotado”, aseguran.
Hablan, en concreto, de operativos ordenados desde instancias políticas, miembros del Gobierno de turno e incluso por la Casa Real, en los que los objetivos y la información obtenida “sólo servía a quien la solicitaba”. No tenía nada que ver con terrorismo, grupos criminales o amenazas al Estado, sostienen.
Investigar ‘líos de faldas’
Relatan que en ocasiones “se han retirado agentes de investigaciones muy relevantes para meterlos en líos de faldas”.
“Hemos tenido que aguantar mucho. Ordenes llegadas de altas esferas pidiendo que obtuviéramos información sobre personas con nulo interés para la seguridad del Estado, como si los recursos del Centro fuesen infinitos”.
“Hay partidas escandalosas en los fondos reservados que, si un día saliesen a la luz, seproduciría un terremoto en los cimientos del Estado”, aseguran, aunque por seguridad no aportan más detalles. “Si la gente se enterara de algunas misiones absurdas, preguntaría ¿por qué no pudisteis hacer más el 11-M?”.
En opinión de los agentes consultados, la situación podría ser comparable con la que viven escoltasde altas personalidades, “que tienen que tragar mucho, pero que saben que están destinados allí para aguantar de todo. Ellos van con preaviso”. Lo que ven en muchos casos, determinados comportamientos, no podría publicarse.
Corinna
Para los ex miembros del CNI consultados por El Confidencial Digital, el caso ‘Corinna’ es un“ejemplo perfecto” de lo que se está haciendo mal.
Consideran que las labores de información que tuvo que realizar el centro –lo contó ECD- “fueron completamente inútiles y sólo sirvieron a los interesados. No había nada en juego”, afirman.
Tal y como contó ECD, a Corinna “se le realizó un seguimiento exhaustivo” durante sus años de estancia en España y su residencia en la finca de La Angorrilla (El Pardo). Esos informes llegaban directamente a manos de personal cercano al rey.